Los datos los corroboran, las mascotas son cada vez más numerosas en los hogares: "actualmente la mitad de los hogares españoles convive con una mascota. En concreto, el 50,2% de familias cuenta con un animal de compañía; un porcentaje que ha aumentado de manera significativa respecto a 2019 que era del 39,7%, según la ANFAAC. Además, actualmente hay en España más de 29 millones de mascotas, con un total de 8,2 millones de perros y 6,4 millones de gatos", según precisan desde Nubika, la escuela formativa de los Animal Lovers.

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Unos datos que confirman la popularidad del felino, que destaca por su gran autonomía, incluido en el ámbito de la limpieza. ¿Pero qué hay de cierto en que un gato puede asearse totalmente solo? ¿Lavarlo es peligroso? Despejamos algunas dudas frecuentes.

¿La limpieza es imprescindible?

El lamido del gato no es un hábito superficial: su lengua está especialmente diseñada para el aseo. Se compone de 300 pequeñas papilas huecas y rígidas, en forma de cono, que les permiten mojar con su saliva la base de los pelos y limpiarse adecuadamente.

Por ende, no resulta imprescindible darles un baño de forma habitual aunque en algunas situaciones, sí puede resultar útil: "los lavados dependerán de la suciedad que tengan, si se han manchado con alguna sustancia dañina y de su estado de salud", explican los expertos de Petuxe. 

El equipo de Purina menciona también factores como "su raza o características (pelaje largo)", "la presencia de alguna patología relacionada con la piel" o de "suciedad puntual concentrada (grasa, orín, tierra…)".

¿Con qué frecuencia?

"No se recomienda bañar al felino más de una vez al mes, ya que esto puede desembocar en alergias en su piel e incluso aparición de dermatitis", añaden los expertos.

¿Cómo hacer la limpieza?

Si tu gato requiere una ayuda más, toma nota: "para el lavado del pelo, primero se debe cepillar para retirar todo el pelo sobrante, además de revisar si hay algún tipo de parásito. Con esto también evitaremos la formación de bolas de pelo en su estómago.

A continuación, se prepara una bañera con agua templada y con una esponja se aplica agua por todo el cuerpo del gato, seguidamente se aplica el champú manteniendo un espacio relajado y tranquilo.

La limpieza de las orejas se debe hacer superficialmente, por lo que durante el baño hay que evitar que entre líquido en su oído. Usa una gasa o una toallita para pasarla por las zonas donde haya suciedad en la oreja.

Con la limpieza de los ojos se debe usar una gasa con un producto específico para el tratamiento de los ojos, también cabe la posibilidad de usar un suero fisiológico. No se deben usar algodones ya que podrían quedarse restos impregnados en el ojo de tu gato y siempre retirando la suciedad del pelaje de alrededor, nunca por dentro.

Por último, para la limpieza de los dientes se puede usar un cepillo de dientes con cerdas suaves para evitar la irritación de sus encías. Se debe levantar el labio superior y empezar a limpiar con suavidad los dientes mojando el cepillo con algún producto específico para ello.

Si durante el lavado de tu gato detectas cualquier anomalía ya sea en su pelaje, oídos u ojos, acude al veterinario inmediatamente", explican los expertos de Petuxe, que también propone el uso de perfumes para todo tipo de raza y pelaje.