Alejandra, Paola, Alba y Claudia en la aula del I.E.S Luis Buñuel donde han cursado Bachillerato
Claudia, Alba, Paola y Alejandra preparan con "incertidumbre" la EVAU 2025: "Ha sido un año un poco caótico"
Estas cuatro alumnas del I.E.S. Luis Buñuel se enfrentan el próximo 3, 4 y 5 de junio a la Prueba de Acceso a la Universidad.
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Rodeadas de apuntes y con los nervios a flor de piel se viven las últimas horas antes de que comience la prueba final de los estudiantes de bachillerato que quieran acceder a una carrera universitaria. La Prueba de Acceso a la Universidad se inicia en Aragón el próximo martes 3 de junio y los estudiantes viven los días con ganas de acabar, pero cierta "incertidumbre" ante el cambio de la estructura que han vivido y que vuelve a la idea de que entre toda la materia.
"Empezamos el curso y no sabíamos cómo iba a ser nada. Los profesores no tenían ni idea de qué temario darnos, ni cómo prepararnos, ni cómo hacer los exámenes", recuerda Claudia Gascón, estudiante del I.E.S. Luis Buñuel de Zaragoza y que este martes se presenta a la PAU.
El cambio de modelo no llegó a concretarse hasta bien avanzado el curso con el que se eliminó la opcionalidad de las dos pasadas convocatorias y se vuelve a las preguntas obligatorias lo que admite que ha sumado "presión" al tener que "estudiar todo sí o sí si quieres muy buena nota".
Esta situación también la han vivido sus tres amigas quienes destacan las "dificultades" que eso ha acarreado a la hora de organizarse el año: "Te genera mucha incertidumbre porque se va acercando la fecha y no tienes dónde apoyarte ni puedes mirar los modelos anteriores porque no valen", reconoce Paola López, estudiante del bachillerato de ciencias de la salud.
Las cuatro amigas se despiden de su instituto donde han estudiado bachillerato.
En el caso de Claudia, ha estudiado bachillerato de ciencias sociales y afronta la nueva PAU aún sin la certeza de qué estudiar aunque tiene algunas preferencias como periodismo y de la rama económica tira hacia administración y dirección de empresas: "Personalmente no necesito mucha nota, pero sí que es verdad que yo por sentirme bien sí que me pido bastante", señala.
Quien tiene un reto por delante al intentar llegar a un 11,741 que pide enfermería en la Universidad de Zaragoza es Alba Magallón. Esta joven zaragozana ha notado la presión que le supone tener que alcanzar una elevada nota para cumplir su sueño de niña que es convertirse en enfermera: "Lo he pasado bastante mal porque he tenido todo el rato en la cabeza que necesito una nota muy alta", reconoce preocupada.
Por ello, el desarrollo de los exámenes de la prueba de acceso le supone un antes y un después "porque si me sale mal, a lo mejor me quedo fuera". Alba tiene claro que si no es en Zaragoza no le importa salir fuera para poder cursar la carrera, aunque admite que "a lo mejor me cuesta un poco al principio" pero "me acostumbraré".
Para llegar a conseguir la vocación que le atañe desde pequeña, la joven sigue un método de estudio específico: "Intento estudiar todos los días un poco de todo porque si estoy mucho tiempo con una asignatura pierdo la concentración", explica. A eso también le añade intercambiar las asignaturas más teóricas con las más prácticas "y así se me hace más fácil".
Paola al igual que Alba tiene una meta clara que es estudiar química de la cual se convirtió en una apasionada mientras estudiaba la ESO y es el ejemplo claro de la importancia de un buen profesor: "Me tocó un profesor que hizo que me enamorara de la asignatura y desde cuarto lo decidí y no he vuelto a cambiar de opinión", señala contenta esta joven de 18 años.
Aunque ambas tuvieron claro que estudiar, Paola reconoce que se encuentra "más tranquila" que sus amigas ya que la carrera que quiere estudiar tiene una nota de corte de 5,134: "La presión de la PAU no la he notado nunca y tampoco ahora, pero sí que he notado la presión del bachillerato por la cantidad de materias y temas para estudiar".
Un caso diferente al de sus amigas vivió Alejandra Andino quien comenzó bachillerato teniendo su futuro muy seguro, pero según avanzó el curso todo cambió: "Me entró mucha desmotivación porque tuve una especie de crisis muy grande porque siempre había pensado en hacer ingeniería aeroespacial que me requería como mucha nota y me di cuenta de que igual no me gustaba tanto", recuerda.
Ante ello, Alejandra terminó decidiéndose por ingeniería mecánica: "Después de investigar un montón he optado por una que tiene la nota bastante más baja, pero que me veo más en ella y tengo ganas de empezar".
Estas cuatro jóvenes han estudiado "toda la vida" juntas y separan sus caminos el próximo curso lo que afrontan con "miedo" por enfrentarse a esta nueva etapa solas, pero con ganas de conocer gente nueva.