Un selfie del falso embajador de Trump ante la UE, Ted Malloch

Un selfie del falso embajador de Trump ante la UE, Ted Malloch

Europa Visita de Trump a Bruselas

El impostor que hizo creer a la UE que era el embajador de Trump

La Casa Blanca desenmascara a Ted Malloch y asegura que nunca fue candidato a ocupar el cargo en la legación diplomática.

26 mayo, 2017 02:05
Bruselas

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, avisó hasta en dos ocasiones al Gobierno de Donald Trump, durante una visita a Washington en febrero, de que el nombramiento de Ted Malloch (Philadelphia, 64 años) como nuevo embajador de Estados Unidos ante la UE causaría problemas. La Comisión echaba balones fuera cada vez que se le preguntaba por sus incendiarias declaraciones. Y la Eurocámara llegó a pedir que se le declarara persona non grata y que se le denegara la acreditación diplomática en Bruselas por su posición antieuropea.

Durante meses, Malloch se ha paseado por los medios de comunicación de media Europa autoproclamándose embajador de Trump ante la UE, sin que nadie le desmintiera. Se alegraba del brexit y sostenía que la nueva administración apuesta por una rápida desintegración del euro y del proyecto de integración comunitaria. Y su actuación ha convencido a prensa y políticos europeos. Todavía el martes de esta misma semana participó en una conferencia de un think tank en Bruselas con el título de embajador designado.

Aprovechando la visita de Trump este jueves a la UE y a la OTAN, la Casa Blanca y el Departamento de Estado han decidido por fin pinchar la burbuja y desenmascarar al impostor. Malloch no será el nuevo embajador de EEUU ante la UE. Es más, ni siquiera estuvo nunca en ninguna lista de candidatos. Una noticia que han difundido de forma casi simultánea las dos grandes biblias periodísticas de Bruselas: primero el Wall Street Journal y después el Financial Times.

Nadie le conocía

"El señor Malloch no está siendo considerado para un cargo en la administración Trump", ha dicho un portavoz del Departamento de Estado. Otro funcionario asegura que nadie en el nuevo Gobierno estadounidense le conocía y que no participó en la campaña. Pero ni siquiera este desmentido categórico ha amedrentado al autoproclamado embajador. Su desautorización es una "noticia falsa", ha dicho Malloch al FT.

¿Cómo ha podido sostenerse durante tanto tiempo esta ficción? En realidad, el nombramiento de Malloch como embajador parecía totalmente verosímil a los dirigentes de la UE. Sus declaraciones casaban perfectamente con la retórica euroescéptica y pro brexit exhibida por Trump durante la campaña. El eurófobo ex líder del UKIP, Nigel Farage, fue el primer europeo en ser recibido por el magnate tras su victoria en las elecciones norteamericanas de noviembre. Y en su primera llamada a Bruselas, Trump preguntó si otros países iban a seguir el ejemplo de Reino Unido y marcharse.

Con estos antecedentes, a nadie en Bruselas le sorprendió que el nuevo presidente eligiera como embajador a un hombre con una retórica antieuropea similar a la de Farage. Nadie se hizo preguntas ante declaraciones de Malloch tan extremas como estas: "En una carrera anterior tuve un puesto diplomático en el que ayudé a derribar la Unión Soviética. Así que a lo mejor hay otra Unión que necesita ser domesticada"; "El euro podría hundirse en el próximo año o año y medio"; "EEUU ya no está interesado en la vieja forma de integración europea".

Si no sorpresa, las palabras del autoproclamado portavoz de Trump sí han provocado indignación y alarma en Bruselas. Los principales grupos de la Eurocámara enviaron a principios de febrero una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidiendo que rechazara a Malloch como embajador. "Estamos convencidos de que una persona que ve como su principal misión perjudicar a la Unión Europea o incluso disolverla no debería ser acreditada como representante oficial", decía la misiva.

Currículum maquillado

En una entrevista a EL ESPAÑOL, Anthony Gardner, el último embajador en Bruselas del ex presidente Barack Obama, se sorprendía del predicamento de Malloch. "No ha sido nombrado, no ha sido examinado, no ha sido confirmado por el Senado", resaltaba Gardner, que no estaba nada convencido de que fuera a ser su sucesor. A su juicio, "todas sus declaraciones son inapropiadas, insultantes y plantean interrogantes serios sobre si podría ser eficaz aquí".

El otro factor que explica la credibilidad que la UE le ha dado al impostor es que hasta ahora la administración Trump nunca le ha desmentido. Malloch explicaba a la prensa que había pasado dos entrevistas en la torre Trump de Nueva York y que su nombramiento para el puesto en Bruselas era inminente. Mogherini preguntó por él tanto al vicepresidente Mike Pence como al secretario de Estado, Rex Tillerson. En lugar de negar que Malloch fuera candidato, los dos se limitaron a responderle que todavía no se había tomado ninguna decisión sobre el futuro embajador ante la UE.

No es la primera vez que Malloch maquilla su currículum. En su página web y en su cuenta de Twitter, se presenta como profesor en la Henley Business School, escritor, consultor y antiguo diplomático. Pero el Financial Times ha descubierto algunas falsedades y puntos negros en su biografía. En primer lugar, contrató a un publicista para potenciar su perfil público tras las elecciones estadounidenses.

En su autobiografía realiza una serie de afirmaciones que según el periódico son falsas, como que reina de Inglaterra le había concedido un título o que la ex primera ministra Margaret Thatcher le llamó genio. Malloch no ha colaborado regularmente con medios como el New York Times o The Economist, como había sostenido; y varias universidades, como la de Oxford, han negado que ocupara puestos importantes allí. Tampoco tuvo ningún cargo diplomático en la ONU en Ginebra. Además, engañó a dos bancos norteamericanos para obtener préstamos multimillonarios.

Los dirigentes de la UE respiran hoy más aliviados al saber que Malloch ya no está en la carrera. Pero cuatro meses después de la toma de posesión de Trump, tampoco hay ningún otro candidato para ocupar la embajada de Bruselas, lo que evidencia la escasa prioridad que le da a las relaciones transatlánticas. Y las discrepancias entre la UE y la nueva administración de EEUU siguen siendo muy grandes en cuestiones como el comercio, el cambio climático o Rusia, como ha puesto de relieve la cumbre de este jueves.