Boticaria García participó este sábado en Menuda Feria, en Zaragoza

Boticaria García participó este sábado en Menuda Feria, en Zaragoza E. E.

Actualidad

Boticaria García, la nutricionista de moda en España: "Comer bien no es caro, hacerlo mal es muy barato"

Marián García, conocida como Boticaria García, pone el foco en la facilidad de acceso a la comida rápida y los ultraprocesados.

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Zaragoza
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Cuidar la alimentación se ha convertido en uno de los ‘debes’ de la sociedad actual. Múltiples causas se encuentran detrás del aumento de la obesidad, sobre todo en los niños, lo que obliga a reflexionar sobre los hábitos de consumo y los productos procesados.

Así, Marián García, conocida como Boticaria García, doctora en Farmacia, nutricionista y divulgadora, en una entrevista con EL ESPAÑOL DE ARAGÓN, pone el foco en la facilidad de acceso a la comida rápida y los ultraprocesados, de los que no reniega puntualmente, siempre que no se conviertan en una costumbre diaria ni sustituyan a otros más saludables.

P.- Se encuentra aquí en Zaragoza con un espectáculo educativo, ¿qué es el mensaje que ha querido trasladar en Menuda Feria?

R.- El mensaje es que el movimiento puede ser divertido, y la alimentación también. Tenemos un estudio muy reciente, el estudio de Aladino, del Ministerio de Consumo de 2023, en el que se ha visto que el exceso de peso es de más del 36% en los niños. Esto significa que más de uno de cada tres niños tiene sobrepeso u obesidad. Vivimos en un mundo en el que el acceso a la comida rápida, ultraprocesada, es muy fácil. Yo siempre digo que comer bien no es que sea caro, sino que comer mal es excesivamente barato.

La vida que nos empuja a esta sociedad nos lleva al sedentarismo, y a que los niños se mueven menos, pese a que hacen más actividad física. Les apuntamos a muchas más actividades y hacen muchos deportes como extra, pero, en su día a día, la realidad es que se mueven menos. Está muy bien que hagan judo dos horas a la semana, pero si por las tardes se las pasan enteras, sentados, con la tablet o sin moverse delante de las pantallas, hay un problema.

P.- Eso es tarea de padres y familias

R.- Hay que poner a los niños en el centro y explicarles a ellos y a las familias que realmente moverse o alimentarse bien no tiene por qué ser algo tremendamente aburrido o desagradable, sino que son actividades que se pueden hacer en familia. Creo que el mensaje más importante es que, con pocos minutitos que le dediquemos todos los días, pero sobre todo cada hora a movernos cinco o diez minutos, se consiguen grandes beneficios.

Está muy bien hacer ejercicio una hora al día, pero necesitamos cada hora levantarnos o cada dos horas levantarnos y hacer lo que yo llamo los ‘kit-kats’, que son los snacks de ejercicio. En casa, aunque estemos viendo en la tele, nos tenemos que levantar todos y a lo mejor subir y bajar las escaleras o hacer unas sentadillas. Parece un poco loco, pero en realidad hay mucha ciencia detrás y mucha investigación sobre los beneficios. 

P.- ¿Falta todavía concienciación entre las familias?

R.- Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, el problema es encontrar el momento para hacerlo. Hoy se habla muchísimo de la palabra inflamación. Es tendencia. Todos son dietas antiinflamatorias. Hay personas que piensan que a lo mejor comer ultraprocesados directamente es que te hace un daño o es un tóxico. Realmente, no es que los alimentos sean tóxicos, es que el exceso de determinados nutrientes, como los azúcares o como algunas grasas, hace es que unas células de nuestro cuerpo, los adipocitos, se vayan haciendo más grandes. Es como si fuera una especie de concierto en el que se supera el aforo y la gente que está asistiendo al concierto no puede respirar y se desmaya. Eso es lo que pasa dentro de nuestro cuerpo, entonces la idea es representarlo y que los propios niños se sientan como esos adipocitos que no pueden respirar.

Boticaria García busca promover unos hábitos de alimentación saludable a través de juegos y aprendizajes

Boticaria García busca promover unos hábitos de alimentación saludable a través de juegos y aprendizajes E. E.

P.- En su libro habla de la relación entre la mente y el hambre

R.- El adipocito, la célula grasa, siempre la hemos visto como un saco de grasa sin más, cuando es un centro de mensajería. Desde el adipocito se envían señales al cerebro sobre la saciedad, es decir, para que estemos saciados el adipocito tiene que funcionar bien. Si el adipocito está inflamado porque está muy ensanchado y no respira bien, no va a enviar las señales de saciedad. Por eso hay que tener mucha empatía también con las personas que tienen obesidad.

No es que realmente coman por comer o porque no tengan fuerza de voluntad, es que algo dentro de su cuerpo no está funcionando bien y por eso su cerebro tiene hambre, se envían señales al cerebro. No hay que hablar de obesidad sino de obesidades. Hay gente que tiene obesidad porque su cerebro tiene hambre porque no funciona el adipocito, hay gente que puede tener obesidad por cuestiones genéticas, por la microbiota, por el contexto social, por el contexto económico… Debemos entender qué pasa por dentro y hacer ese viaje al interior del cuerpo humano para entender qué pasa con nuestras hormonas y nuestros mensajeros.

P.- ¿Qué se puede hacer mediante la alimentación?

R.- Explicar de manera sencilla que no es lo mismo, aunque nos parezca igual, un zumo que una naranja comida entera porque los azúcares son diferentes y cómo se van a comportar esos azúcares dentro de nuestro cuerpo. Explicar que cuando pedimos a la gente que la mitad de lo que coma sea frutas y verduras, porque es lo que dice el ‘plato de Harvard’, no es porque tengan pocas calorías y que engorden menos, sino porque tienen, entre otras cosas, unos antioxidantes que lo que van a hacer es luchar contra los radicales libres, que son como los malos de la película.

Los radicales libres se forman en nuestro cuerpo cuando tomamos el sol sin protección, cuando fumamos, cuando tomamos alcohol, pero también cuando hay inflamación por la obesidad. Debemos aprender a ver las frutas, las verduras, las hortalizas como los superhéroes, pero, insisto, no porque engorden menos o porque tengan fibra, que también lo tienen, sino porque van a luchar contra los malos dentro de nuestro cuerpo. Si cuando vemos un plato de brócoli no estamos pensando solo en las calorías, sino en lo que me va a ayudar a defenderme de todo lo que ocurre en mi cuerpo, a lo mejor lo vemos con más cariño.

Boticaria García hizo las delicias de pequeños y mayores que se acercaron a Menuda Feria

Boticaria García hizo las delicias de pequeños y mayores que se acercaron a Menuda Feria E. E.

P.- ¿Cómo ayuda el ejercicio?

R.- Podemos hacer ejercicios que yo llamo el ‘Tris Tras’, que es entrenar en un ‘tris’, en 10-15 minutos al día, la fuerza. Mucha gente dirá “yo ya nado, voy a zumba o a yoga” y está fenomenal. Todo movimiento cuenta, pero hay un tipo de ejercicio que hasta hace poco no se le han echado muchas cuentas, que es el de fuerza, que toda la vida lo hemos asociado a los que levantan pesas, los culturistas, los musculitos.

Sin embargo, ahora hemos visto que este levantamiento de pesas, al que podemos iniciarnos con unas simples gomas o haciendo ejercicios con nuestro cuerpo como unas sentadillas, tiene muchos beneficios no sólo para que el músculo quede bonito y estético, sino que el músculo es un gran regulador del cuerpo porque se comunica con el adipocito, con la célula grasa y genera moléculas antiinflamatorias. Todo lo que buscamos como antiinflamatorio, el músculo lo genera al ejercitarlo. Se considera la medicina natural más poderosa que hay. Mientras nos venden suplementos y muchas recetas mágicas, tenemos algo gratuito que es entrenar la fuerza.

P.- ¿Cuáles son los principales fallos que cometemos en nuestra alimentación hoy en día?

R.- Todo el mundo sabe que las chuches y los alimentos ultraprocesados no son positivos, pero lo cierto es que en el día a día es difícil porque son más palatables, es decir, están más ricos. El primer fallo que podemos tener es tirar demasiado de esos alimentos ultraprocesados. No hay ningún problema en que vayamos a comernos una pizza de vez en cuando, ni nos tomemos una hamburguesa, por supuesto que no, pero cuando estos alimentos empiezan a formar parte de nuestro día a día, el problema no solo es lo negativo que nos aportan, sino que desplazan el consumo de otros alimentos. Es decir, si tú estás cenando una pizza ultraprocesada, no vas a estar cenando hortalizas brutas. Si te tomas un helado de postre, no vas a tomar una pieza de fruta.

P.- No sé si el ritmo de vida que se lleva hoy en día tampoco ayuda.

R.- La comida de táper puede ser muy interesante, porque podemos llevarnos una ensalada de garbanzos al trabajo y ser fantástico. El problema no es el táper, es lo que metemos en ese táper. Y realmente, por ejemplo, las legumbres de bote son una herramienta fantástica para, en vez de tanta ensalada de pasta, llevarse una ensalada de legumbres para el trabajo. Lo que falta realmente es formación y estrategias, para que la gente realmente tenga herramientas en casa para poder saber de qué manera sencilla, barata y económica puede elaborar platos.

P.- Ese estrés y un poco de ansiedad que se genera también son malos hábitos a la hora de comer.

El estrés es uno de los grandes problemas en nuestra sociedad. El exceso del cortisol, que se habla tantísimo, no es el malo de la película, ya que lo necesitamos para que, por ejemplo, si pasa un coche tengamos reflejos y darnos la vuelta y que no nos pille. El cortisol es realmente la hormona del estrés, aunque más bien la llamo como la hormona de la supervivencia, porque nos ayuda a estar vivos y a estar alerta. El problema es que cuando hay un exceso de cortisol sostenido en el tiempo. Es como si nuestro sistema se bloqueara. Si constantemente estás teniendo exceso de cortisol, no vas a dejar que el resto funcione.

P.- La semana que viene va a lanzar un nuevo libro. ¿Qué busca con él?

El nuevo libro se llama ‘Misterio en el supermercado’, y está destinado a niños de 5 a 9 años. Busca que puedan aprender a distinguir qué alimentos son más y menos saludables. Es una aventura en la que dos niños son investigadores, tienen un microscopio mágico, y lo ponen encima de los alimentos para ver lo que hay detrás. Así van a ver que los azúcares que hay en un zumo son diferentes a los que tiene una naranja, o que las grasas que tiene el aceite de oliva son diferentes a las que tiene la mantequilla. Es un libro interactivo para jugar y en el que probablemente los padres van a aprender también algo igual que los niños.

P.- Esa fórmula de enseñar con juegos es la más sencilla no para llegar así a los niños.

Y a los adultos también, pero para los niños es imprescindible. En este mundo en el que los niños viven atrapados muchas veces con las tablets, hay que competir con la atención, con los videojuegos, y un libro interactivo en el que puedan jugar también con sus padres y sus hermanos, donde hay soluciones y acertijos, y en el que ellos mismos van a poder conseguir su carné de investigadores, puede ser interesante para ayudarles a meter en el papel.

P.- Termino tirando un poco por la tierra. Aquí tenemos los productos como la borraja, el cardo o el ternasco de Aragón. ¿Qué le dicen estos alimentos?

Todo lo que venga de la huerta es estupendo, como la borraja, el cardo, el tomate... Yo siempre digo que hay que comer como la bandera de Portugal, mucho verde y mucho rojo, y aquí tenéis muchos alimentos verde y rojo. No la carne roja del chuletón, eso es otra cosa, pero todo lo que venga del campo verde y rojo es muy positivo. Aragón es una tierra estupenda en la que tenéis muchísimos productos llenos de antioxidantes y llenos de fibra. Hay que apostar siempre por el mercado de proximidad y por el mercado local.