La pobreza que trasciende el hambre

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Economía

Del mito del 'Levante feliz' a una Comunitat Valenciana que se empobrece: la renta media sigue por debajo de la media española

Una quinta parte de los hogares valencianos declara llegar a final de mes con dificultad o mucha dificultad, un porcentaje superior al promedio del conjunto de España.

Más información: En 2024 creció un 1,4% la población con riesgo de pobreza en la Comunitat Valenciana: ya es el 26,2%

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El buen clima, la vida tranquila y una sociedad alegre y festiva no lo son todo. Aquel mito del "Levante feliz" donde muchas personas aspiraban a vivir y trabajar lleva años en decadencia por la situación de las economías familiares. Tal vez por ello la mayor compra de vivienda en la Comunitat Valenciana se ha disparado entre los extranjeros (con mayor poder adquisitivo), llegando a superar el 40% en la provincia de Alicante.

La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2024 dibuja un panorama en la Comunitat Valenciana donde la recuperación económica no termina de traducirse en bienestar para todos los hogares. La renta media de los hogares de la Comunitat Valenciana se situó en 2024 en 33.031 euros mientras que la media nacional asciende a los 37.000 euros. Así, la renta media de los hogares valencianos es inferior a la media nacional, con una brecha que se aproxima a los 4.000 € anuales (o alrededor de 330 € netos menos al mes) respecto al conjunto de España.

Esta dinámica presenta fuertes diferencias entre provincias, como lo recoge la "Estimación de los principales indicadores de la encuesta de condiciones de vida a nivel provincial 2024" publicada por el Portal Estadístico de la Generalitat. Y el riesgo de pobreza también sigue por encima de la media nacional. Los datos muestran una brecha creciente entre quienes logran consolidar su estabilidad y quienes viven al límite cada mes, especialmente en los territorios más tensionados por el precio de la vivienda.

Según la estadística autonómica, en torno a una quinta parte de los hogares valencianos declara llegar a final de mes con dificultad o mucha dificultad, un porcentaje superior al promedio del conjunto de España. Esta presión se concentra especialmente en familias con menores a cargo y en hogares sustentados por empleos precarios o intermitentes.

Organizaciones sociales advierten de que la inflación acumulada de los últimos años, unida al encarecimiento de la energía y la cesta de la compra, ha erosionado el margen de unas economías domésticas que ya partían de niveles de renta inferiores a la media nacional.

La renta media por persona en la Comunitat Valenciana se sitúa por debajo de la española, con diferencias internas notables entre Castellón, Valencia y Alicante. Castellón presenta niveles de renta por hogar algo superiores a la media autonómica, mientras que Alicante figura en la parte baja, con mayor peso del empleo estacional y salarios más reducidos.

Sin embargo, una renta media algo más alta no garantiza cohesión social: en provincias como Castellón se consolida una “brecha silenciosa” en torno al acceso a la vivienda, especialmente en el alquiler, que concentra buena parte de la vulnerabilidad. En Alicante, la combinación de turismo, segunda residencia y presión demográfica eleva los precios y deja a muchos hogares al borde del sobreendeudamiento.

Pobreza y exclusión

La tasa de población en riesgo de pobreza o exclusión social en la Comunitat Valenciana se sitúa varios puntos por encima de la media estatal, consolidando a la autonomía entre las más vulnerables del país. Diversos informes cifran cerca de un tercio de la población valenciana en situación AROPE, lo que supone cientos de miles de personas con ingresos insuficientes, privación material o baja intensidad de empleo.

Dentro de este grupo crece el peso de la pobreza severa, que afecta a quienes viven con ingresos muy por debajo del umbral general y que apenas alcanzan para cubrir gastos básicos de vivienda, alimentación o suministros. Las entidades sociales alertan de un empeoramiento de la privación material severa, con más hogares que acumulan retrasos en el pago de facturas o que renuncian de forma habitual al ocio y a otros consumos considerados esenciales para una vida digna.

La vivienda emerge como uno de los factores clave que explican por qué la Comunitat mantiene tasas de pobreza más elevadas que otras regiones con niveles de renta similares. Entre quienes viven de alquiler, casi la mitad se encuentra en riesgo de pobreza, reflejo de unos precios que en la última década se han disparado muy por encima de los salarios.

​Informes recientes sobre Alicante apuntan, además, a que sólo una fracción mínima de las viviendas de nueva construcción entra en el mercado a precios realmente asequibles, lo que desplaza a las familias con menos recursos hacia zonas más periféricas y con peores servicios. Esta dinámica alimenta un círculo de exclusión territorial y social que la ECV detecta también a través de indicadores como el hacinamiento y la falta de espacio en el hogar.

Los datos de la ECV también confirman que las transferencias sociales (pensiones, prestaciones y ayudas autonómicas) reducen de forma significativa la tasa de pobreza en la Comunitat Valenciana. Sin este colchón, la proporción de población en riesgo se dispararía más de veinte puntos, lo que evidencia la importancia del Estado del bienestar en la corrección de las desigualdades.

Pese a ello, los indicadores provinciales de 2024 apuntan a que la protección social no logra compensar del todo los efectos combinados de los bajos salarios, la precariedad laboral y el coste de la vivienda, por lo que la Comunitat encara 2025 con el reto de que la mejora macroeconómica se traduzca, por fin, en mejores condiciones de vida para la mayoría.