Keiko Fujimori.

Keiko Fujimori. Janine Costa Reuters

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Keiko Fujimori contra el fantasma de su padre

La líder de Fuerza Popular ha tratado de desmarcarse de la herencia del gobierno de Alberto Fujimori, marcado por la corrupción y violación de los derechos humanos. Pese al sentimiento antifujimorista, logró el mejor resultado en la primera vuelta. 

12 abril, 2016 08:51

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La candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, ganó los comicios del domingo, pero tendrá que medirse con el exministro Pedro Pablo Kuczynski en una segunda vuelta, en la que la sombra del gobierno de su padre Alberto Fujimori será un factor determinante.

Keiko Fujimori, de 40 años, que durante toda la campaña encabezó las encuestas, no ha conseguido superar el 50% de los votos que le hubieran evitado tener que disputar una segunda vuelta, que está prevista para el próximo 5 de junio. Para esta segunda vuelta Keiko deberá afrontar el peso del voto antifujimorista, que recuerda la corrupción y la violación a los derechos humanos durante el gobierno de su padre, el encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

El sentimiento antifujimorista, que se ha reforzado en multitudinarias manifestaciones contra su candidatura, puede costarle, por segunda vez, el objetivo de la Presidencia, como le ocurrió en los comicios de 2011. En su segundo intento por lograr la presidencia, Keiko ha tratado de desmarcarse de la herencia del gobierno de su padre, preso por delitos de corrupción y violación a los derechos humanos.

Con más de 20 años de experiencia política a sus espaldas, desde que en 1994 se convirtiera, con sólo 19 años, en la primera dama más joven de América, tras el divorcio de sus padres, Keiko intenta rebajar su perfil de mano dura, heredado del gobierno de su padre, con una permanente sonrisa ante las preguntas más incómodas.

Compromiso con los derechos humanos y contra la corrupción

En sus primeras declaraciones tras conocer los primeros recuentos rápidos, Keiko aseguró que "este nuevo mapa político que se ha dibujado nos muestra claramente que el Perú quiere la reconciliación y que no quiere más peleas". En un intento por reducir el voto antifujimorista, Keiko, del partido Fuerza Popular, ha llegado a firmar en esta campaña un documento en el que se "compromete al respeto irrestricto del orden democrático y los derechos humanos".


También se ha comprometido a ser "drástica en la lucha contra la corrupción" y que respetará "la independencia de los poderes" del Estado y no utilizará "el poder político para beneficiar a ningún miembro de mi familia."

En esta campaña, la hija del "chino", apodado así por sus rasgos orientales, ha debido afrontar varias manifestaciones de colectivos que han pedido al Jurado Nacional de Elecciones que la excluya del proceso electoral por supuestamente haber entregado dinero y dádivas durante su campaña proselitista.

Keiko, que no ha cesado en los últimos meses de recorrer el país, estudió al igual que sus tres hermanos, en el colegio privado Sagrados Corazones de la Recoleta, y después continúo sus estudios en Estados Unidos. Compaginó sus obligaciones de primera dama con la carrera de administración de empresas en la Universidad de Boston.

Sospechas sobre sus estudios

En el año 2000, cuando su padre renunció por fax a la presidencia de Perú tras un escándalo de corrupción, Keiko se dedicó a continuar sus estudios superiores en Estados Unidos y obtuvo una maestría en administración de empresas en la Universidad de Columbia.

La financiación de sus estudios en Estados Unidos es un tema polémico en Perú, debido a las denuncias de que fueron presuntamente pagados con fondos públicos, lo que ella ha negado. Keiko Fujimori ha asegurado que los estudios universitarios de ella y sus hermanos en la década de los noventa se financiaron con los activos y bienes que tenían sus padres, Alberto Fujimori y Susana Higuchi, y de la venta de una propiedad de su padre, tras su divorcio.

En 2006, Keiko resultó elegida como diputada con la más alta votación del país, pero su labor en el Congreso también fue objeto de críticas porque en 5 años de vida parlamentaria, presentó menos de una veintena de proyectos de ley, de los cuales fueron aprobados cinco.

Sus adversarios también critican su falta de experiencia laboral, y es que en los últimos años tras dejar el Congreso en 2011 se ha centrado en liderar Fuerza Popular, primera fuerza de oposición en el Parlamento, y viajar por todo el país.

Keiko está casada con el estadounidense Mark Vito Villanella, con el que tiene dos niñas, Kyara Sofía y Kaori Marcela.