Si por algo es conocida Vitoria-Gasteiz es por ser una de las capitales verdes de Europa, pero su atractivo va mucho más allá de esta distinción. Este aspecto natural se combina con una gran riqueza cultural e histórica para convertir a Vitoria en uno de los lugares más interesantes para visitar en el País Vasco.

Desde su fundación ha sido testigo de incendios, de batallas y de una revolución industrial durante el siglo XX que provocó que su población se triplicara y se convirtiera en una ciudad próspera. En 2012 fue elegida como ‘Capital Verde’ gracias a su anillo verde, compuesto por los parques de Armentia, Salburua, Olarizu, Zabalgana, Zadorra y el del río Alegría.

Esta ciudad vasca ha sabido adaptarse al cambio de los tiempos. En sus calles se pueden encontrar obras más actuales, como pasillos rodantes para subir a las zonas altas de la ciudad. También ha sido ciudad elegida para ambientar novelas de autores del nivel de Ken Follet, a quien se dedica una estatua en la ciudad.

La capital alavesa destaca igualmente por su núcleo medieval impresionante, por el que se pueden realizar varias rutas y visitar diversos monumentos históricos. No solo hay mucho que ver y hacer en Vitoria-Gasteiz sino también entregarse a su inmejorable gastronomía pues no en vano es uno de los mejores lugares para disfrutar de la archiconocida cocina vasca.

El casco antiguo es el corazón de la ciudad y la colina en la que se encuentra ubicado lleva ocupada desde el siglo VIII, época en la que únicamente existía una pequeña y primitiva aldea. Merece mucho la pena pasear por su entramado de calles y llegar a rincones como la Casa del Cordón, una casa con entradas de pequeñas dimensiones para que los señores y la realeza se tuvieran que agachar al entrar, la Plaza del Machete, el Portalón o la Torre de los Anda. El Portalón se trata de una antigua casa de postas que funcionó desde el siglo XV hasta la mitad del XX y hoy en día alberga un restaurante, mientras que la Torre de los Anda es la torre medieval defensiva más antigua de la ciudad.

También sorprende la Catedral de Santa María, conocida como la Catedral Vieja, una obra gótica situada en el centro de la ciudad que supone una de las edificaciones más llamativas del centro histórico. Es una joya de la arquitectura gótica en el País Vasco y, por ello, visitarla resulta imprescindible e, incluso, realizarla de la mano de un guía experto para conocerlo todo sobre ella.

También existe otro templo religioso del mismo calibre, como es la Catedral Nueva o Catedral de María Inmaculada. De arte neogótico y construida por el mal estado en el que se encontraba la Catedral Vieja, la ciudad consideró la gran necesidad de construir un nuevo templo en el año 1862. Fue inaugurada en 1969, pero no se llegó a terminar.

Otro de los puntos más característicos de la ciudad lo constituye La Plaza de la Virgen Blanca. Se encuentra rodeada por casas de fachadas blancas y llamativos balcones y en el centro hay un monumento dedicado a la batalla de Vitoria contra las tropas de Napoleón, así como el distintivo de ‘Capital verde’. Además, desde esta plaza se puede acceder a la Plaza Nueva, de estilo neoclásico y presidida por la casa consistorial.

Para apreciar la esencia medieval de la antigua necrópolis hay que ir a la Plaza de la Burellería, rodeada de impresionantes edificios medievales como la Casa Armera de los Gobeo-Guevara y San Juan del siglo XVI.

Una actividad imprescindible que se debe realizar en Vitoria es la ruta de los murales. Recorrer las obras de arte que componen la colección distribuida por la ciudad nos ayudará a conocer el territorio de una forma amena y divertida. Hay que descubrir la historia y el significado de cada uno de los enormes murales, que fueron diseñados y creados mediante talleres colectivos de los que formaron parte muchos gasteiztarraz.

En cuanto a los museos que conviene visitar en Vitoria se encuentra el Artium, de arte contemporáneo con obras de artistas locales y nacionales; el Bibat, complejo formado por el Museo de Arqueología y el Museo Fournier de Naipes; o el Museo de Bellas Artes, situado en el Palacio Agustín-Zulueta.

Por último, otra ruta llamativa y que no debe pasarse por alto es la de los Pintxos, por las tabernas y bares más recomendados del centro histórico. Hay que cumplir con la tradición vasca del pintxo-pote, que consiste en ir probando uno o dos de los mejores pintxos de las barras de diferentes locales acompañados por cerveza o vino, eso sí, con moderación.

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