Pablo Iglesias en el Congreso.

Pablo Iglesias en el Congreso. Efe

Política

Iglesias y la Constitución: de pedir cinco reformas a tacharla de "papel mojado"

El líder de Podemos, que no acudirá a las celebraciones, vuelve a endurecer su discurso contra la Carta Magna.

4 diciembre, 2016 01:52

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Cuando hace unos días se supo que Pablo Iglesias había decidido no acudir a los actos de celebración del Día de la Constitución en el Congreso, rápidamente se generó una enorme polémica. La duda estriba en saber cuál es la verdadera opinión del líder de Podemos sobre la Carta Magna. 

La realidad es que Pablo Iglesias siempre ha defendido la necesidad de cambiar la Constitución. Lo que ha variado en su discurso es tanto la intensidad de los cambios que a su juicio deberían acometerse como el tono en que se refiere a la Carta Magna. El secretario general de Podemos ha pasado de pedir "romper el candado" en 2014, a defender las "garantías constitucionales" en 2015 y a hablar de "papel mojado" en 2016. 

"El proceso constituyente"

En los inicios de Podemos, allá por 2014, Iglesias y sus entonces desconocidos compañeros de viaje solían repetir que era la hora de abrir un "proceso constituyente" para "romper el candado" de la Constitución de 1978. Eran tiempos en que el líder del partido morado presentaba sus propuestas de máximos, en busca de un cambio radical en la sociedad española. 

Pasó el tiempo y llegó la moderación en el discurso. En la campaña electoral de hace doce meses, la previa a las elecciones generales del 20-D, Podemos sorprendió. A finales de octubre presentó una propuesta que consistía en una reforma puntual de la Constitución, aunque en cinco aspectos clave de la misma. Una y otra vez, Iglesias habló de que Podemos defendía "las garantías constitucionales".

Cinco grandes reformas el 20-D

Esas garantías que proponían consagrar en el texto legal del 78 eran, en realidad, cinco reformas concretas: la reforma del Poder Judicial para despolitizarlo, la lucha contra la corrupción que incluía la prohibición de las puertas giratorias, el blindaje de los derechos sociales, el cambio de la ley electoral hacia un sistema más representativo y la cuestión territorial, que se concretaba en un "nuevo encaje constitucional para Cataluña".

Con esas propuestas y merced a una campaña inteligente, Podemos consiguió "remontar" frente a lo que decían las encuestas. Con algunos matices, en las elecciones del 26-J Iglesias y los suyos, entonces aliados con IU, repitieron su propuesta en lo referente a la Constitución, si bien es cierto que no hicieron tanto hincapié en reformarla durante la campaña. Fueron días más centrados en moderar la propia imagen del candidato para lograr acercarse a más sectores sociales. Y, sin embargo, los resultados no fueron los esperados

¿Cuál es el cambio ahora?

En puridad, no es extraño que Podemos modifique su estrategia, porque es algo que, en otros órdenes, ha hecho en el pasado. ¿Cuál es el cambio respecto a la Constitución? Fuentes del partido morado explican que no hay tal cambio, dado que su hoja de ruta sigue consistiendo básicamente en lo mismo que llevan defendiendo un año: cambiar algunos aspectos esenciales de la Constitución. 

Lo que ha cambiado, eso sí, es el tono. Porque no es lo mismo hablar de "garantías constitucionales" y mimar la Carta Magna en los discursos que denunciar "a los que se dicen constitucionalitas" cuando han convertido el texto legal en "papel mojado" con su forma de proceder. Y también han cambiado las formas: porque el año pasado Iglesias e Íñigo Errejón sí acudieron a los actos de la Constitución. Desde el partido morado lo justifican porque entonces aún no habían entrado en las instituciones y había "morbo" por verlos allí. Además, agregan que ahora no se trata de acudir a los fastos, sino de "trabajar cada día" por mejorar la Carta Magna. 

Ese cambio de tono y de formas se enmarca en la nueva "oposición social" que Podemos ha puesto en marcha frente al PP, PSOE y Ciudadanos, a los que llaman "la triple alianza". Se trata de estar más en la calle y alejarse del perfil institucional mediante muchos gestos efectistas. Y, sin duda, esta nueva actitud entronca con el debate abierto en el seno de la formación acerca de su identidad. Como en tantos otros ámbitos, será en Vistalegre II, acaso en marzo, cuando definirá más claramente qué quiere hacer con la Constitución del 78.