El secretario general del PSPV, XImo Puig, y el exsenador Ángel Franco, en imagen de archivo.

El secretario general del PSPV, XImo Puig, y el exsenador Ángel Franco, en imagen de archivo. EFE

Alicante ANÁLISIS

El PSOE reinicia su ciclo de autodestrucción en Alicante: Ángel Franco en primera línea, Barceló queda relegada

La derrota electoral de Puig aleja la esperanza de los sanchistas de una intervención para regenerar el partido en la segunda ciudad de la Comunidad.

8 junio, 2023 06:20
Alicante

"Ángel Franco es un militante de base, yo se lo debo todo a la militancia del PSOE". Así titulaba el diario Información una entrevista con la alcaldable de los socialistas alicantinos el pasado mes de octubre, nada más ganar las primarias. Barceló llegaba con el máximo pedigrí a la ciudad: portavoz parlamentaria del PSPV en las Cortes, exconsellera de Sanidad durante la pandemia y mujer fuerte a la derecha del presidente de la Generalitat y secretario general del partido, Ximo Puig.

La idea de colocar a Barceló (una persona cuya relación con Alicante ciudad era casual en el mejor de los casos) al frente del partido en las municipales no obedecía solo a la confianza en su capacidad política; su peso específico la hacía menos manejable a la influencia absoluta que el histórico dirigente Ángel franco ejerce sobre la ejecutiva local del partido en la ciudad, desde hace años sin oposición y sin contestación interna más allá de alguna crítica puntual. 

Franco ha triturado a todos los candidatos del partido que se le han puesto por delante. El caso más paradigmático fue el último, el exdirector del Teatro Principal, Francesc Sanguino, a quien relegó durante los cuatro años de mandato haciendo que ni siquiera apareciese en las notas de prensa del grupo municipal, y eso que era portavoz. 

[El PSOE de Alicante designa a Ángel Franco candidato al Senado 41 años después de haberlo sido por primera vez]

Sanguino finalmente estalló y maniobró para liquidar a algunos de los asesores impuestos por Franco, no si antes denunciar la existencia de una "estructura paralela" que tomaba las decisiones en nombre de los concejales electos pero sin contar con su opinión. La denuncia de Sanguino, un nombre también impuesto por Puig, no solo cayó en saco roto: también fue defenestrado unas semanas después de haber lanzado su pulso.  

En este sentido, el resultado de las últimas elecciones municipales en Alicante, en las que Barceló ha perdido un concejal respecto a 2019, permiten a Franco ejecutar su clásica táctica de repliegue: echar la culpa al candidato y reorganizar el trabajo a nivel interno a su antojo.

Así se vio hace una semana, cuando la ejecutiva local, a pesar de proponer a Barceló como portavoz durante los próximos cuatro años, ni siquiera se le permitió tomar la palabra. La exconsellera había tomado la delantera cuando fue designada candidata al presentar una lista electoral sin contar con el partido, por lo que las tensiones venían de lejos. 

No solo eso. Franco ha decidido dejar de ser un "militante de base", como decía su candidata local, y volver a primera línea de la política haciendo que el partido lo proponga como candidato al Senado, donde ya fue elegido en 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2000 y 2008. 

[Luis Barcala (PP) revalida la Alcaldía de Alicante y roza la mayoría absoluta, aunque necesita a Vox para gobernar]

Este retorno a los orígenes dilapida cualquier esperanza de regeneración que los autodenominados sanchistas tuviesen a raíz de la designación de Barceló, más aún con un Ximo Puig con un poder territorial e institucional limitado tras haber perdido las elecciones. Si alguna vez entraba en los planes del secretario general de los socialistas valencianos intervenir en Alicante, ahora esa posibilidad está más lejos que nunca. 

Así las cosas, todos los movimientos hacen prever un regreso a los cuarteles de invierno, con el PSOE de Alicante haciendo lo que mejor sabe: reiniciar su ciclo de autodestrucción hasta las próximas elecciones, en las que, si Barceló no aguanta, todo volverá a empezar de nuevo. Como lleva pasando en el partido desde hace décadas.