La paliza en grupo al joven con Asperger tuvo lugar en la riera de Terrassa

La paliza en grupo al joven con Asperger tuvo lugar en la riera de Terrassa

Reportajes Agresión brutal

Pegarle en grupo a un joven autista sale barato: sólo una persona en prisión

Entre cinco personas le tendieron una emboscada: le partieron la mandíbula y este mes volverá a ser intervenido. Tres de los agresores eluden la cárcel, el cuarto ha alegado trastorno mental y el quinto ya está preso. 

8 septiembre, 2017 02:44

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Fingieron una cita amorosa para quedar con un chico con síndrome de Asperger. Cuando el joven se presentó, en lugar de una chica se encontró a cinco personas que le pegaron una brutal paliza. Tres meses después, el chico, de nombre Oriol, sigue en tratamiento médico y tendrá que volver a ser operado de su mandíbula fracturada. Los agresores han sido juzgados. El resultado: sólo uno de ellos está en prisión cumpliendo condena.

El Juzgado Número 3 de Terrassa ha condenado a dos años de cárcel a los cinco autores materiales de esta agresión; tres chicas y dos chicos. Lo que ocurre es que ellas no tenían antecedentes penales, por lo que no tendrán que ingresar en prisión aunque hayan sido condenadas. Respecto a los dos chicos, uno de ellos ingresará en un centro psiquiátrico al haber acreditado un trastorno mental. Así, sólo uno de los agresores ha entrado prisión al aceptar dos años de condena. Ha entrado porque tenía antecedentes penales por haber cometido otros delitos violentos.

Los hechos ocurrieron el pasado 21 de febrero en la riera de Terrassa, un lugar apartado de la zona de viviendas. Las causas del conflicto se remontan al día anterior: Oriol, un joven de 18 años con síndrome de Asperger (trastorno del espectro autista) había retomado su relación amistosa con Sheila, una vieja amiga con la que hacía tiempo que no hablaba. Durante una discusión entre ambos por mensajes de teléfono, Oriol se defendió de unos ataques de Sheila haciendo un comentario desafortunado sobre una amiga de ésta que se había suicidado hacía un tiempo. Sheila decidió vengarse.

Venganza y emboscada

Oriol le pidió perdón casi al momento, pero ella no aceptó las disculpas y le amenazó: "Para mí sí que estas muerto cuando has dicho eso. Evítame porque como te encuentre no voy a poder controlarme", le escribió. Y en efecto, no se controló y urdió una venganza consistente en una paliza en grupo.

Sheila contactó con dos amigas y dos amigos; los varones, ambos con antecedentes penales. Entre los cinco decidieron urdir una trampa para conseguir quedarse a solas con Oriol. ¿Cómo? Fingiendo un encuentro amoroso. Una amiga de Sheila llamada Lidia se puso en contacto con Oriol y le hizo creer que quería quedar con él porque le gustaba. Le propuso una cita romántica. Oriol la creyó y se presentó en la riera esa tarde, tal y como habían pactado.

Cuando el joven llegó se encontró la desagradable sorpresa. En efecto, allí estaba Lidia. Pero no estaba sola. La acompañaba Sheila, otra chica y dos jóvenes con antecedentes penales por delitos violentos. Oriol intentó marcharse pero no le dejaron huir: le pegaron puñetazos y golpes con un mosquetón metálico a modo de puño americano. En clara inferioridad, Oriol no tardó en irse al suelo. Una vez derribado, los agresores se cebaron con él. Oriol intentó levantarse un par de veces, pero la golpiza que estaba recibiendo se lo impidió. Los cinco atacantes la emprendieron a patadas contra el joven indefenso en el suelo. Finalmente, Oriol tuvo que fingir que perdía la conciencia para que le dejasen tranquilo. Cuando los agresores creyeron que lo habían matado, huyeron del lugar sin avisar a la ambulancia.

Mandíbula fracturada y ortodoncia

Cuando se quedó solo, Oriol logró levantarse y subir hacia la carretera. Una chica que pasaba en coche lo vio sangrar y bajó de su vehículo a socorrerlo. La ambulancia lo trasladó a Mútua de Terrassa, pero sus lesiones eran tan graves que fue derivado al hospital de Vall d'Hebron (Barcelona) donde fue intervenido de fractura de mandíbula. A fecha de hoy aún no tiene el alta médica y volverá a ser operado de la mandíbula en el transcurso de este mes, debido a que una de las placas le está provocando una oclusión. Además de los implantes en la mandíbula, Oriol tiene que llevar ortodoncia por las lesiones en las piezas dentales.

Las secuelas de la paliza no han sido sólo físicas. Actualmente está en tratamiento psicológico con tres profesionales. Uno de los tratamientos que le están aplicando es una terapia con caballos, que le está ayudando a superar el trauma.

¿Qué pasa con los agresores?

¿Y los agresores? Dos de ellos, los dos varones, fueron detenidos después de la brutal paliza y enviados a prisión. Los dos tienen antecedentes por delitos violentos. El pasado día uno de septiembre estaba fijada la fecha del juicio. Los abogados de los atacantes negociaron con los abogados de la víctima y el ministerio fiscal: los cinco agresores reconocieron los hechos y aceptaron una pena de dos años de prisión para cada uno. Uno de los jóvenes, Cristian, el que agredió con el mosquetón, continuará en prisión para cumplir la pena de dos años.

A Juan Manuel, el otro varón, se le ha reconocido un trastorno mental por capacidad límite. En vez de ingresar en prisión de inmediato será internado en un centro psiquiátrico. Allí permanecerá 5 años. Después de este periodo cumplirá un año de cárcel.

Las chicas eluden la cárcel

¿Y las chicas? Una de ellas fue el cerebro de la agresión y urdió la emboscada. Sin embargo, ninguna de ellas entrará en prisión si no delinque en los próximos tres años, si no se acercan a Oriol en estos tres años, y si paga la totalidad de la responsabilidad civil, las costas del juicio y la indemnización por daños morales. La cantidad aún no está cerrada porque aún no tiene el alta médica. Pagarán dinero, pero a priori no entrarán en la cárcel. Es el (irrisorio) precio que tiene pegar una paliza de muerte a traición y en superioridad numérica a una persona con trastorno psíquico.