Carmen, Marina, Sara y Ralph siguen al pie del cañón en la librería 80 Mundos.

Carmen, Marina, Sara y Ralph siguen al pie del cañón en la librería 80 Mundos. M.H.

Cultura

La amenaza de cierre hizo a esta librería de Alicante la más famosa de España, ahora han de afrontar su futuro

Carmen, Marina, Ralph y Sara agradecen el apoyo recibido de la comunidad para el Verkami con que preparan el traslado al nuevo local.

Más información: El auge de los pisos turísticos expulsa a la librería más veterana (y premio nacional) de la ciudad de Alicante

Alicante
Publicada

Un fondo de inversión para viviendas turísticas compró el edificio donde la librería 80 Mundos ha estado 41 años en la ciudad de Alicante y les anunció su cierre. Esta historia corrió como la pólvora por todo el mundo este verano para convertirles en "la librería más famosa de España muy a nuestro pesar". Ahora agradecen el apoyo recibido en estas semanas hasta que abran en su nuevo local.

Carmen Juan, Sara Trigueros, Ralph del Valle y Marina Vicente están operativos ajustando todo lo necesario para atender a los clientes y sus pedidos mientras se preparan para la mudanza. Un intenso trabajo en las semanas de más ajetreo del año, las de la campaña de libros escolares, en la que también tienen que gestionar la campaña de financiación colectiva lanzada en Verkami.

Sentados poco antes de abrir las puertas, Ralph recuerda que hubieran preferido "seguir siendo mucho menos famosos y conservar nuestra casa". Tras estas semanas, ya pueden hablar con otra perspectiva de aquel golpe cuando cuentan que recibieron a los representantes de la inmobiliaria madrileña Lupliale y dijeron "que nos fuéramos a la calle lo antes posible porque ya tenían un plan".

Aquel representante, según recuerdan, les dijo que "cada día que pasa en Alicante estoy perdiendo dinero y solo quiero recuperar mi inversión y volverme a mi casa". Por eso reconocen, como apunta Sara, sentirse en ese primer momento "empequeñecidos". 

Sí el impacto de tener que irse fue "muy violento", como apunta Ralph, y Carmen recuerda que eso significa que "impacta en todos los sentidos, económico también". Por eso, valoran que frente a esta adversidad, la comunidad de Alicante mostró un apoyo "excepcional y ganas de colaborar".

Al igual que pudieron capear la pandemia con campañas de preventa de libros en línea por Verkami, ahora lo hacen para afrontar los gastos que supone todo este cambio. El objetivo planteado era de 20.000 euros. En tan solo una semana, ya han logrado el 70% de su meta, vendiendo libros pero también cafés, ilustraciones de alicantinos y hasta una camiseta de fútbol.

Sara puntualiza que el crowdfunding no es una donación a fondo perdido: "De alguna manera, se amplía nuestra oferta de venta". "Estás comprando un producto igual que cuando compras una tostadora en una tienda de electrodomésticos o un libro en una librería", detalla.

El dinero es necesario para pagar "la entrada a un local que no es este" y la mudanza. No han recibido "ninguna indemnización", como apunta Marina, del contrato que se tenía aún lo que convierte el desembolso en un "riesgo enorme" para los socios.

La continuidad está asegurada y lo recalcan porque su intención es que no haya ni un día de cierre en el proceso de cambio para así poder seguir atendiendo a los clientes. Lo que sí habrá es un acto especial de despedida y otro de entrada en el nuevo local, justo a dos calles, en lo que era Pynchon.

Esto les permite "conservar nuestro entorno" y un "local que, las cosas como son, es muy atractivo visualmente", valora Ralph.

Si su caso les convirtió en un símbolo de resistencia frente a los excesos sin control, los símbolos "también tienen que comer". "Ser un símbolo no te paga una nómina. La nómina te la ganas trabajando", recuerda Carmen.

La experiencia les ha hecho reflexionar sobre la fragilidad del mercado del libro y también de lo que ven como un problema del comercio de cercanía en general, frente a los cambios sociales en las ciudades.

"La literatura mueve pasiones", valora Sara sobre la gran respuesta social. Este apoyo emocional ha reforzado al equipo, haciéndolos sentir "menos vulnerables".

Aunque la situación los saca de su "zona de confort", los socios de 80 Mundos se muestran "resilientes". Quieren "volver a tener ilusión" y "salir más fuertes" con un proyecto "muy sólido".