Lee Se-dol, a la derecha, juega contra el ordenador.

Lee Se-dol, a la derecha, juega contra el ordenador. Yonhap | Reuters

Tecnología

AlphaGo, el divino robot de Google que venció al hombre en el milenario juego del go

Este reto se ha convertido en la más importante competición de máquina contra humano ante el conocido como el "ajedrez oriental".

15 marzo, 2016 10:36

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El programa de inteligencia artificial AlphaGo de Google ha terminado venciendo la quinta y ultima partida de Go al surcoreano Lee Se-dol, vigente campeón mundial de este complejo juego de mesa oriental.

El desafío ya había sido matemáticamente ganado por la máquina, que venció en tres de las cuatro partidas celebradas hasta hoy, aunque el pasado domingo Lee Se-dol alcanzó una importante victoria en la cuarta, tras 180 movimientos y 4 horas y 44 minutos de partida.

Lee Si-dol toma la mano de su hija, algo que AlphaGo jamás podrá hacer.

Lee Si-dol toma la mano de su hija, algo que AlphaGo jamás podrá hacer. Kim Hong-Ji Reuters

La última partida se disputó, al igual que las anteriores, en un hotel del centro de Seúl, arrancó a las 4:00, hora española y ha acaparado una gran atención mediática dada la popularidad de este juego milenario en toda Asia.

AlphaGo ya había marcado un hito el pasado año al convertirse en la primera que vencía a un jugador profesional de Go, el campeón europeo Fan Hui. No obstante, su victoria ahora es más importante al vencer, por 4 partidas a 1, al actual campeón mundial.

Una máquina casi divina

Poco antes del inicio de la última partida, la Asociación de Baduk de Corea del Sur (Baduk es como se conoce el juego de Go en ese país) impuso a este software de Google el título honorario de noveno dan, el más alto rango en este juego y reservado para aquellos cuya habilidad roza la "divinidad".

Así, a AlphaGo se le ha concedido una calificación honorífica equivalente a la mantenida por Lee Se-dol, que tiene en su haber 18 títulos internacionales y es ampliamente considerado como uno de los más grandes jugadores de Go de la era moderna, informa AFP.

Es la primera vez que la KBA otorga a un jugador un dan profesional honorario, según la agencia Yonhap.

Imagen del certificado con los honores concedidos a AlphaGo

Imagen del certificado con los honores concedidos a AlphaGo Yonhap

El certificado, con número de serie 001, se ha concedido como reconocimiento a los "sinceros esfuerzos" de AlphaGo para dominar las bases de este juego y alcanzar un nivel "cercano al territorio de la divinidad".

Surgido en China hace más de 2.500 años bajo la influencia de los principios espirituales taoístas, el juego del Go enfrenta sobre un tablero a dos oponentes que deben colocar alternativamente piedras negras y blancas en las intersecciones libres de una cuadrícula de 19x19 líneas.

Las piedras aisladas se eliminan de la partida y el objetivo principal es dominar la mayor superficie del tablero. El juego es considerado ideal para los desarrolladores de inteligencia artificial porque hay demasiados movimientos involucrados como para que una máquina pueda ganar por fuerza bruta, que es como el superordenador de IBM Deep Blue venció al ex campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov en 1997.

Inteligencia artificial

AlphaGo, todo un paradigma de la llamada inteligencia artificial, se ejecuta en directamente desde la nube de Google, gracias al poder de 1.920 procesadores y otros 280 GPU -o procesadores gráficos- que consiguen que el programa realice una cantidad "asombrosa" de cálculos simples en tiempo real. Este software es capaz de aprender y mejorar sus propias estrategias y movimientos tras haber jugado "millones de partidas", según afirmó Demis Hassabis, cofundador de DeepMind, una unidad de Google con sede en Londres que desarrolló este algoritmo.

En declaraciones a The Guardian, Hassabis explica que se trata de la combinación de un aprendizaje profundo gracias al diseño de una red neuronal artificial con el aprendizaje por refuerzo, a través de técnicas de ensayo y error. De hecho, durante su aprendizaje AlphaGo llegó a ser capaz se jugar consigo mismo más de un millón de veces, lo que supone "más experiencia práctica que la que podría tener un jugador humano en toda una vida". Y subraya que el hecho de que la máquina perdiese una partida indica auge aún hay margen de mejora.

Según este experto, "los juegos son un gran banco de pruebas para desarrollar y probar algoritmos de inteligencia artificial de forma rápida y eficiente, pero en última instancia la idea es aplicar estos algoritmos a importantes problemas del mundo real". Ahora, la compañía espera utilizar este cerebro resolutivo para mejorar sus asistentes telefónicos y las búsquedas de sus motores, para hacerlas aún más "inteligentes", si cabe.