Mazón durante el Debate de Política General. José Cuéllar / Corts

Mazón durante el Debate de Política General. José Cuéllar / Corts

Opinión

Mazón no tiene oposición

El Debate de Política General de la Comunitat en las Cortes Valencianas demostró por qué la izquierda está estancada en las encuestas: no son alternativa porque no tienen propuestas para la región

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Si algo ha dejado claro el Debate de Política General celebrado esta semana en las Cortes Valencianas es que existe Gobierno autonómico en la Comunitat, con Carlos Mazón como líder, pero no oposición. Hacía tiempo que no se veía un nivel más bajo en la política valenciana con José Muñoz al frente del PSPV-PSOE y Joan Baldoví liderando Compromís.

El socialismo y el nacionalismo valenciano no están preparados para ser alternativa en las próximas elecciones porque no tienen nada que ofrecer a los ciudadanos de la Comunitat. Ni una sola propuesta constructiva. Lo han fiado todo a la tarde de la riada y se han echado a dormir desde hace un año creyendo que el desgaste del presidente iba a ser más que suficiente para devolverles el Palau de la Generalitat. Sin más méritos.

Pero la realidad se los está llevando por delante. Ni el desgaste del centro-derecha valenciano ha sido como ellos presuponían, ni el Gobierno de Pedro Sánchez al que tanto apoyan les ha hecho ningún favor, obviando las necesidades de la Comunitat en uno de los peores años de su historia. Es lo que tiene ser rehenes de un Ejecutivo absolutamente colapsado por la corrupción de familiares y amigos de Sánchez.

Si echamos la vista atrás nos daremos cuenta de que en otra época un político del perfil de José Muñoz no habría llegado ni para llevarle el maletín a Joan Lerma, Joan Ignasi Pla (que no es que fuese la persona más brillante del hemiciclo), a Jorge Alarte o al mismísimo Ximo Puig, que comenzó a coger fuelle ya siendo presidente de la Generalitat. Por no hablar de grandes figuras del socialismo valenciano surgidas desde Alicante como Ángel Luna, Diego Macià, Leire Pajín o Antonio Fernández Valenzuela. No les llega ni a las suelas de los zapatos.

Muñoz es percibido por todos como "el mandado" de la ministra Diana Morant, que tampoco es que tenga un carisma arrollador. Parece encabezar el grupo en las Cortes Valencianas para no molestar, con un único mantra, que Mazón debe dimitir. A partir de ahí, la nada.

Joan Baldoví es otra cosa, pero bastante hace con una coalición de partidos rota por todas las costuras a la que le gustaría que Mónica Oltra no hubiese mirado hacia otro lado mientras su exmarido abusaba de una menor, ahora que a falta de los recursos de la víctima parece que se ha archivado la causa abierta por su supuesto encubrimiento.

Baldoví se las creía muy felices cuando en Madrid contaba con el altavoz mediático de la izquierda, pero aquí es otra cosa. Sucumbe en las Cortes Valencianas cada vez que Mazón aprieta un poco el acelerador político y le deja en evidencia. Porque tampoco Compromís tiene ninguna iniciativa de oposición constructiva que emocione al electorado más allá del nacionalismo.

Mazón en cambio, fue capaz de elaborar y desarrollar un discurso de cinco horas, con medio centenar de propuestas y medidas para lo que queda de la legislatura. Hay quien sostiene que lo hizo para evitar que Muñoz o Baldoví pudiesen tener el premio en los telediarios, como si no hubiese telediarios por la noche.