Juanma Beltrán en su gimnasio de San Vicente.

Juanma Beltrán en su gimnasio de San Vicente. Jorge Verdú

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Juanma, empresario con 24 años en San Vicente: "He invertido 15.000 euros en mi gimnasio y ahora vivo de ello"

El joven cuenta cómo consiguió montar su propio negocio a tan temprana edad y explica las dificultades que ha encontrado por el camino 6 meses después.

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San Vicente del Raspeig
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Tras tres años trabajando de casi todo y llegando a acumular cuatro empleos a la vez, empalmando turnos interminables de hasta 18 horas, Juanma Beltrán ha cumplido su sueño de vivir de su propio gimnasio.

Abrió su negocio en abril y desde hace dos meses ha podido dejar sus otros trabajos como personal de seguridad para dedicarse al cien por cien a su gimnasio de boxeo y kickboxing, el Gold Lion Club de San Vicente del Raspeig.

Echando la vista atrás, reconoce que el camino no ha sido tan sencillo como esperaba. "Estuve un año y medio mirando locales y quedando con inmobiliarias, porque me veían joven y creían que les estaba vacilando", recuerda tras finalizar una clase matutina.

Finalmente encontró el lugar para materializar la idea que tanto tiempo llevaba en la cabeza.

"Ha sido mucho esfuerzo trabajar en varios sitios a la vez. También pedí un préstamo para ir más libre. Invertí unos 15.000 y ahora vivo de ello", comenta.

Juanma Beltrán abrió su gimnasio el pasado mes de abril.

Juanma Beltrán abrió su gimnasio el pasado mes de abril. Jorge Verdú

Tras la importante inversión inicial, reconoce que apenas lleva las cuentas, porque "todo lo que sale es para reinvertirlo".

"Yo tengo un pequeño sueldo que es para cenar con mis amigos o comprarme ropa o mis cosas personales, y el 60-70 % es para reinvertirlo: para la gente que entra, para hacer camisetas y traer material. Todo para mejorar el local", apunta el sanvicentero.

"Lo más seguro es que en cualquier trabajo normal cobraría más y me lo quedaría para mí, pero al final mola porque lo haces con un propósito", afirma.

Ahora trabaja entre cinco y siete horas diarias, pero está pagando el precio de haber forzado su cuerpo para poder emprender a tan temprana edad.

El emprendedor está pagando ahora todo el esfuerzo que hizo para reunir el dinero.

El emprendedor está pagando ahora todo el esfuerzo que hizo para reunir el dinero. Jorge Verdú

"Abusaba mucho de la cafeína y, a día de hoy, lo estoy pagando, porque mi cuerpo ha llegado a una fase en la que me está saliendo todo, todo lo que he trabajado y toda la cafeína que me he tomado", sostiene el joven.

El estrés de emprender

Pero más allá de lo físico, donde más ha notado el desgaste es en lo mental. "El tema del estrés aún no lo controlo mucho, pero ya me lo estoy tratando, porque al final llevar todo esto tú solo no es fácil".

La combinación entre la búsqueda constante de mejoras y la presión de no depender de nadie más que de sí mismo es lo que encuentra más complicado del emprendimiento.

Beltrán está "todo el rato dando vueltas a cómo mejorar. Me despierto pensando y me acuesto pensando".

Alumnos del Gold Lion Club tras una clase.

Alumnos del Gold Lion Club tras una clase. Jorge Verdú

"No estás preparado para tener tanta responsabilidad de cosas que no controlas, como que a alguien le siente algo mal o que alguien se vaya descontento, que no es el caso, pero siempre hay cosas que se te escapan", comenta.

Todo este esfuerzo va dirigido a que la gente salga contenta del gimnasio. "Si fallo, pierdo dinero: al final es mi comida. Siempre intento dar un buen servicio. Por suerte, tengo alumnos que me ayudan bastante en algunas clases", añade.

Por último, el sanvicentero lamenta que en España falte educación financiera y que "en el instituto no te enseñen nada sobre cómo gestionar un negocio o hacer una factura".

"Cuando ves la realidad, es una pena que no salgamos más preparados, porque vamos aprendiendo a golpes", concluye.