El presidente de la patronal hotelera de Benidorm (Hosbec), Toni Mayor, aprovechó la asamblea anual de la asociación celebrada la semana pasada para anunciar que dejaba el puesto tras 14 años. Con Mayor se cierra una época en la representación empresarial de la provincia de Alicante, que pierde una de sus voces más críticas con las administraciones de todo color político y condición. 

El empresario hotelero verbalizó los agravios cuando nadie se atrevía a alzar la voz. Y como muestra, un botón: pidió públicamente la "dimisión en bloque" de todos los miembros del Consell cuando se hicieron públicos los costes de la Fórmula 1 en Valencia, en plena hegemonía del PP de Francisco Camps.

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Aquello le valió una dura reprimenda, pero nunca quedó relegado a un segundo plano. Si acaso, Hosbec solo ha ganado notoriedad en estos últimos tres lustros, hasta convertirse en el primer lobby turístico de la Comunidad Valenciana, con representación en las tres provincias y más de 100.000 camas asociadas. 

Mayor decide así no agotar los dos ejercicios que le quedan de mandato y escenificar una transición tranquila con una asamblea extraordinaria este otoño, tras la vorágine de un verano que acaricia la recuperación y como preámbulo de los retos que el sector tiene que afrontar de manera inminente: la mal llamada tasa turística valenciana, la negociación de los precios del Imerso y, en un contexto más global, la inflación y la escalada de precios de los suministros.  

El futuro

¿Qué se puede esperar? Todas las miradas apuntan al vicepresidente de Hosbec, Fede Fuster, un joven empresario benidormí de segunda generación que lleva algunos años sonando como sustituto de Toni Mayor. Fuster es dueño de dos hoteles familiares en la capital turística y de dos bloques de apartamentos, y también forma parte del comité ejecutivo de la patronal hotelera nacional, la Cehat.

Fuster tiene un tono muy distinto al de Mayor, algo que tampoco parece muy complicado teniendo en cuenta las singulares características del aún presidente de Hosbec. Pero lo importante, según señalan fuentes empresariales, es el mensaje, y aporta una mirada nueva a un sector que ha cambiado radicalmente en la última década, con muchos retos en el futuro inmediato vinculados a la tecnología. 

Fede Fuster, en su intervención en contra de la tasa turística en la asamblea anual de Hosbec.

Uno de ellos es la implantación en Benidorm del Centro de Inteligencia Turística de España. Aunque la ciudad ya cuenta con mucho trabajo hecho en cuanto al manejo de big data, esta apuesta del Gobierno español es un ambicioso proyecto (más de 130 millones de euros) cuyo objetivo es convertir la capital turística en el cerebro de la industria en España.

El horizonte político

Más inmediatos son los problemas relacionados con la clase política, y con los que el nuevo presidente de Hosbec tendrá que lidiar desde el primer minuto. El más urgente, la negativa de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, a incrementar los precios del Imserso, algo que amenaza con provocar una espantada de hoteles que podría hacer peligrar la viabilidad del programa. 

La batalla de los precios del Imserso lleva muchos años encima de la mesa, pero ha sido este ejercicio, con una inflación y unos costes de los suministros disparados, cuando la patronal está dispuesta a ir a la guerra total. 

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Otro de los frentes en el horizonte es la tasa turística valenciana, que los tres partidos del Botánico (PSOE, Compromís y Unidas Podemos) quieren poner en marcha antes de 2024. Se trata de un impuesto que se cobrará a los visitantes que pernocten en alojamientos privados (hoteles, apartamentos, casas rurales y campings), así como a los cruceristas, y que cuenta con el rechazo unánime de todo el empresariado e incluso de algunos miembros del Gobierno valenciano, como el secretario autonómico Francesc Colomer. 

En este sentido, la persona que suceda a Mayor tendrá que mantener la oposición a este incremento de la presión fiscal con un discurso reivindicativo pero sin politizar excesivamente la actividad de la asociación, algo que Mayor conseguía fácilmente no discriminando al objeto de sus críticas. Ese será precisamente el mayor reto de quien tome el rumbo de la principal patronal turística de la Comunidad Valenciana: mantenerse relevante en un contexto convulso eligiendo bien sus batallas. Desde luego, no será por oportunidades.