
La ruta del faro de l'Albir.
La ruta del faro con mejores vistas de Alicante entre calas y acantilados
La Marina Alta cuenta con uno de los recorridos senderistas más reconocidos de la provincia por su paisaje y vegetación.
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El norte de la provincia de Alicante cuenta con decenas de calas y acantilados que hacen que pasear por su paisaje litoral sea una actividad casi obligada. La Marina Alta cuenta con una ruta que destaca entre las demás por tener como protagonista al faro de l’Albir en l'Alfàs del Pi, en el paisaje del Parque Natural de Serra Gelada.
Esta ruta senderista está rodeada de paisajes de gran belleza que serpentea por espectaculares acantilados con vistas al mar Mediterráneo. El gran encanto de la ruta del Faro de l’Albir son sus grandes vistas a los acantilados y a formaciones geológicas como la Cueva de la Ballena en l’Albir o las minas de cobre y calas y playas. Todos estos atractivos se reparten en una ruta de 5 km de ida y vuelta.
Además, por el camino se encuentra la Torre Bombarda, que sigue vigilando el horizonte de la bahía de Altea y que fue construida por orden de Felipe II.
Desde Turisme Comunitat Valenciana destacan que uno de sus fuertes es que es "una ruta perfecta para recorrer en familia y con niños" debido a su accesibilidad, lo que también la hace compatible con excursionistas en silla de ruedas.
"Es recomendable bajar a las calas que irás encontrando. En concreto vas a poder conocer las del Amerador, donde antiguamente se ponía a secar el esparto con el que se fabricaban diversos utensilios, la del Metge, y la de la Mina, en la que podrás ver de cerca los restos de una mina de cobre", explican desde el portal turístico.
El faro se enmarca en el Parque Natural de la Serra Gelada, un entorno que abarca un total de 5,653.92 hectáreas, de las cuales 4,908.95 son de ámbito marino, como el Illot de la Mitjana, el Illot de Benidorm y los Illots de l'Olla y la Galera.
Su nombre viene dado por su orientación, ya que se crea un microclima más frío, y también por el efecto óptico que produce la piedra caliza al reflejarse la luz en ella en las noches de luna.
Durante la ruta se puede observar vegetación de un valor excepcional. La Serra Gelada cuenta con un bosque mediterráneo en una de sus laderas, mientras que, en la ladera que da al mar, se encuentran especies capaces de soportar suelos salinos y los efectos abrasivos del viento, entre los que destaca la duna fósil colgada.