La fachada de la Audiencia Provincial de Alicante.

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Salud SENTENCIA

Siete años de cárcel por abusar de una menor con discapacidad mental en Alicante: "Tenía miedo"

La por entonces menor de 16 años relató al jurado que el hombre, de 42 años, la penetró hasta que un día se desmayó. 

8 junio, 2022 12:37
Alicante

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La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a siete años y un día de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a un hombre que mantuvo relaciones sexuales en varias ocasiones con una menor, que tenía 16 años en el momento de los hechos, y padece una discapacidad psíquica del 55% con un retraso mental leve-moderado. 

La Sala impone además al penado una indemnización de 10.000 euros por los daños morales que sufrió la chica, quien ha visto afectada su relación de confianza con las personas adultas y ha perdido libertad de movimientos, según detalla la sentencia. El hombre, de 42 años cuando cometió los abusos, no podrá acercarse a menos de 300 metros ni comunicarse con la menor durante diez años

Los hechos ocurrieron desde el verano hasta el mes de noviembre del 2020 cuando condenado y perjudicada se conocieron y mantuvieron diversos encuentros sexuales, bien en el coche o bien en el domicilio de él, en un municipio de la provincia de Alicante.  

En estas citas el hombre, que actuaba con la intención de atentar contra la libertad sexual de la menor, mantenía relaciones sexuales completas con ella pese a que conocía su discapacidad

El acusado, de nacionalidad colombiana y en situación irregular en territorio español, pasó de acogerse a su derecho a no declarar a negar los hechos en el juicio. Este individuo, nacido en 1977, ha declarado que el único contacto directo que tuvo con la víctima fue el día en que la conoció, estando los dos en un locutorio y conversando ambos "sobre cuadros", toda vez que el acusado afirma que se dedica a la pintura.

No obstante, sí reconoció que ella empezó a llamarle insistentemente pese a que el acusado le manifestó que dejara de hacerlo, pues tiene una mujer. Afirma Arcadio que es ella la que quería estar con él, por lo que terminó "bloqueándola", se puede leer en el auto. También negó que la entonces menor haya estado nunca en su domicilio, e igualmente manifestó que no tenía coche ni conducía vehículo alguno.

Cuando le fue preguntado sobre si apreció en la entonces menor, cuando tuvo contacto con ella, algún tipo de discapacidad afirmo que la chica hablaba y escribía de manera "excelente", y que ignoraba su edad.

Frente a dicha declaración, la demandante reiteró que los hechos acaecieron en la forma que la sala judicial, tras la práctica de las pruebas testificales y periciales, considera acreditada y que han servido de base para dictar la sentencia.

Su declaración

Por su parte, ella declaró que conoció al acusado en un locutorio, en el que desde el interior de un vehículo negro que había en el exterior, el acusado le dijo que se acercara y le pidió el teléfono, que ella le dio.

A partir de ese momento, comenzaron a tener contacto por teléfono, hasta que quedaron personalmente cerca del locutorio, desplazándose ambos en el coche negro hasta la vivienda del acusado, en la que le dijo que se quitara la ropa y ella se la quitó "porque tenía miedo". Ese día afirma que le "metió la polla en el chocho y también en el culo".

Tales actos de carácter sexual con penetración vaginal y anal, así como felaciones tuvieron lugar en varias ocasiones ya sea en el domicilio del acusado, en una cama que había o en el sofá, e incluso en el interior del vehículo.

Relata la víctima que el acusado sabía su edad, y le decía que podrían tener hijos cuando cumpliera 17 ó 18 años. Cuenta además que pese a que el acusado le hacía daño, sostiene que se plegaba a realizar los actos descritos porque pensaba que el acusado iba a ser su novio, aunque al mismo tiempo insiste en que tenía miedo.

En la última ocasión en la que tuvieron relaciones sexuales con penetraciones, la entonces menor se mareó, cayendo al suelo y produciéndose un golpe en la cabeza, quedando inconsciente momentáneamente.

La entonces menor relata que el acusado le hizo maniobras de reanimación, las cuales explica mediante gestos en el acto del juicio. Tal episodio fue el desencadenante de estas actuaciones, pues el mareo y sus consecuencias lesivas dieron lugar a explicaciones que eran requeridas a la menor por su madre, que no cesó hasta averiguar qué había pasado realmente.