Josep Ramon Lluch se pone delante de las cámaras de nuevo con 'El retrovisor'.

Josep Ramon Lluch se pone delante de las cámaras de nuevo con 'El retrovisor'.

Audiovisual

Josep Ramon Lluch vuelve con 'El retrovisor': "Canal 9 era una marca ilusionante que estaba en todas partes"

El presentador de programas históricos como 'Parle vosté, calle vosté' defiende un modelo de televisión pública en la Comunitat Valenciana sin famosos nacionales.

Más información: 'El debat', nuevo espacio de À Punt, emite este viernes su primer programa: "¿Está el feminismo en crisis?"

Alicante
Publicada

Josep Ramon Lluch regresa a la pantalla de la televisión en la Comunitat Valenciana con El retrovisor, un programa de À Punt que bucea en los archivos de la antigua Canal Nou para reflexionar sobre la evolución de la sociedad.

Hace más de tres décadas la noche de los viernes tenía en Lluch a un presentador que creó marca en la entonces joven televisión pública. Ahora confiesa a EL ESPAÑOL estar "muy emocionado" con el equipo profesional y con la acogida del concepto del programa.

Con él quiere aprovechar que "tenemos 35 años de historia guardada en los archivos de esta casa de Ràdio Televisió Valenciana desde el 89 en que fue inaugurada con el nombre de Canal Nou". El retrovisor se pregunta qué piensa la sociedad valenciana ahora sobre temas que preocupaban "hace 25 o 30 años" a partir de esas imágenes.

Ahora la noche de los sábados tiene tres horas en directo para "un enfrentamiento generacional entre yo, que tengo 65 y soy un boomer puro, y Anaís Ordòñez, que tiene 30 y es una millennial pura" y ejerce de copresentadora.

Lluch explica que la realidad del programa "lo refleja cada día porque nos sorprenden". Por ejemplo, en el programa sobre el sexo de este sábado rescataron imágenes de programas de los 90 donde la gente hablaba de su intimidad "de una manera fresca, absolutamente desinhibida". Ahora, esa franqueza sería "impensable" y "políticamente incorrecta" en muchos casos.

A pesar de su regreso al plató, Lluch reveló que, aunque el proyecto era suyo, inicialmente no pensaba presentarlo, pues la labor de presentador le "aburría". De hecho, le resulta "más excitante y más exigente decirle a otro lo que tiene que hacer o qué tiene que decir" que hacerlo él mismo.

La oportunidad surgió tras comentar la propuesta con la dirección de la cadena, y hubo un consenso: "Escucha, ¿lo tendrías que presentar tú?". El nombre del programa, El retrovisor, tiene una filosofía clara: "Miramos el pasado y nos preguntamos sobre el presente".

Así lo muestra en el primer programa, que como todos se puede ver también en la página web de apuntmedia.es. En él hace la pregunta ¿quién no trabaja es porque no quiere? que lanzó en su primer programa de Carta Blanca en 1992.

Y ahora ha llegado a la conclusión de que muchas de las respuestas de hace más de 30 años serían similares a las que se lanzan en estos momentos porque "en muchas cosas no cambia tanto," aunque existan nuevos conceptos como los riders o el teletrabajo.

En otros temas como los derechos de la comunidad LGTB, la evolución ha sido "brutal". En los 90, este colectivo "no tenía ningún tipo de derecho. Estaban discriminados, estigmatizados". Ahora, en cambio, han sido reconocidos y a "nadie se le ocurriría a nadie en la televisión hacer un chiste donde se denigrara su condición sexual".

Volver a dar la cara

El de nuevo presentador matiza que si los espectadores le recuerdan por programas icónicos como Carta blanca y Parle vosté, calle vosté, su carrera ha estado más tras las cámaras. "Solo presenté seis temporadas", destaca. El resto de su carrera la ha hecho "fuera de Valencia" ya sea en Madrid, donde fue el "primer director del Sabor a ti" o en televisiones autonómicas.

Pero aunque hacía "27 años que yo no decía buenas noches", lo más sorprendente es que la gente aún lo reconoce en la calle, incluso en lugares inesperados. La gente recuerda con "alegría" y de "una manera muy afectuosa, de una manera muy emotiva" sus programas, lo que para Lluch es "impagable".

En esas casi tres décadas, la propia televisión también ha cambiado y Lluch quiere demostrarlo con el cambio que aplica respecto a un programa en el que se dio a conocer el padre Apeles. "En mi programa no hay famosos, no hay gente de fuera", remarca contundente.

La televisión valenciana

Esta es una diferencia radical respecto a los años 90, cuando la televisión valenciana se hacía pagando a gente famosa de Madrid "del mundo del corazón, de la comunicación, del espectáculo, de la música". Lluch defendió que "los valencianos no necesitamos que nadie de fuera nos venga a hablar de los valencianos". Consideró que pagar a gente de fuera fue "una enfermedad de los 90".

Y si hablamos de Canal 9 en pasado es porque esa televisión se cerró y se creó una nueva, À Punt. "La marca À Punt no ha funcionado, es un desastre", lamenta, "fue un error que la marca Canal Nou desapareciera". À Punt, a pesar de los años, "no tiene la notoriedad, no tiene el cariño que tenía Canal Nou incluso en sus peores momentos".

La diferencia con el pasado es notable: en los 90, la cadena tenía una media de cuota de pantalla "por encima del diez," y programas como los que él presentaba promediaban "veinticinco incluso treinta". Ahora, obtener "un tres es un éxito".

En aquel momento, "Canal Nou era una marca ilusionante que estaba en todos los bares, en todas las salitas, en todos los comedores y ahora no". Ahora, el problema es que la marca À Punt "ha desaparecido del mando a distancia" y es difícil reconectar con el público.

La tarea pendiente, que requiere "tiempo y de mucho dinero," es conseguir que los valencianos entiendan que este canal, "con todos los déficits, con todos los errores y con todos los aciertos, es el nuestro".