Las catedrales son uno de los elementos más destacados del patrimonio de los diferentes pueblos y ciudades. Muchas de ellas son muy populares y conocidas, que con solo nombrar su nombre ya se las imaginan y saben cómo son, pero hay otras que no son tan conocidas, aunque no por ello menos bellas.

España es el país de las catedrales, con un total de 88 templos catedralicios repartidos por toda la geografía nacional. Fueron durante siglos el corazón y el alma de las ciudades, su templo más importante y sobre el que la población crecía y se organizaba. De ahí también que sean edificaciones portentosas, espectaculares y muy trabajadas. Quizá, algunas de las más conocidas del país son la de Burgos, la de León, la de Toledo, la de Santiago de Compostela o la de Palma de Mallorca, pero hay muchas más. A continuación, una pequeña selección de las más desconocidas.

Catedral de la Asunción de El Burgo de Osma, en Soria

Esta catedral es una de las más espectaculares. En ella se conservan elementos del siglo XII, de estilo románico, como los restos que se ven en la Sala Capitular y en el claustro, además del estilo gótico del siglo XIII, que es el que impera.

En su interior se pueden encontrar importantes tesoros, como el Códice Beato, un manuscrito medieval con 72 miniaturas con los comentarios de Beato de Liébana al Apocalipsis; el sepulcro de San Pedro de Osma, en piedra caliza policromada; la escultura del Santo Cristo del Milagro o el retablo mayor del siglo XVI.

Catedral de San Antolín, en Palencia

Este templo palentino es conocido como La Bella desconocida, aunque cada vez son más los que empiezan a conocerla. Se trata de un monumento gótico de gran envergadura en la ciudad de Palencia y está dedicada a San Antolín. En 2021 cumplió su VII centenario y en ella se puede disfrutar de una restauración que se ha dibujado en su esqueleto majestuoso.

Catedral de Santa María de Tui, en Pontevedra

Este templo está erigido sobre una colina desde el año 1120, cuando se empezó a construir la que ha sido reconocida como la joya del patrimonio turístico e histórico de Tui, una población de la provincia de Pontevedra.

Destaca por su aspecto fortificado, con torres almenadas, que a veces crea un escenario confuso más similar a un castillo. Es la sede catedralicia de la Diócesis de Tui-Vigo junto con la Concatedral de Vigo. En ella se puede ver el estilo románico y el gótico, uno de cuando se comenzó a construir y el otro del final. Sorprende sobre lo demás su portada gótica, considerada como el primer conjunto escultórico de este estilo de la península Ibérica.

Catedral de Mondoñedo, en Lugo

También en Galicia, esta vez en Lugo, sorprende esta catedral. Es conocida como la Catedral Arrodillada por su escasa altura y proporciones arquitectónicas perfectas.

Sorprenden sus torres barrocas y su precioso rosetón del siglo XIII, de cinco metros de diámetro. En su interior conviene reseñar la sacristía, las capillas de la Girola, sus vidrieras, sus pinturas góticas y sus órganos.

Catedral de Tudela, en Navarra

Esta catedral en la localidad navarra de Tudela es uno de los templos de este estilo más bellos de la comunidad. En 1884 fue catalogada como Monumento Nacional, hasta 1784 fue la Colegiata de Santa María, momento a partir del cual, Pío VI, a instancias de Carlos II, la elevó a categoría de catedral.

Catedral de la Asunción, en Jaén

Sin duda, la catedral de la Asunción de la Virgen de Jaén es una joya renacentista y barroca. Se proyectó en el siglo XVI y en ella se puede ver también alguna pincelada neoclásica. Otro aspecto que sorprende a quien la visita son sus considerables dimensiones.

En su interior se conserva como reliquia el paño que La Verónica utilizó para limpiar el rostro de Cristo en el Calvario. Además, en 2012 fue incluida en la Lista indicativa de la Unesco para ser candidata a Patrimonio de la Humanidad.

Catedral de Sigüenza, en Guadalajara

La Catedral de Santa María de Sigüenza es otra de las más espectaculares y desconocidas del país. En su envergadura se puede distinguir el estilo románico y protogótico, con claras señas a la arquitectura cisterciense. Su aspecto fortificado le ha brindado un sobrenombre: Fortis Seguntina. En su interior se encuentra la tumba del Doncel de Sigüenza, Martín Vázquez de Arce.

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