Lugares de África, Asia y América guardan con celo los secretos del café. Países que hallaron riqueza en las preciosas bayas que proporcionan el exquisito “brebaje” universal. Origen, calidad y producción marcan un viaje con aromas excelentes.

América cafetalera

Las altas montañas de Colombia ofrecen uno de los cafés más apreciados del mundo. Son muchos los departamentos cafetaleros pero el de Antioquía sorprende por sus montañas, llanos, altiplanos, ríos, selvas y ciudades inolvidables.

Grandes atractivos de una provincia cafetalera que comparte continente y cultivo con los magníficos “Blue Mountain” de las Montañas Azules de Jamaica, el “Grano de Oro” de Costa Rica o el café guatemalteco, calificado como único en el mundo.

Los cafetos crecen en las montañas de Guatemala, a dos mil metros de altura y en cualquier momento del año. Este país de lagos, rodeados de volcanes en activo y selvas frondosas, late en el corazón del mundo maya. Tikal es uno de sus tesoros. La ciudad maya mantiene la monumentalidad de su Gran Plaza, rodeada de altas pirámides, y su Acrópolis. Pero la estrella indiscutible de Tikal es el Templo del Gran Jaguar. El centro de ceremonias rituales, considerado la puerta del inframundo en la enigmática cultura maya.

Más de dos millones y medio de toneladas de café, producidas anualmente, hacen de Brasil el mayor exportador de café del mundo. La gran calidad del grano tostado nace en estados como Sao Paulo o Río de Janeiro, la capital, centros de turismo habitual.

Además de café, el Estado de Minas Gerais posee otros tesoros. El nombre de uno de sus municipios, Diamantina, define otra de sus riquezas, las minas de diamantes y piedras preciosas. Además de una espléndida naturaleza, ríos, grutas y saltos de agua, su hermosa arquitectura, de iglesias barrocas y mansiones coloniales, le valieron la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

El Estado de Paraná exhibe las cataratas más espectaculares de América del Sur, las Cataratas de Iguazú. 275 cascadas, de entre 40 y 80 metros de altura, que forman un arco de círculo y son la gran atracción de un Parque Natural de bosques subtropicales, flora y fauna protegida. Un gran Patrimonio Natural de la Humanidad con un magnífico aroma a café.

Asia excepcional

Vietnam es el segundo exportador de café del mundo, por detrás de Brasil. El cultivo fue introducido por los franceses en el siglo XIX. Terrazas de arroz, de verde intenso, olor a café y playas de arena blanca. Y, por supuesto, la imagen cinematográfica y real de la guerra que se recuerda en los museos de Hanói y Ho Chi Minh.

Es inevitable rendirse al encanto de navegar entre los miles de islotes de la Bahía de Halong o acercarse a los mercados flotantes del río Mekong. Y si el café es útil contra algunos males, la cura se puede completar con un vino de serpiente, la medicina “curalotodo” vietnamita.

El continente asiático está repleto de islas con ritos antiguos y cafés extraordinarios, conseguidos con fórmulas igual de peculiares.

Java, está situada en el centro geográfico y económico de Indonesia. Es la hermosa isla de las mezquitas, las increíbles playas, los volcanes y las hermosas ruinas históricas. Java exporta el café más caro del mundo, el kopi Luwak. Los granos de café sufren su primer proceso de fermentación en el estómago y el intestino de un animal, la civeta. El organismo del mamífero aprovecha la pulpa pero expulsa la semilla, ahora ya enriquecida, que convenientemente lavada y procesada alcanzará un elevadísimo precio en el mercado del café.

Son lecciones de la madre naturaleza.

África, en el origen

La leyenda, el origen de la planta y el consumo humano, se localizan en las tierras altas de la actual Etiopía, en el Cuerno de África. La tradición cuenta que en la antigua Abisinia, un pastor, Kaldi, observó que sus cabras gozaban de una extraordinaria energía después de consumir las bayas rojas de un pequeño arbusto.

Las tribus que habitaban esas regiones comenzaron a consumir los frutos silvestres, los ingerían enteros o triturados. Así se inició el consumo del café que, posteriormente, se tostaría y se tomaría como infusión.

Las tierras altas etíopes no sólo poseen las mejores variedades de café del planeta sino que son la mayor extensión montañosa de África y ocupan la mayor parte del territorio del país. Sus montañas Simien, y su Parque Nacional, son Patrimonio de la Humanidad. En sus parajes se ocultan historias antiguas y etnias, casi míticas, que añaden aún mayor encanto a las hipnóticas Fuentes del Nilo Azul del lago Tana.

El “Blue Mountain” de Uganda. El fruto de las laderas del Monte Elgon es un café de alta calidad conocido en el país como Bugiso. El Parque Nacional del Monte Elgon, entre Uganda y Kenia, se extiende por las laderas del volcán proporcionando, también, unas magníficas pendientes para practicar escalada o senderismo y tropezar con manadas de elefantes.

Mil metros por encima de Elgon se encuentra uno de los destinos más exclusivos del mundo, las Montañas Rwenzori. Sus cumbres nevadas son el origen del mítico Nilo. La ciudad de Jinja, a orillas del Lago Victoria, es el punto de partida para realizar una visita al embalse de Owen y los manantiales del Nilo.

En el tupido “bosque impenetrable” ugandés de Bwindi vive casi la mitad de la población mundial de gorilas de montaña. Aquellos primates de “Gorilas en la nieblas” que Dian Fossey defendió en los países vecinos de Zaire y Ruanda. Uganda es el lugar perfecto para los amantes de los amaneceres y las puestas de sol. Y, mejor degustando un aromático café.

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