Ozempic vs Wegovy: en qué se diferencian los fármacos que han revolucionado la obesidad

Ozempic vs Wegovy: en qué se diferencian los fármacos que han revolucionado la obesidad

Salud

Las inyecciones contra la obesidad también reducen un 20% el riesgo de infarto: "Es una revolución"

El tratamiento con semaglutida tuvo efectos protectores del corazón en todos los pacientes que la tomaron, incluso si no adelgazaron.

14 mayo, 2024 11:22

El uso de fármacos antiobesidad a base del principio activo semaglutida, como los populares Ozempic o Wegovy, se relaciona con una reducción del 20% del riesgo de sufrir un infarto o un ataque al corazón, y de morir por complicaciones cardiovasculares. Así lo afirma un amplio estudio realizado en Reino Unido y presentado en el Congreso Europeo de Obesidad (ECO), cuyos autores afirman que estamos ante una "revolución" médica comparable a la llegada de las estatinas en los años 90 para tratar el colesterol. 

John Deanfield, del University College London (UCL), ha liderado el estudio que se ha desarrollado durante cinco años con datos del ensayo Select que patrocina Novo Nordisk, el fabricante de la semaglutida. Este proyecto trabaja con 17.604 participantes adultos de más de 45 años y residentes en 41 países. Las "implicaciones clínicas" de las conclusiones del equipo son "muy importantes", resume el investigador.

La administración de este medicamento genétrico, explica Deanfield, podría tener un efecto positivo en el control del azúcar en sangre, la hipertensión o la inflamación crónica, además de beneficiar tanto a los músculos cardíacos como a la vascularidad. "Hemos descubierto finalmente que hay una clase de medicamentos que cambian la biología de la enfermedad obesa y benefician a mucha gente. Es un descubrimiento crucial, y transforma la práctica de la cardiología".

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Los investigadores analizaron el plazo de tiempo en el que los participantes de Select sufrían algún tipo de accidente cardiovascular, incluyendo ataques al corazón e infartos, o incluso algún tipo de insuficiencia cardíaca. Tras seguir un tratamiento con semaglutida durante 20 semanas, el 62% de los pacientes había perdido más de un 5% de masa corporal en comparación con el 10% del grupo de control. 

Sin embargo, la reducción del riesgo cardiovascular en todas sus patologías se comprobó en todos los que tomaron la semaglutida, independientemente de si habían logrado perder más del 5% de su peso total o no, o incluso si habían engordado en el periodo. "Por fin tenemos un tipo de medicamento que podría transformar al mismo tiempo el tratamiento de varias enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento", celebra Deanfield.

Entrevistado por la BBC, el especialista confirma que los pacientes que ve directamente en consulta también sufren de niveles de obesidad comparables a los de los pacientes de Select, y ellos también se están beneficiando de los efectos cardioprotectores de la suplementación con semaglutida para su tratamiento conductual contra la obesidad. "La perspectiva de ayudarles a adelgazar al tiempo que mejoramos sus problemas médicos de fondo es muy emocionante". 

Los médicos recuerdan que los nuevos fármacos no son una 'píldora milagrosa' para el adelgazamiento, y deben acompañarse de cambios en los hábitos de vida para lograr una alimentación más equilibrada junto a una vida más activa. No obstante, Deanfield subraya la frustración que supone para muchos pacientes ser incapaces de perder peso significativamente con intervenciones conductuales por sí solas. "Solo por eso, los nuevos fármacos suponen una importante oportunidad clínica".