Alejandro Carrillo, entrenador de Agustinos y profesor del centro.

Alejandro Carrillo, entrenador de Agustinos y profesor del centro. Fundación Agustinos

Deporte

La gesta de Agustinos: un colegio alicantino que lidera la División de Honor Plata de balonmano

El equipo de Alejandro Carrillo, profesor del centro, desafía a históricos del balonmano español: "Somos realistas y este no es nuestro sitio"

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Alicante
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La Fundación Agustinos Alicante vive un momento tan inesperado como ilusionante. El equipo alicantino, formado en su mayoría por jugadores criados en el propio colegio, lidera la División de Honor Plata, la segunda categoría del balonmano nacional, con dos puntos de ventaja y un partido menos que sus perseguidores, pese a competir frente a clubes con mucha más historia y presupuestos muy superiores.

El conjunto dirigido por Alejandro Carrillo, profesor de Educación Física y exalumno del centro, ha pasado en apenas tres temporadas de pelear por la permanencia a mirar desde arriba la clasificación.

"No esperábamos un inicio así, aunque sabíamos que en esta categoría cualquiera puede ganar a cualquiera", admite el técnico alicantino, que subraya el buen momento de sus jugadores. "La dinámica es buena y los chavales se lo están creyendo", afirma.

Carrillo, de 50 años, insiste en mantener los pies en el suelo a pesar del arrollador comienzo de sus pupilos. "Somos realistas y este no es nuestro sitio; el tiempo dirá dónde merecemos estar", explica.

El entrenador recuerda que el objetivo inicial era huir cuanto antes de la zona baja. "Por escapar deprisa de la cola nos hemos metido arriba", bromea, si bien admite que en el equipo ya hay quién piensa en, por lo menos, el playoff de ascenso a la Asobal.

Las victorias ante equipos como Fertiberia Puerto Sagunto, Burgos, Anaitasuna o Barça B, rivales con más recursos y expectativas, han consolidado al equipo en la parte alta por delante de súper potencias como el mismísimo Benidorm, recién descendido de la Asobal.

"Por pequeños detalles se ganan partidos y, de momento, se están dando todos a favor. Pero pueden venir en contra en cualquier momento, por eso hay que seguir trabajando", afirma el técnico.

El equipo alicantino, en opinión de Carrillo, se caracteriza por su atrevimiento. "Jugamos siempre con descaro. Si no somos valientes y no asumimos riesgos, las opciones de ganar se reducen", sostiene el preparador, que destaca además el histórico "plus" que a su equipo le da jugar arropado por su cantera en La Catedral.

"En nuestro pabellón nos arropan los chicos de la cantera y eso nos obliga a dar ejemplo", señala.

El técnico también valora que este curso el grupo ha ganado madurez, sobre todo en los partidos como visitante, donde tradicionalmente su rendimiento era menor.

"Aunque muchos jugadores han salido del cole, esta ya es la tercera temporada en Plata y eso se nota. Los veteranos aportan temple y los jóvenes han dado un paso al frente", comenta.

Agustinos también se ha beneficiado de la llegada de varios jugadores procedentes del recién ascendido EÓN Alicante.

"Alberto, Dídac o Lorenzo son un espectáculo y, además, son de aquí. Queríamos contar con gente de Alicante, y en esta categoría están demostrando su nivel. Dónde iban a estar mejor que aquí", argumenta Carrillo.

El entrenador reconoce que lleva el liderato con naturalidad. "Disfruto del balonmano, pero no tengo tiempo ni para saborear victorias ni lamentar derrotas. Acaba un partido y ya estoy pensando en el siguiente", explica. "No suelo mirar la clasificación, aunque es evidente que alrededor se genera ilusión, sobre todo en el colegio", añade.

Esa ilusión se nota en las aulas del centro, donde se respira balonmano. "Los niños vienen a preguntarme por los partidos, conocen a los jugadores y hablan con ellos. Ver al primer equipo competir contra estos rivales les motiva a querer formar parte de esto algún día", señala Carrillo.

El próximo mes será exigente para Agustinos, que se medirá a Coruña, Benidorm y Oviedo, entre otros.

"Vendrán rachas malas, pero lo importante es que, aunque se pierda, todos regresen a entrenar el primer día de la semana con las mismas ganas", concluye el entrenador, que prefiere hablar de "trabajo" antes que de milagros para explicar lo que está sucediendo en La Catedral.