Turrón de Alicante.

Turrón de Alicante.

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El postre alicantino más antiguo y fácil para sorprender en Navidad: preparado en 30 minutos y con 5 ingredientes

Un dulce ancestral elaborado con almendra tostada y miel, símbolo de la Navidad y emblema de la tradición turronera de la provincia.

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Alicante
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La Navidad es, ante todo, tiempo de volver a casa. De reencontrarse con la familia alrededor de una mesa que se alarga entre conversaciones, risas y sobremesas interminables. Y en esas sobremesas, la comida, y sobre todo los dulces, tiene un papel protagonista.

Desde polvorones hasta mazapanes, hay sabores que marcan estas fechas, pero si hay un clásico indiscutible es el turrón. Nada anuncia mejor la llegada de diciembre que el primer bocado a una tableta.

Entre todos los turrones, el de Alicante, -el tradicional turrón duro-, es uno de los más antiguos y emblemáticos. Su hermano, el turrón blando de Jijona, comparte origen y raíces, pero no textura: mientras el primero es crujiente y repleto de almendra entera, el segundo es suave, casi cremoso, fruto de un proceso de molienda y cocción más elaborado.

Ambos forman parte esencial del imaginario gastronómico navideño.

La historia del turrón se pierde en el tiempo. Ya en la Antigua Grecia se elaboraba una pasta energética a base de almendras y miel para alimentar a los atletas olímpicos.

Pero su presencia en tierras alicantinas está documentada al menos desde el siglo XVI, cuando ya se elaboraba en la antigua villa de Sexona, la actual Jijona.

Fueron los árabes quienes introdujeron este dulce en la península, según explican desde 'Turrones y Dulces.com', empresa jijonenca pionera en el comercio electrónico del turrón.

Sobre su origen exacto existen varias versiones. Una de las más extendidas sostiene que nació a raíz de un concurso convocado por los árabes para encontrar un alimento nutritivo, duradero y fácil de transportar para sus ejércitos.

Otra teoría, menos respaldada, atribuye su creación a un artesano barcelonés apellidado Turró. También se recoge la hipótesis lingüística del jijonenco Fernando Galiana, que vinculaba la palabra "turrón" a torrat, una mezcla de miel y frutos secos cocida al fuego.

A esta mezcla de historia y tradición se suma la leyenda local de Jijona: la de una princesa escandinava que, añorando la nieve de su tierra, recuperó la alegría cuando el rey mandó plantar miles de almendros alrededor del castillo.

Al florecer, los campos se volvieron blancos como si nevara, y los habitantes aprendieron a aprovechar los frutos para elaborar los primeros turrones.

Un producto artesanal

El turrón tradicional es sorprendentemente sencillo: almendra tostada, miel pura, azúcar y clara de huevo. Durante siglos se elaboró únicamente con miel, hasta que el azúcar comenzó a comercializarse de forma habitual en el siglo XX.

La Revolución Industrial transformó también su producción, permitiendo fabricar grandes cantidades y llevar este dulce a medio mundo.

Aun así, muchas fábricas siguen concentrando toda su actividad entre septiembre y diciembre, cuando empieza la campaña navideña.

La mezcla del turrón se puede preparar en más o menos 30 minutos, pero sí que es cierto que después debemos dejarlo reposar, unas 4 horas. Por lo que, es mejor prepararlo con tiempo.

Ingredientes

1 tableta de turrón

  • 250 g de almendra marcona entera, cruda y sin piel
  • 125 g de miel
  • 125 g de azúcar
  • 1 clara de huevo (tamaño M)
  • 3–4 obleas rectangulares para turrón

Paso 1

Tostar las almendras: extiende las almendras en una bandeja y hornéalas a 180 ºC unos 8–10 minutos, moviéndolas a mitad de tiempo, hasta que estén ligeramente doradas. Déjalas enfriar por completo antes de usar.

Paso 2

Preparar el molde: Forra un molde rectangular pequeño (tipo plum cake o uno específico de turrón) con papel de horno y coloca una oblea en el fondo; si usas papel solo, que sobresalga para poder desmoldar luego.

Paso 3

Fundir la miel: Pon la miel en un cazo a fuego bajo y caliéntala unos minutos hasta que esté totalmente líquida, removiendo de vez en cuando para que no se queme.

Paso 4

Añadir el azúcar y hacer el caramelo blando: Incorpora el azúcar a la miel y cocina a fuego medio‑bajo, removiendo sin parar, hasta que se disuelva y la mezcla tome un tono ligeramente ámbar y espese un poco (textura de caramelo blando). Retira del fuego y deja templar 2–3 minutos.

Paso 5

Montar la clara de huevo: Mientras se templa la mezcla de miel y azúcar, bate la clara a punto de nieve (bien espumosa y firme). Opcionalmente puedes añadir una cucharada de azúcar de la cantidad total para estabilizarla.

Paso 6

Incorporar la clara al caramelo: Añade la clara montada poco a poco al cazo de miel y azúcar, mezclando con movimientos envolventes. Vuelve a poner el cazo al fuego muy bajo 2–3 minutos, removiendo sin parar, hasta que la mezcla espese y tenga aspecto cremoso y homogéneo.

Paso 7

Agregar las almendras: Incorpora las almendras tostadas ya frías y mezcla bien para que queden totalmente cubiertas y repartidas de manera uniforme en la masa.

Paso 8

Llenar el molde: Vierte la mezcla en el molde preparado, extendiéndola con una espátula ligeramente humedecida o untada con un poco de aceite suave para igualar la superficie.

Paso 9

Colocar la oblea superior: Coloca otra oblea encima, presionando ligeramente para que se adhiera y quede el bloque compacto. Si no usas oblea, simplemente alisa bien la superficie.

Paso 10

Prensar y reposar: Pon encima un peso ligero (por ejemplo, otra bandeja con algo encima) y deja reposar a temperatura ambiente al menos 4 horas, idealmente toda la noche, para que el turrón se endurezca.

Paso 11

Desmoldar y servir: Desmolda tirando del papel de horno, corta en porciones con un cuchillo grande y de hoja fina, y sirve en la bandeja de Navidad. Guárdalo en un lugar fresco y seco, bien envuelto.