Al igual que sucede con las toallas o la ropa, los utensilios que se usan para peinarse deben estar debidamente limpios y desinfectados, aunque mucha gente no se ocupa de ello. Es un proceso imprescindible porque estos peines acumulan bacterias y suciedad tras varios usos, y si no se limpian, estos acabarán ensuciando continuamente el pelo.
La creadora de contenido experta en limpieza y temas del hogar, Lucía Lipperheide (@homes.styles), que comparte frecuentemente trucos sencillos y efectivos, ha explicado la forma de conseguir una limpieza profunda de cepillos, y todo ello sin necesidad de mojarlos ni usar lejía.
La creadora de contenido, que recuerda que los cepillos se llenan de residuos, grasas, aceites y bacterias, destaca que el primer paso clave es retirar todos los cabellos atrapados utilizando un peine o tijeras, porque si se deja ahí la suciedad, se acumula. Una vez que los peines estén libres de cabellos, se debe mezclar en una olla un litro de agua, una taza de vinagre blanco o de limpieza, y 15 gotas de aceite de árbol de té.
Se pone a calentar la mezcla y, cuando ya esté caliente, se coloca un colador sobre la olla, para apoyar los cepillos redondos durante 3 minutos, girándolos cada 30 segundos. A continuación, se colocan los cepillos planos boca abajo durante 2 minutos, dejándolos secar de esta manera. Para finalizar, se pasa una toallita desinfectante para eliminar cualquier tipo de residuos de los pies y conseguir el mejor acabado.
En ocasiones no es suficiente con lavar el cepillo, sino que hay que usar productos exclusivos para poder conseguirlo. Aunque existen limpiadores en el mercado, la mejor forma de desinfectarlos es recurriendo a algunos métodos caseros.
Uno de los productos que se pueden utilizar es el amoniaco, para lo que es suficiente con preparar una solución con un cuarto de taza de amoniaco y una taza de agua. Esto es seguro para el cepillo, pero se recomienda usar guantes para evitar posibles daños en las manos.
Una vez que se ha remojado el cepillo en el amoniaco, habrá que enjuagar con agua tibia para finalmente dejar que seque por completo antes de volver a utilizarlo. Asegúrate de ello para no tener ningún problema posterior sobre tu cabello.
La segunda posibilidad es la de usar una mezcla de agua y vinagre. En este caso hay que mezclar media taza de vinagre blanco con media taza de agua tibia, para dejar tu peine en remojo durante unos 30 minutos, pero no hay que dejarlo durante más tiempo para evitar que se dañen las cerdas.
Cuidado de los cepillos del pelo
Aunque no sea apreciable a simple vista, los cepillos se estropean con el paso del tiempo y los usos, comenzando por las cerdas que, si te fijas en ellas, es muy posible que te encuentres con que algunas ya no estén y a otras se les note el uso, y esta es una señal de que hay que cambiarlo.
Sin embargo, siempre es posible alargar la vida del cepillo si se cuida adecuadamente. De hecho, algunos expertos indican que no es extraño limpiar el cepillo con champú, siendo una buena forma de que dure más tiempo, aunque, como hemos visto, hay otros remedios caseros eficaces para ello. Además, es importante que en el día a día se eliminen los restos de cabello que se quedan en el cepillo tras cada vez que se utilizan.
Sin embargo, uno de los principales motivos por los que hay que cambiar con frecuencia los peines y el resto de accesorios del cabello tiene que ver con el hecho de que son nidos de microbios, y que habitualmente contienen impurezas y restos de productos capilares. Por este motivo, se debe limpiar con regularidad.
La frecuencia con la que se deben limpiar no se puede determinar de forma genérica, ya que todo dependerá de la utilización que se realice de estos accesorios. A menudo, el cepillo plano se usa a diario, para peinarse o desenredar el cabello, mientras que el cepillo redondo se suele usar para brushings, por lo que su uso es más puntual.
En cualquier caso, los expertos recomiendan que estos utensilios se laven entre cada 7 y 15 días, de forma que se pueda asegurar que mantienen el correcto nivel de limpieza. Además, cada cierto tiempo es necesario renovar los cepillos por unos nuevos, algo que no siempre resulta tan sencillo porque suele haber dudas. En este caso, lo más recomendable es preguntar a tu peluquero, ya que es el que mejor conoce tu cabello.
Los peines metálicos o en cerámica permiten calentar el cabello desde el interior hasta el exterior, por lo que son perfectos para hacer un brushing, mientras que con los de cerdas naturales se tarda más tiempo en conseguir el mismo efecto, porque lo que acentúan es un efecto natural.
Por este motivo, los expertos recomiendan tener dos cepillos, uno de ellos utilizado para desenredar el cabello antes de acostarse y otro para poner el cabello a punto antes de salir de casa cada mañana. Por supuesto, además de hacer una buena elección de los cepillos y peines, será clave su buen mantenimiento, con una limpieza regular siguiendo las indicaciones mencionadas para que se encuentren siempre en perfecto estado para su uso.
