No hay duda de que la persona de la semana en televisión ha sido Óscar Díaz. Este traductor madrileño de 52 años hizo historia al completar el rosco de Pasapalabra tras 157 programas, de los que 154 se ha batido en duelo con Moisés Laguardia, a quien calificó como un "referente" y que cayó eliminado automáticamente como dictan las normas del concurso.

Óscar logró el tercer bote más alto de la historia de Pasapalabra, llevándose 1.816.000 euros. La 'F' fue la última letra que resolvió, cuyo enunciado decía así: "Apellido del arquitecto que diseñó la Villa Wenhold, en la ciudad alemana de Bremen". 

"Tenía una opción porque se mencionaba era la Villa Wenhold de Bremen, pero no que el arquitecto fuera alemán, y yo tenía en mente uno por la 'F', que podía haber sido uno noruego o checo, y era ese. En la lista que tenía, a Farrenkamp lo relacionaba con la sede de la Shell en Berlín. Opté por la calle del medio y se abrieron los cielos", explicaba a BLUPER el propio Óscar.

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Óscar verá cómo en los próximos meses se le hará ingreso de los casi dos millones de euros, aunque luego Hacienda pegue un buen mordisco al monto total. "Lo veo justo. No soy especial a cualquier otro trabajador", comentaba el concursante.

Pero, ¿en qué se gastará el dinero? Justo después de ganar el rosco, y prácticamente en shock, Roberto Leal quiso saber qué iba a hacer con el pastizal que había ganado. Fue entonces cuando contó que iba a emplear parte del premio en pagar la hipoteca del piso que se compró con su mujer.

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"Me fui de casa a los 19 años y llevo toda la vida de alquiler. El hecho de que sea entero nuestro y no la mitad del banco nos va a dar mucha paz mental", cuenta a BLUPER. Otra parte del bote lo reservará para las necesidades que vayan surgiendo a su círculo más cercano: "Con esta vida tan rara que nos toca vivir, no está demás tener un colchón no sólo para nosotros, sino para mi madre, mis hermanas y mis sobrinos".

Eso sí, Óscar Díaz también se permitirá algún que otro capricho. "Me gusta mucho los cómics y las ilustraciones, así que con este dinero adicional se amplía un poco el horizonte de búsquedas", explica. "No me voy a volver loco, pero sí que hay autores que me gustan especialmente. No sé dónde lo voy a poner porque tengo las paredes llenas de estanterías".