
La vista de una de las estancias de este hotel situado en Elche.
Este es uno de los mejores hoteles con encanto en Europa: una escapada en un patrimonio mundial de Alicante
En medio del histórico palmeral de Elche, este proyecto lo distinguen en estos premios internacionales.
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"La conservación del patrimonio no debe significar una condena, sino una invitación a buscar soluciones creativas y compatibles". Esa es la idea con la que desde la provincia de Alicante Lucía Candel presume del logro conseguido con su hotel, reconocido como uno de los mejores hoteles con encanto de Europa.
Así se lo han distinguido recientemente en la gala de los premios Rusticae a la excelencia hotelera. Esta red que abarca establecimientos considerados en esta categoría de Inglaterra, Italia, Francia, Portugal, Andorra y España se ha fijado en su especial trabajo en Elche.
"Es un gran honor", valora Candel, "porque dentro de Rusticae hay establecimientos realmente excepcionales, con una trayectoria y un nivel de excelencia altísimos". Su proyecto ha ganado en la categoría de iniciativa hotelera "por su innovadora apuesta por la sostenibilidad y la integración con el entorno", según la organización.
¿Cómo lo han hecho? La construcción modular es la clave de Hort de Nal. "Al estar en un entorno protegido declarado Patrimonio Histórico por la Unesco, palmeras centenarias y la categoría de Bien de Interés Cultural, decidimos optar por una solución más respetuosa con el entorno", recuerda la directora.
Eso se traduce en que al plantear la ampliación de un edificio "diseñado en 1976 por el arquitecto Antonio Serrano Bru como una vivienda privada para un empresario del calzado", apostaron por una "ampliación modular, que evita la cimentación tradicional".
Candel destaca que "para los clientes esto implica una estancia en un espacio innovador, eficiente y perfectamente integrado en el entorno natural, sin renunciar a la calidad ni a la exclusividad".
Eso es lo que les permite crear confortables espacios con maderas y otros materiales sostenibles en lugares donde sería imposible construir. Y gracias a los 30.000 metros cuadrados de la finca tienen toda la privacidad que se quiera desear.
A esas ventajas Candel añade que "este tipo de módulos reduce significativamente los tiempos de ejecución, minimiza el impacto ambiental y mejora la flexibilidad del diseño". Por ello cree que se podrán "adaptar a las necesidades del futuro sin afectar el equilibrio del espacio".
El ejemplo, ahora internacional, del hotel Hort de Nal "plantea una solución a un problema complejo" que bien conocen en Elche: "Cómo equilibrar la protección de un paisaje protegido y un patrimonio histórico con la posibilidad de realizar actividades económicas no invasivas que permitan sustentar su mantenimiento y, al mismo tiempo, ponerlo en valor".