Luís Montenegro, primer ministro de Portugal, junto a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, este lunes en Moncloa.

Luís Montenegro, primer ministro de Portugal, junto a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, este lunes en Moncloa. ADP

Política ORIENTE PRÓXIMO

Sánchez se queda sin el apoyo de Portugal en su carrera para que Europa reconozca a Palestina

Portugal "no irá tan lejos como España" y rechaza "dar este paso si no es de manera multilateral", en el seno de la ONU y de la UE.

15 abril, 2024 19:59

Pedro Sánchez es el primer jefe de Gobierno al que ha visitado Luís Montenegro, primer ministro portugués en pleno ejercicio desde el pasado viernes. Lo ha hecho este lunes, a los pocos días de que el español regresara de su segunda gira y en la víspera de la tercera para impulsar el reconocimiento inmediato del Estado palestino. Y sin embargo, el luso ha aguado la iniciativa: Portugal "no irá tan lejos como España" y rechaza "dar este paso si no es de manera multilateral".

En Moncloa, se confiaba en que no habría "diferencias" con el nuevo mandatario luso. Es más, sin dar nada por sentado ni querer inmiscuirse en la política de un "país vecino y amigo", el entorno de Sánchez encuadraba esta visita relámpago de Montenegro en la campaña del presidente español por lograr "el mayor número de países" para tomar esta decisión conjuntamente.

"En Portugal creemos que lo adecuado es que el debate en Naciones Unidas se sustancie primero", remarcó Montenegro en una comparecencia conjunta con Sánchez en Moncloa. "Es en el seno del Consejo de Seguridad donde se está debatiendo, y luego en la Asamblea General, Portugal sí tomará postura a favor de la integración de Palestina como miembro de pleno derecho".

España y Portugal coinciden en la necesidad de reconocer a Palestina pero no en la forma.

Pero para Sánchez, esto tiene un riesgo. "Veremos si en el Consejo de Seguridad nos encontramos con un veto", advirtió hasta en dos ocasiones. Eso impediría que tanto Portugal como España, que no forman parte de ese órgano, tuvieran voz en el debate global sobre el reconocimiento de Palestina.

"Nosotros creemos", remarcó Sánchez con cierto énfasis, "que lo coherente es que si en la ONU nuestra postura es inequívocamente una, debemos hacerlo y lo haremos también en el plano bilateral".

Relación "especial"

La "especial relación" que mantuvo Sánchez con António Costa, predecesor socialista del conservador Montenegro, cimentó un intercambio político, económico e industrial entre España y Portugal. Este espíritu sigue en vigor, pero el político luso no perdió ocasión de remarcar numerosos matices diferenciales. No hay posiciones enfrentadas, pero sí hubo recados de un lado a otro. 

Juntos, Sánchez y Costa, negociaron muchas iniciativas en el Consejo Europeo, como la llamada "excepción ibérica" o el corredor de hidrógeno verde hacia Francia, H2Med. Y ahora que en el país vecino gobierna (en minoría) el centro derecha, el líder socialista español quiere mantener el eje Madrid-Lisboa.

Pero ese eje se cimenta también en "otras interconexiones" como las de carretera y ferrocarril, "para pasajeros y mercancías", que el luso remarcó. "Son necesarias" y no avanzan al ritmo debido, vino a decir.

En todo caso, Montenegro necesitará mantener ese buen ambiente con los socialdemócratas también en casa, tras su investidura en minoría, facilitada por los socialistas y si no quiere caer en manos de la extrema derecha de Chega! Y segundo, porque hay asuntos en los que ambos países "van mejor de la mano, más allá de las diferencias ideológicas que puedan tener sus gobiernos".

En cuanto a por qué en Portugal sí se acuerda entre los dos grandes partidos centrados y en España no, ambos mandatarios tuvieron ocasión de explicarse.

"Cada país es distinto", dijo Sánchez, "y cada partido también... aquí algunos tomaron sus decisiones", remarcó, en referencia los pactos autonómicos del PP con Vox.

"Nosotros creemos que hay que gobernar para la gente", definió Montenegro. "Y si no respondemos a las necesidades del pueblo crecerán los extremismos... sean de izquierdas o de derechas, no queremos ninguno", lanzó al otro lado el portugués.

Sánchez había recibido a Montenegro en Moncloa en su primera reunión presencial con otro líder político, tras una conversación telefónica que ya mantuvieron el pasado 5 de abril, tras la asunción del cargo por el luso. Fue ahí donde se concretó la visita, la primera de carácter oficial al extranjero de Montenegro en el cargo, un gesto que constata la relevancia de la relación bilateral.

Así lo apuntan en el entorno del presidente español y así lo expresó José Manuel Albares, ministro de Exteriores, al confirmarse el viaje: "Esto demuestra la importancia que el Gobierno portugués, independientemente del color político que tenga, concede a España".

Montenegro gobierna efectivamente desde el viernes pasado, y accedió al cargo gracias a su victoria en las elecciones del pasado 10 de marzo. Su coalición de centro derecha Alianza Democrática, aunó a varias formaciones, lideradas por el Partido Social Demócrata (de la familia europea de PP).

Aunque su victoria fue más ajustada de lo esperado (80 de los 230 escaños del Parlamento), la investidura de Montenegro vino a cerrar una crisis política abierta por la dimisión de Costa, que había asumido dimitiendo las responsabilidades políticas por un caso de corrupción en su entorno más cercano.

Oriente Próximo

Respecto a la guerra entre Israel y Hamás, que se ha enredado en los últimos días con Irán, Hezbolá, los hutíes y el régimen sirio (proxies de la República Islámica en la región), ambos líderes abordaron, entre otros temas, la piratería en el mar Rojo. Montenegro ha exigido la liberación del navío MSC Aries, de bandera portuguesa, y de todos los tripulantes después de que fuera capturado por Irán.

Sobre el inicio del conflicto, el salvaje ataque de los terroristas de Hamás en territorio israelí, el pasado 7 de octubre, el primer ministro portugués ya afirmó el viernes pasado que su Gobierno "ve con buenos ojos" que Palestina sea miembro de pleno derecho de la ONU, pero nada más de momento.

La petición oficial fue presentada por la Autoridad Palestina el pasado 2 de abril.

Entonces y este lunes, el primer ministro portugués dijo respaldar, como también Sánchez, la solución de los dos Estados. "No hay tantas diferencias con España", dijo diplomático. "Pero creemos que el reconocimiento palestino debe llegar como fruto de una negociación multilateral".

Pero Montenegro y Sánchez no sólo dedicaron la reunión a hablar sobre la escalada bélica en Oriente Próximo. También abordaron otros conflictos.

Por ejemplo, hablaron de Ucrania -aunque sólo Montenegro se refirió a ello en su intervención inicial-, o del bombardeo iraní del pasado sábado sobre Israel.

Sánchez tardó en llamarlo así. De hecho, se refirió a "los acontecimientos de este fin de semana" cuando explicaba que estos hechos le reafirmaban en su apuesta por reconocer Palestina como Estado. Y hubo de responder a por qué tardó 12 horas en condenarlo. "Hay que ser prudentes, la situación es muy compleja, y la oposición no debería preocuparse por si un tuit se emite un minuto antes o después".

Se abordaron otros asuntos bilaterales y comunitarios. Ambos coincidirá al final de la semana, de nuevo, en Bruselas, en el Consejo Europeo. Antes, Sánchez habrá visitado a los primeros ministros de Eslovenia y Bélgica, este martes y miércoles.

Otro tema que discutieron ambos mandatarios fue la celebración de la próxima cumbre bilateral entre España y Portugal, que se celebrará la segunda quincena de octubre en Portugal. Este encuentro de alto nivel se organiza tradicionalmente cada año de forma alterna. "La fecha concreta y el lugar, ya se están negociando entre los dos gabinetes".

Y en plena crisis de la Federación Española de Fútbol, las fuentes también indicaron que Sánchez y Montenegro tendrían también la ocasión de comentar los preparativos del Mundial de Fútbol 2030, que organizarán los dos países de forma conjunta con Marruecos.

Sobre el asunto, Montenegro no quiso hablar, pero ofreció a su federación para "superar cualquier escollo". Sánchez, por su parte, salió de la polémica como pudo: "El mundial será un éxito, y el Gobierno está en colaboración con la Justicia y en cooperación con la FIFA".