Juan Carlos Brotons, delegado en Alicante de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE).

Juan Carlos Brotons, delegado en Alicante de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE). Jorge Verdú

Economía

Juan Carlos, experto en coches eléctricos, sobre el apoyo de la UE a los gasolina: "Hay letra pequeña, serán más caros"

El delegado en Alicante de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE) lamenta este "bandazo" que permitirá comercializar vehículos de combustión.

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Alicante
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La decisión de la Unión Europea de permitir comercializar vehículos de combustión más allá de 2035 ha sido celebrada por fabricantes automovilísticos, pero la industria de coches eléctricos considera este cambio de rumbo un frenazo erróneo. Esta polémica decisión afecta a 1,15 millones de alicantinos con carné de conducir.

Más allá de lo llamativo de la medida, esta esconde requisitos que muchos han pasado por alto y que plantea requisitos imposibles de cumplir con la tecnología actual.

Pese a la celebración de la industria de la combustión, Juan Carlos Brotons, delegado en Alicante de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE) y usuario de coche eléctrico, explica que el anuncio es "un error que deja en bandeja el mercado eléctrico a China".

"Hay letra pequeña, antes no se permitía ningún tipo de emisión a partir de 2035 y ahora se permitirá un 10 % de emisiones respecto a lo que había en 2021", detalla sobre la regulación.

En otras palabras, esto supondría que los coches dentro de una década tendrían que consumir "alrededor de medio litro cada 100 kilómetros".

"Es difícil. Mucho tenemos que correr para avanzar en una tecnología de combustión cuando el mundo, y China en particular, va en la dirección de la electrificación. Vamos a avanzar en combustión para después dejarlo", lamenta.

Pero hay más letra pequeña, ya que la Unión Europea pedirá "compensar ese CO₂ que estás emitiendo utilizando biocombustibles o acero verde, el que se fabrica usando energías renovables. ¿Eso qué quiere decir? Que el coche va a ser más caro", asegura el delegado de AUVE.

Futuro eléctrico

Brotons califica el movimiento como "un bandazo" para contentar a la industria y, sobre todo, a Alemania, el mayor fabricante, pero cree que la combustión tiene los días contados en un futuro a medio plazo.

"Estamos poniendo tiritas a una gangrena en vez de cortar cuando la enfermedad avanza muy rápido", compara.

Y recuerda que la Edad de Piedra no acabó porque se acabaran las piedras, y que la era del vehículo eléctrico no va a llegar porque se acaben los vehículos de combustión prohibiéndolos.

"En China ya uno de cada diez vehículos es eléctrico y en Europa solo uno de cada veinte. Y China no ha dado el paso precisamente por ser un país al que le preocupe la contaminación, sino porque tiene una producción a bajo coste con calidades brutales", destaca.

La transición hacia el coche eléctrico, bajo su punto de vista, es "inevitable y estará impulsada por la economía de mercado más que por la regulación".

Así, advierte de que esta incertidumbre podría debilitar la competitividad de la industria automotriz europea frente a los fabricantes asiáticos.

Para él, cambios de dirección como estos desvían el foco de los verdaderos retos de los coches eléctricos, siendo el principal mejorar la infraestructura de recarga pública.

Recarga pública

Si bien se están dando grandes facilidades para instalar cargadores en parkings privados y viviendas, los usuarios que no tengan posibilidad de cargarlo en casa tendrán más difícil dar el paso, al requerir una mayor planificación y disponer de menos ahorro.

"Hay más coches que duermen en casa de lo que se piensa, pero para quien no tiene esa posibilidad aún no se sabe por dónde van a ir los tiros", comenta, poniendo de ejemplo el barrio de Carolinas, con casas de la década de los setenta que no tienen aparcamiento.

"No es imposible, pero sí lo tienen un poco más complicado para pasarse al eléctrico, y ahí es donde se tienen que poner a trabajar las administraciones con el suelo público", concluye Brotons.