Empezó el año como el primer español presidente de la unión científica más importante del mundo y lo despide con el título de honoris causa. Entre ambos hitos, el catedrático de la Universidad de Alicante Javier García destaca la importancia de tener más inversión para fomentar las carreras científicas de los jóvenes. Y en esa preocupación por el futuro también lamenta las oportunidades perdidas con la COP27 de Egipto.

"Ha sido un año muy especial", reconoce el investigador. Su paso de vicepresidente a la presidencia de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada. "La Iupac no solamente es la nomenclatura química —aquello que estudiamos cuando estamos en el colegio la tabla periódica los elementos químicos—, sino que realmente es el organismo que gobierna, que da sentido a la química".

Eso implica, como detalla, "que nos proporciona los datos, las medidas, los estándares que necesitamos en realidad todos los científicos para llevar a cabo nuestra investigación". Por estas razones asegura que "está siendo una oportunidad extraordinaria para poder impulsar proyectos internacionales a favor de la sostenibilidad, de la diversidad de la Transición Energética...".

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Entre ellos está una iniciativa como el Año Internacional de las ciencias básicas para el desarrollo sostenible que coorganiza la Iupac. "Y uno de los puntos fundamentales es que solo con ciencia primero vamos a entender el origen de los problemas que tenemos que resolver: ya sea cuáles son los datos que están detrás de cambio climático o de la contaminación de tema de los plásticos".

Ese razonamiento ya refleja su forma de abordar cuestiones de esta clase: "Primero, entender los problemas y luego crear soluciones concretas". Una de las más deseadas en su ámbito es la aplicación del hidrógeno verde, "esa oportunidad que representa utilizar el agua como fuente como materia prima para generar todo tipo de combustibles y de moléculas de alto valor añadido".

Su vocabulario de emprendedor, ya que creó y luego vendió Rive Technology, lo aplica al razonar las posibilidades que se crean con la transformación de residuos en moléculas de interés. Por ejemplo, en el caso del CO2 en convertirlo "en monómeros para la síntesis de plásticos que no provienen del petróleo". Es decir, "gracias  a la catálisis, gracias a la electroquímica, hoy es posible transformar CO2 —que es un problema— en moléculas de alto valor añadido y en combustibles sostenibles".

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Este 2022 lo define como "complicado", desde su posición en la Iupac. "Un año en el que hemos visto como los líderes mundiales no se han puesto de acuerdo en Egipto en el COP 27 para llegar a esos acuerdos necesarios". La guerra en Ucrania y el aumento del precio de la energía "a la industria química pues le supone también un rompecabezas importante", prosigue.

A pesar de esas complicaciones, García valora que "este año hemos publicado la lista de las diez tecnologías emergentes en el sector químico, que son aquellas que pensamos desde la Iupac que nos permiten construir ese futuro más sostenible, más resiliente, económicamente más competitivo".

Y para llegar a él, es necesario que haya un apoyo real desde la Administración pública. García, que en el pasado ha expresado con contundencia su opinión sobre la falta de inversión en innovación, lo sigue haciendo en la actualidad. 

"España continúa año tras año siendo un país líder en ciencia", destaca. "somos entre la novena y la décima potencia mundial en producción científica". "Y, sin embargo, somos la 25 en inversión de I+D", añade. "Eso quiere decir que estamos jugando en Primera División con presupuestos de Segunda B. Por eso nos duele tanto que no tengamos esos recursos, que los más jóvenes tengan una situación precaria, que no tengan contratos mejores", porque tenemos una cantera tan buena que, con un poco de apoyo, podríamos estar incluso mejor", concluye.