Menos trastornos, menos acoso y mejores notas: el éxito de prohibir el móvil en las escuelas noruegas

El Instituto de Salud Pública de Noruega ha sido uno de los últimos en publicar un estudio en este sentido. El documento en cuestión, llamado Prohibiciones de teléfonos inteligentes, resultados de estudiantes y salud mental, explica que restringir los móviles en los colegios e institutos se ha relacionado una menor demanda por parte de los adolescentes de atención sanitaria por salud mental y que "podría ser una norma de bajo coste para mejorar los resultados de los estudiantes". 

Según el estudio, hasta el 90% de los adolescentes de los países de la OCDE tiene acceso a un móvil, pasan tres horas al día conectados cuando no están en el colegio, pero hasta el 20% ha declarado usarlo incluso más de seis horas al día. Noruega no tiene una política nacional sobre smartphones en la escuela, sino que deja que los colegios decidan si establecen normas para su restricción. Por esta razón, Sara Abrahamsson, la autora del estudio, realizó encuestas en los momentos en los que el móvil era prohibido en los colegios y las combinó con datos administrativos y encuestas sobre bullying.

Lo que hace España

Abrahamsson señala hasta cinco conclusiones muy positivas en su estudio. El número de consultas por síntomas psicológicos se redujo en un 60%, las notas de las chicas subieron y necesitaron menos cuidados por salud mental. Se redujeron las tasas de bullying y los mejores resultados se observaron en las chicas de menor nivel socioeconómico. La autora explica que estos resultados en chicas sugieren que "este grupo de estudiantes en particular se distrae por la tecnología no estructurada en el aula".

Los resultados de este estudio son, por lo tanto, muy esperanzadores. Pero, ¿cuál es la situación en España? El Consejo Escolar de Estado, el principal órgano consultivo del Gobierno en educación, aprobó por unanimidad una propuesta para, precisamente, prohibir el uso del teléfono móvil en primaria y limitarlo en secundaria. Sólo en casos justificados con fines educativos o de salud podrían usar el smartphone los estudiantes de secundaría. Tras esta propuesta, el número de comunidades autónomas que han restringido el teléfono móvil dentro de sus aulas ha aumentado en poco tiempo.

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La primera comunidad en regular la utilización de los smartphones en el aula fue Castilla-La Mancha en el año 2014, seguida de Galicia en 2015 y la Comunidad de Madrid en el 2020. De todas formas, en los últimos meses se han sumado muchas otras: Aragón, Andalucía, Castilla y León, Murcia, Extremadura, Comunidad Valenciana, Canarias y, a partir del curso 2024-2025, Cataluña. Algunas de estas comunidades también ofrecen formaciones para las familias y los profesores para hacer un uso responsable de internet.

Inteligencia verbal

Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia, es uno de los científicos que más crítico se ha mostrado con el uso de las pantallas en niños y adolescentes. De hecho, ha publicado recientemente Más libros y menos pantallas: cómo acabar con los cretinos digitales (Península, 2024), la obra con la que destaca el peligro que representan estas tecnologías en los más jóvenes. En esta entrevista para EL ESPAÑOL comparte algunas de sus ideas en este sentido.

"La inteligencia está disminuyendo de forma notable desde hace 20 años. Y la sorpresa es que no descienda más", declaró Desmurget. En este sentido, el experto explicó que el tiempo de pantalla en los niños altera las interacciones verbales, la lectura y la calidad del sueño, tres factores que han demostrado ser vitales para el desarrollo de la inteligencia verbal. "A causa de las pantallas, los niños son menos aptos cuando llegan a la escuela y, por tanto, se les exige menos", sentenció Desmurget.

Aunque la tendencia en la actualidad tiene que ver con sacar el teléfono móvil de las aulas por el impacto de las pantallas, hace unos años sucedía lo contrario. Sistemas educativos y colegios introducían ordenadores y tablets que, supuestamente, iban a desplazar a los libros de texto. De hecho, Cataluña impulsó un proyecto pionero con tablets y móviles para el aula de colegios públicos en el año 2019. Desmurget, sin embargo, explicó que estos proyectos no tienen los resultados esperados según los estudios: "nunca las usan para aprender. Las usan para ver vídeos y jugar a videojuegos. Es dinero tirador a la basura".