Memoria, sí. Memoria histórica, no. Segunda parte

Alicante
21 abril, 2024 06:10

Con la nueva Ley de Concordia que han presentado algunos de los gobiernos autonómicos del PP y de VOX, me viene a la memoria (nunca mejor dicho) un artículo que publique en este periódico digital EL ESPAÑOL de Alicante sobre la Ley de Memoria Democrática el 24 de julio de 2022. En ese momento todavía estaba pendiente de su aprobación, que se hizo en octubre del 2022, y desde mi punto de vista tenía la Memoria sesgada y lo de Democrática sobraba, ya que cualquier ley que surja de un Estado democrático lo es per se (en principio).

Recuerdo que ese artículo me mereció el calificativo de "franquista" por parte de un exalcalde y un más o menos "comparto esa opinión" o algo parecido de la actual portavoz socialista del consistorio alicantino. Como es costumbre, vino acompañando a los cargos públicos toda la panoplia de troles ocultos con todo tipo en fotos y dibujos, soltando lo más brillante de sus entrañas. A los que tenemos una opinión diferente se nos señala: estamos en época sanchista, si discrepas eres "facha". A pesar de todo, voy a seguir opinando con total libertad y con respeto como siempre.

Para continuar hay que hacer una breve incursión para saber de dónde viene el concepto de Memoria Histórica. Para eso recurriré al artículo que publiqué en julio del 22, donde recordaba de dónde viene el origen del concepto memoria histórica.

Pierre Nora, historiador francés, es reconocido como 'el padre' del concepto de memoria histórica. Una teoría que se basa en la memoria, que nada tiene que ver con los hechos científicamente probados, que es afectiva, psicológica, emotiva y, en un principio, es individual. Eso la diferencia de la historia, que se apoya en documentos recopilados que permiten reconstruir un hecho, pero que aun siendo a posteriori, nadie puede negar que no ocurrió ya que los documentos así lo afirman.

Y es en este punto donde algunos nos preguntamos, ¿se debe convertir la historia en Memoria Histórica? Desde mi punto de vista, creo que no. Ahí está el debate, porque creo que lo que se intenta, y cada vez se nota más, es volver a crear las dos Españas. Y para ello se le da una vuelta de tuerca más con la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática que sustituye a la antigua Ley de Memoria Histórica de 2007.

En el preámbulo de la Ley de Memoria Democrática expresan esta idea: "La memoria de las víctimas del golpe de Estado, la Guerra de España y la dictadura franquista, su reconocimiento, reparación y dignificación, representan, por tanto, un inexcusable deber moral en la vida política y es signo de la calidad de la democracia."

Esta frase está absolutamente en contra del espíritu que nos ha guiado a todos durante estos cuarenta y seis años de democracia en este país. Y entra en colisión con las actitudes mostradas por los dirigentes, de todos los colores políticos. Por entonces, recién fallecido el dictador, Marcelino Camacho, diputado comunista, dijo: "¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los unos a los otros si no borráramos ese pasado de una vez para siempre?".

Con ese espíritu que demostraron personas que se enfrentaron y que luego se sentaron a una mesa para llegar a un acuerdo importante que nos ha facilitado la convivencia, sin perder cada uno de nosotros nuestros ideales, nos llevó a la Ley de Amnistía del 15 de octubre de 1977. Permítanme aquí un apunte, la Ley de Amnistía del 77 fue un acuerdo de todos, no como ahora, que solo es un acuerdo de una parte solo y por un fin bastardo como se está viendo día a día.