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Zakarin, un 'sputnik' directo al podio del Giro de Italia

En un año, el ruso ha pasado del anonimato a ser aspirante al oro en los Juegos de Río. Retratamos a uno de los personajes más herméticos, talentosos y fulgurantes del ciclismo mundial.

7 mayo, 2016 02:35

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Última etapa del Tour de Romandía 2015. Es una contrarreloj individual. La general está en juego: Chris Froome, Thibaut Pinot, Nairo Quintana y otros gigantes del ciclismo mundial aspiran a arrebatar el liderato de la general a un ruso aparecido de la nada que ha dominado el final en alto del día anterior (y el grueso de la carrera) con suficiencia.

A mitad de ejercicio, el ruso coloca el plato pequeño para subir un puente. Al coronarlo, no afloja su pedaleo; la cadena salta y se atora. Tiene que detenerse para cambiar de bicicleta; diez, quince, veinte segundos preciosos que se van por el sumidero. Y sin embargo, el ruso acaba tercero a sólo 13” del ganador parcial, el campeón del mundo de la especialidad Tony Martin, y refrenda su victoria en la general. ¿Qué opinas de él, Tony? “Estoy sorprendido con su rendimiento”, responde analítico el alemán. “Sinceramente, hasta ayer no le conocía”.

Un año después, apenas la semana pasada, el ruso volvió a aparecer en el Tour de Romandía para jibarizar a una participación estelar y batir mano a mano a todo un Nairo Quintana en el primer final en alto de la carrera. Había hecho un número similar esta misma temporada en París-Niza, derrotando a Alberto Contador y Geraint Thomas. Ya no sorprendía a nadie, aunque las cejas se enarcaban ante la prestación de ese ciclista desgarbado y sonriente que ahora aspira a lucirse en el recién iniciado Giro d’Italia.

La entrevista

Conseguir una entrevista con Ilnur Zakarin (1989, Naberezhnye Chelny - Tartaristán) es un proceso complejo. Está aprendiendo inglés, pero prefieren que se exprese en ruso y sea traducido por el jefe de prensa de su equipo, Katusha. “Es que es muy tímido y se corta si no tiene alguien de confianza a su lado”. Después de varios tiras y aflojas, de explorar mil soluciones intermedias, nuestra entrevista con él terminó resolviéndose por correo electrónico.

¿Por qué ese cuidado especial? Probablemente, porque Zakarin es algo más que un ciclista y Katusha, algo más que un equipo. El conjunto ruso, ocho años ya en la primera división, está sustentado por la afición y la ambición de un magnate del gas, Igor Makarov. El ‘sputnik’ tártaro es el hombre que puede dar sentido a su Russian Global Cycling Project, que hasta ahora no había logrado alumbrar un ciclista ruso de primera línea pese a las decenas de millones de euros invertidos en pos del mismo.

Otro motivo es evitar preguntas incómodas; particularmente, sobre el positivo por el anabolizante metadonina que Zakarin arrojó en un control realizado en 2009, antes de cumplir los 20 años, habiendo ya demostrado su talento proclamándose campeón de Europa juvenil contra el reloj por delante del superclase polaco Michal Kwiatkowski. “Entiendo que me preguntéis y no es un problema para mí que lo hagáis”, explicó Zakarin a través de su traductor tras su éxito en París-Niza. “Pero es el pasado. Ya he respondido suficientes preguntas en torno a ese control. Quiero concentrarme en el futuro”.

El origen

Positivo aparte, los inicios de Zakarin no son extraordinarios según los relata el propio protagonista: un club ciclista en su pueblo, carreras regionales donde obtenía resultados, un entrenador providencial (Gumyar Nurulin) que le orientó en sus primeros pasos y con el cual aún mantiene una relación estrecha, una colección de ídolos locales (Ekimov, Tonkov, Konyshev, Menchov). La progresión en categorías inferiores y en el profesionalismo: Itera-Katusha (equipo ruso de tercera división), Rusvelo (equipo ruso de segunda división), Katusha.

Durante su paso por Rusvelo, Zakarin da varios pasos decisivos. Se muda a Chipre junto a su mujer Viktoria y ésta, que trabaja como nutricionista, le somete a una dieta con la cual pierde diez kilos en dos años sin apenas diezmar su motor. “Así me convertí en un ciclista más ligero y mejor escalador”. Apuntó la victoria en tres rondas por etapas del este. Así llegó hace dos inviernos a Katusha, con quienes despegó la pasada primavera.

La ignición

“Yo, personalmente, no esperaba este nivel de él”. Habla Xavi Florencio, exciclista y actual director deportivo de Katusha. “Sabíamos que tanto en amateur como en Rusvelo había andado muy fuerte. No obstante, fue en la Vuelta al País Vasco del año pasado cuando dio sus primeras muestras de fuerza con una serie de escapadas de mérito y es ahora cuando estamos vislumbrando su verdadero potencial”. El propio Zakarin lo reconoce. “Quería conseguir buenos resultados en World Tour pronto, pero también esperaba ir paso a paso. Fue una gran sorpresa para mí conseguir la general del Tour de Romandía o aquella etapa del Giro”.

Un año y muchas actuaciones epatantes después, Ilnur Zakarin es ahora un nombre temido en el pelotón. “Crece con cada carrera. No sólo es que mantiene el nivel, sino que mantiene la progresión y disputa cada competición en la que participa”, asevera Florencio. “Su punto fuerte es que, siendo buenísimo en la subida, también se defiende perfectamente en las contrarrelojes”, describe el técnico catalán. “De hecho, tiene cuerpo de especialista aunque cimbree con la bicicleta”. ¿Y cuál es su punto débil? “Aún no he visto ninguno”.

Zakarin durante la contrarreloj del Mundial de Richmond.

Zakarin durante la contrarreloj del Mundial de Richmond. Bryn Lennon Getty Images

¿Tiene Zakarin la mentalidad necesaria para ser un campeón? Responde de nuevo Florencio: “Sí. Es generoso con los compañeros e, independientemente del resultado, se muestra feliz y agradecido con su trabajo. A la vez, siempre procura generar buen ambiente y cachondeo en el seno del equipo. Pese a que sólo sabe ruso y un poco de inglés, procura involucrar a todos en las bromas: españoles, italianos… Es, en definitiva, muy carismático. El año pasado era un poco más tímido; es normal, el primer año en la máxima categoría el ciclista siempre tiende a estar más retraído. No obstante, una vez se ha creído sus posibilidades y se ha visto con cierto estatus, ha tomado una posición más central en la dinámica del equipo”.

El aterrizaje

Zakarin acude a este Giro d’Italia con ambiciones máximas tras varias concentraciones en Sierra Nevada, “un lugar perfecto para entrenar”. Reconoce que Nibali, Landa o Valverde están por encima de él, y sin embargo… “Creo que soy capaz de subirme al podio. No pienso en etapas: mi prioridad es la general”. Su equipo cree en él. “Vemos que está a un gran nivel y pensamos que el podio está a su alcance”, afirma Florencio.

Tras el Giro, Zakarin asistirá al nacimiento de su primera hija, previsto para junio. Después tocará un viaje a Rio de Janeiro para disputar los Juegos Olímpicos, su otro gran objetivo de la temporada. “Puede conseguir medalla. Por supuesto que será difícil, pero el recorrido es duro y se adapta a sus condiciones. La carrera en línea estará muy abierta y será una rueda a vigilar; en la contrarreloj puede ser la gran sorpresa”, analiza Florencio. “Me gustaría conseguir el mejor resultado posible para Rusia”, cierra el ‘sputnik’.