Autismo, puzles y galletas

En este espacio os contaremos nuestra vida. La mía, que aporto la firma. La de Ana, mamá, que pone el corazón, la fuerza, la esperanza y el amor. Y la de nuestros hijo, del que nunca usaremos su nombre ni colgaremos imágenes. Os contaremos penas y alegrías. Los malos tragos y todo aquello que, creemos, puede servir de ayuda para superarlos y, por supuesto, las alegrías, que también las hay, y muchas.

Una superheroína con su superhéroe.

Una superheroína con su superhéroe.

Niños con autismo, mamás superheroínas

El primer post de este blog lo dedicamos a los superhéroes, a todos los niños y niñas con autismo. El de hoy lo dedicamos a las superheroínas, esas mujeres que no llevan capa ni antifaz, que trabajan fuera (mucho) y que trabajan en casa (mucho más). Pero sobre todo se lo dedicamos a las superheroínas que cuidan de superhéroes. A esas mamás que hoy también celebran su día y que probablemente no recibirán ningún regalo ni gesto alguno de sus hijos con autismo porque esos pequeños ni siquiera saben lo que es celebrar.

Esa falta de ilusión vale en el día de la madre, en el día del padre, en los cumpleaños, en vacaciones, en Navidad, el día de Reyes y todo lo que el común de los mortales entiende por 'día especial'. Esos días especiales también lo son en las casas donde hay un niño con autismo, pero la celebración ni fue ni es ni será como para el resto de familias.

Y aún así, esas mamás, esas superheroínas, siguen adelante. Reman lo mismo que el resto de mamás, más probablemente. Empujan más, aguantan más, sufren más y, seguramente, tienen menos premios, menos satisfacciones y más penas que las demás. Quizás eso no las haga mejores a los ojos del mundo, pero para quienes sabemos por lo que pasan, lo que sienten, lo que callan y lo que sufren en silencio, tiene un valor tal que jamás las palabras podrán expresarlo.

Además, no sólo renuncian a algunos de sus sueños y amplían su espectro de miedos, sino que siguen adelante con fuerzas redobladas. Porque sí, porque es lo que hay que hacer y ni se puede echar la vista atrás ni se debe pensar demasiado en el día de mañana. Es lo que toca. Punto.

Y después de todo eso, nos siguen enseñando cómo se hace, porque ellas, aunque no lo parezca, aprenden cada día de sus pequeños con autismo. Aquí os dejamos las cinco cosas que Ana ha aprendido de nuestro peque. Cinco, que no son pocas, y todas ellas, obviamente, tenían que ver con algún superhéroe (o similares).

1.- "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad" (Spiderman). Hay que potenciar todas sus fortalezas y ayudarlo con sus debilidades. Intentando siempre sacar el máximo partido de todos sus superpoderes. Su futuro depende de ello.

2.- "En el día más brillante, en la noche más oscura, el mal no escapará a mi vista" (Linterna verde). Atenta a cada mínimo detalle, avance, retroceso o peligro, nada se escapa. Todos los sentidos se agudizan para mantenerlo a salvo y avanzando.

3.- "Y ahora, ¿quién podrá defenderme?" (Chapulín colorado). Pedir ayuda cuando haga falta, no es necesario poder con todo. Descansar y tomar impulso de vez en cuando es justo y necesario.

4.- "Uno para todos y todos para uno" (Los Mosqueteros). Formar el mejor equipo que nuestro hijo y sus superpoderes merecen: padres, terapeutas, logopedas, profesores, familiares, amigos, todos debemos empujar en la misma dirección.

5.- "Hasta el infinito y más allá" (Buzz Lightyear). Lo que está clarísimo desde el primer momento es que acompañaremos, ayudaremos y protegeremos a nuestro hijo, pero por encima de todo querremos a nuestro superhéroe hasta el infinito y más allá.

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