Alicante, "el principal puerto español sobre el Mediterráneo" en el siglo XVII, es uno de los centenares de ejemplos con que Henry Kamen se presenta en Defendiendo España. A sus 86 años, el famoso historiador demuestra la importancia de la colaboración internacional en la historia del país al que ha dedicado gran parte de su vida para desmontar tópicos victimistas creados en el siglo XX y fomentados en la actualidad.

Al comercio de esta capital de la Comunidad Valenciana dedicó parte de sus estudios cuando preparaba La España de Carlos II. "Pasé unas semanas haciendo la investigación", recuerda sobre su estancia hace cuatro décadas. Esos datos le sirven ahora para recordar la importancia de ingleses y franceses que "controlaban la mayor parte del comercio" en el siglo XVII. "Y todos protestantes", puntualiza, "de forma que presentar Alicante como una reserva católica con hostilidad a estos países no tiene sentido".

Ese sinsentido es uno de esos ejemplos por los que Kamen se ha decidido a presentar el que llama un pequeño trabajo. Un volumen con el que combate la que se conoció como leyenda negra de España, unas palabras que de hecho rechaza nombrar tal cual. "Nadie ha intentado demostrar que existía tal leyenda, porque no existe. Hay que dejar caer esta frase porque no se puede demostrar por la evidencia".

En Defendiendo España (Espasa) recupera el origen de una expresión popularizada por Julián Juderías en 1914 con La leyenda negra y la verdad histórica. Y que lamenta que "sigue gozando de la aprobación de muchos que insisten en la existencia de una hispanofobia constante". Así lo explica en el libro haciendo referencia a "la más estrambótica de todas", la obra de Elvira Roca Imperiofobia y leyenda negra, sobre la que prefiere no entrar.

España y sus amigos

¿Qué implica este concepto? Como explica, con ella se suelen referir a que "existe una cierta hostilidad contra España que ha durado desde siempre". En este libro, pensado para que sea fácilmente accesible a cualquiera, "invito al lector a ampliar el horizonte y enterarse de otros aspectos del mundo y ver que España, durante toda su historia imperial, ha tenido un montón de amigos y colaboradores. Es decir, que nada de hostilidad hacia España, sino amistades por otros lados".

Holandeses, ingleses, portugueses, italianos o franceses son algunos de los que han hecho eso posible. Por eso insiste en que la visión negativa es un concepto relativamente reciente creado por "un pequeño grupo de escritores de comienzos del siglo XX inventaron sin saber nada de demostrar la existencia de tal sentimiento".

España universal

La mirada que aporta Kamen reitera constantemente a través de los centenares de ejemplos la importancia del contexto en el que se plantea cada hecho. "Lo que pasa en España no es una evolución separada del resto de Europa. Hay que siempre relacionar la evolución de ideas en España con la de otros países", razona, "siempre tengo en cuenta la realidad del universo, no solo de España". 

Y que, si se aleja el foco, "la historia de España en el mundo ha sido de un cierto éxito y de un cierto fracaso, como todos los países imperiales. Y no hace falta emplear esta frase que no tiene sentido en absoluto. Es un malgasto de tiempo y energía esta frase".

Para acercarse a la realidad de lo que pasó en aquellos siglos, "hay que tener en cuenta que España formaba parte de un universo trasatlántico, internacional. Hay que tener una visión mucha más amplia que la visión de los que insisten en esta famosa leyenda".

España flagelada

Un fenómeno que considera llamativo al partir de lo que llama la "flagelación entre intelectuales españoles" con que arrancó el siglo XX. Y en la que señala como parte del problema de su vigencia en los políticos que quieren aplicar sus intereses en su interpretación de los hechos. "A lo largo de su historia, los españoles han tenido que afrontar la contradicción entre el éxito y el fracaso, siguiendo esta misma pista de la autocrítica hasta el extremo", afirma.

Frente a esos mitos, una invención de inspiración inagotable: el Quijote. "Es el gran héroe de mi libro", recalca. "A pesar de ser un loco", apunta risueño, "tenía una inteligencia enorme, aunque la de Sancho Panza la refleja más. Pero los dos reflejan los problemas de la evolución de la historia de España. Y a pesar de todas las críticas, el Quijote defiende su historia".