
Las fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy.
Este es el municipio de Alicante con las fiestas de Moros y Cristianos más espectaculares: "Una explosión de ilusión, música y colores"
Cada año, cientos de miles de personas se reúnen en la localidad para disfrutar de un espectáculo de recreación histórica incomparable.
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Cada año, al llegar el final del mes de abril, la localidad de Alcoy se prepara para revivir su historia y permitir a sus vecinos y visitantes el lujo de poder viajar al pasado.
Este año, la localidad celebrará sus conocidas y reconocidas como Bien de Interés Cultural Fiestas de Moros y Cristianos los próximos 2, 3 y 5 de mayo. Unas celebraciones que conmemoran la batalla histórica que, según la tradición, tuvo lugar en 1276, cuando los habitantes cristianos de Alcoy repelieron un ataque musulmán. La leyenda dice que San Jorge apareció milagrosamente para ayudar a los cristianos, motivo por el cual es el patrón de la ciudad.
Este año, al coincidir con el 2 de mayo, día festivo en Madrid, el alcalde de Alcoy, Toni Francés, espera una gran cantidad de visitantes para vivir de lleno las festividades: "Nuestras fiestas son una explosión de ilusión, música y colores y atrae cada año a cientos de miles de personas"; asegura con orgullo a este periódico en una conversación telefónica.
La estructura de la Fiesta se divide en tres días y es conocida como la Trilogía Festera. Para ubicar al lector, el primer día recrea las Entradas, el segundo está dedicado al Patrón San Jorge, y el tercer día es conocido como el del Alardo.
Si bien estos tres días son los más "fuertes", estas fiestas empiezan a cobrar vida el día del domingo de resurrección, también conocido como "día de la gloria", cuando un festero de cada "filà" recorre las calles céntricas de la ciudad al son de los pasodobles.
Acto seguido, los alcoyanos celebran por todo lo alto la víspera de las fiestas durante el "día de los músicos", un emocionante homenaje a las bandas de música. Durante esta celebración, se desarrolla un pasacalle musical que acaba en la Plaça d’Espanya, donde los músicos
se funden con el pueblo entonando el Himno de Fiestas, un momento que el alcalde califica de "inexplicable y grandioso".
Ahora sí, al día siguiente, comienzan oficialmente las fiestas de Moros y Cristianos, de la mano del "día de las Entradas"; jornada que recrea la entrada de los ejércitos de la cruz en la ciudad, dispuestos a defenderla del ataque sarraceno.
Acto seguido, el segundo día de las fiestas es día de San Jorge, una celebridad dedicada al Patrón de la ciudad, el mártir de Capadocia, mundialmente conocido y que en Alcoy está encarnado por la figura de un niño.
Finalmente, el último día se celebra el espectacular día del Alardo, cuando se recrea la
lucha dialéctica a través de las Embajadas y la lucha incruenta con el arcabuz tronador,
sumergiendo a la ciudad en un espectáculo único protagonizado por más de 2.000 disparos y 3.500 kilos de pólvora.
Un evento no apto para oídos sensibles en el cual ambos bandos, moro y cristiano, se turnan en la toma y reconquista del castillo, mientras Alcoy se va llenando con el humo de
la pólvora y el olor tan peculiar que emana de los arcabuces disparados.
Tradición e historia
Y es que las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy, tal como las conocemos hoy, son el resultado de una evolución histórica que comenzó como una conmemoración puramente religiosa.
Su origen se remonta a la fecha simbólica del 23 de abril de 1276, cuando, según la tradición, San Jorge intervino milagrosamente en la defensa de la ciudad frente al ataque del caudillo musulmán Al-Azraq. A raíz de este hecho, San Jorge fue proclamado patrón de Alcoy, y pronto se le dedicó una capilla, de la cual ya se tienen referencias en documentos del año 1317.
Durante los siglos siguientes, la festividad fue principalmente religiosa, como demuestran registros de 1412 que mencionan los pagos para su celebración. Pero no será hasta el siglo XVI, con la intervención del Ayuntamiento, cuando comienzan a añadirse actos profanos, como los primeros concursos de arcabucería militar en 1552, antecesores del actual Alardo, celebrado el tercer día de la fiesta.
En el siglo XVII, ya aparecen referencias a la división en dos bandos: el moro y el cristiano, y se organizan desfiles de carácter militar. En 1741, tras un período de interrupción debido a la Guerra de Sucesión, se retoma la celebración. Según el Cronicón del Padre Picher, ese año se documenta por primera vez el desfile del 22 de abril, embrión de las actuales Entradas, y la escenificación de la toma y recuperación del castillo, lo que más tarde se consolidaría como el Día del Alardo.
En 1743 se incorpora uno de los elementos más icónicos: la aparición de San Jorge sobre las almenas del castillo, coronando la celebración como símbolo de protección divina.
Durante el siglo XVIII surgen las primeras filaes o comparsas, que dan forma al entramado social de la fiesta. A lo largo del siglo XX, tanto el bando moro como el cristiano consolidan sus estructuras hasta llegar a las catorce filaes actuales en cada bando, que desfilan, luchan y celebran cada año con un sentido profundo de historia y comunidad.