Agustín Almodóbar, Isaac Blasco, Matías Pérez Such y Martín Sanz, en la Fundación Frax.
Aznar, Trillo y González Pons se unen en un libro para loar la vida empresarial y política del benidormí Miguel Barceló
El texto del periodista alicantino Martín Sanz profundiza en la vida e ideas del senador del PP entre 1986 y 2008, empresario hotelero y liberal convencido.
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Es muy difícil encontrar en estos tiempos tan convulsos políticamente el sosiego necesario para analizar el pasado reciente. La vida de personas que han representado a la provincia de Alicante y la Comunitat Valenciana en los círculos políticos de Madrid. Pero más difícil aún es encontrar textos que unan las reflexiones de figuras. aunque del mismo partido. aparentemente tan distantes como José María Aznar, Federico Trillo, Esteban González Pons o Pío García-Escudero. Si alguien podía hacerlo era el veterano senador Benidorm, Miguel Barceló.
El periodista Martín Sanz ha presentado en Benidorm, gracias al apoyo de la Fundación Frax y su presidente Matías Pérez Such, Miguel Barceló Pérez, desde la reflexión, producto de más de 50 horas de conversaciones con quien fuera senador del PP entre 1986 y 2008, empresario hotelero y liberal convencido. Y a esta labor se han unido estos prologuistas de primer nivel.
El periodista Benidorm Isaac Blasco y el senador Agustín Almodóbar (nieto de Barceló), han colaborado en la presentación de un político "de los de antes, regido por los principios del servicio público y la generosidad", señaló el director adjunto de Vozpópuli.
La vida de Barceló fue intensa y fecunda. Nacido en 1923 en Benidorm fue empresario turístico y uno de los fundadores de UCD en la provincia de Alicante en 1977. Luego impulsó la modernización del centroderecha español y el paso de AP al actual PP como senador desde 1986 hasta 2008.
"Presidente del Consejo Valenciano del Movimiento Europeo, miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, de la Delegación Española en la Asamblea de la Unión Interparlamentaria (IPU) y de la Delegación Española en la Asamblea de la Unión Europea Occidental, era además adjunto primero al Síndico de Agravios de la Comunitat Valenciana durante la primera mitad de la década de los noventa", recuerda Sanz.
El autor recordó cómo le conoció en la inaugación del actual Ayuntamiento de la capital turística de la Costa Blanca. "Parecía un ser salido de una película de Frank Sinatra", y terminó conociendo a "un prohombre y la persona que mejor ha entendido la industria turística de Benidorm", señaló.
Isaac Blasco y Martín Sanz durante la presentación del libro.
Humanismo y liberalismo, glosaron ambos, que marcó un modo de hacer política y negocios, firme defensor de valor de la sociedad civil y del proyecto europeo.
Los prologuistas
Aznar se centra en la faceta empresarial de Barceló al asegurar que "es de justicia reconocer que todos nos hemos beneficiado de los frutos de ese progreso del que la iniciativa privada empresarial, los empresarios y los emprendedores de este país, han sido verdaderos actores protagonistas. Miguel Barceló es uno de los principales exponentes de esa generación empresarial que hizo de España un país moderno".
Portada del libro sobre Miguel Barceló del periodista alicantino Martín Sanz.
Por su parte, Trillo recuerda cómo se hizo político de su mano y ensalza el carácter del Benidorm: "recuerdo su fuerza expresiva, más su sonrisa que cualquier descalificación del adversario, más su afán de conciliación que cualquier enfrentamiento, más su elegancia que cualquier gesto demagógico".
González Pons, incide en su faceta política como liberal convencido: "Miguel Barceló fue el último liberal. Representó como nadie lo que significa el modo liberal de vivir.
No sólo en lo político, en todo lo demás también. Su estilo, su conversación, su sentido del humor, su generosidad… Eran las propias de un liberal español. (...) El liberalismo existencial resulta condescendiente con lo opuesto, simpático con lo inevitable, atrevido con lo difícil".
Por último, el expresidente del Senado, García-Escudero, añade: "en estos tiempos en los que todo parece presidido por un ansia adolescente de inmediatez, en los que las ideas ya no se debaten, sino que se dictan a golpe de consigna, y en los que la idea de servicio público ha quedado desplazada del centro de la política por tantos afanes de lucro personal mezclados con delirios de ingeniería social, recordar la figura de Miguel Barceló nos provoca un inevitable sentimiento de melancolía".
