La ruta de Isabel la Católica en Extremadura es una de las clásicas de la zona. Se trata de un recorrido de aproximadamente 15 kilómetros, de dificultad baja-media que normalmente parte de la localidad de Cañamero y finaliza en la Puebla de Guadalupe. Extremadura ha tenido un papel importante en la historia de España con Isabel la Católica como protagonista y estos parajes son fantásticos para aprender sobre este tramo de la historia.

El magnífico estado de conservación del patrimonio extremeño permite recrear a la perfección los escenarios de aquellos años de los siglos XV y principios del XVI, que tuvieron una gran importancia en el rumbo que tomaría España. Lugares marcados en la vida de Isabel y Fernando II de Aragón se pueden apreciar, por ejemplo, en Trujillo, Plasencia o en las torres nobles de Cáceres… En esta ruta hay siete paradas imprescindibles:

Trujillo, a unos 15 kilómetros de Casa del Conde, tiene una gran importancia en esta ruta porque fue en esta localidad donde Isabel pasó más tiempo, donde asentó su corte y desde donde dirigió las tropas durante una gran parte de la guerra de Sucesión. En la alcazaba-castillo, una construcción andalusí del periodo Omeya, el señor de Villena custodió a la princesa Juana la Beltraneja. Destaca también el actual Centro de Interpretación de las Tres Culturas, la antigua torre del Alfiler. El templo religioso más importante de Trujillo para la reina fue la Iglesia de Santa María la Mayor, iniciada en el siglo XIII y ampliada hasta el XVI. Además, fue el lugar donde se celebraron los sepelios por la muerte del rey de Aragón Juan II.

Cáceres es la capital de provincia y durante un largo periodo de tiempo se disputó entre los nobles de la parte alta y baja de la ciudad. En la actualidad está catalogada como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por su gran patrimonio cultural y artístico que, además, fue el escenario elegido para el rodaje de la serie Isabel. Después de muchos esfuerzos, Isabel y Fernando pacificaron la ciudad y la reina juró los Fueros en el conocido como Arco de la Estrella o Puerta Nueva. La Plaza de Santa María, presidida por la Concatedral y los palacios de Ovando el Viejo y Episcopal, acoge todavía a día de hoy mercados, disputas y exhibiciones. La Torre de las Cigüeñas es la única que no sufrió la pérdida de alturas y defensas.

El monasterio de Guadalupe es el exponente del poder, fe y tradición, además de ser un rincón con mucha historia, de ahí que ningún senderista quiera perderse este escenario. En la visita guiada que en él se ofrece se descubrirán monumentos y decisiones históricas que marcaron el porvenir del imperio, como el matrimonio de Isabel con el rey de Portugal, el perdón al cardenal Carrillo o las cartas de aprobación a la expedición de Colón, entre otros acontecimientos. En esta localidad también es de obligada visita el paseo hasta el viaducto sobre el río Guadalupe y el barranco de Valdegracia. Para los más aventureros otra posibilidad es hacer la excursión hasta la ermita del Humilladero y el palacio o la Granja de Mirabel.

Madrigalejo es una encrucijada de caminos históricos hacia Guadalupe, zona que fue muy utilizada para las idas y venidas de Castilla. Fue en esta localidad donde Fernando el Católico falleció, concretamente en la Casa de Santa María. Además, por Madrigalejo también pasa la Vía Verde de las Vegas del Guadiana y las Villuercas, así como el camino Mozárabe que viene de Córdoba y el Camino Romano que unía Mérida y Toledo.

Plasencia fue el paraje en el que Isabel encontró una enconada resistencia a su poder. Fue en el Palacio de Argollas donde se estableció la corte y desde donde se reclamó sin éxito la Corona de Castilla. En resumen, los monumentos que se pueden contemplar hoy en esta villa pertenecen a los estilos gótico y renacentista. Entre los más destacados son los palacios nobiliarios y la catedral.

Otros pueblos que tuvieron una gran importancia en la vida de los Reyes Católicos debido a sus relaciones con Portugal son Alcántara y Valencia de Alcántara. Alcántara fue donde Alfonso V renunció a la Corona de Castilla a favor de los Reyes Católicos y Valencia de Alcántara fue donde se selló definitivamente la paz con Portugal tras la boda entre la primogénita de los reyes y el entonces rey portugués, Manuel el Afortunado.

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