Gotemburgo es un importante puerto del Mar del Norte. Un territorio que se dispersa entre las incontables islas de su archipiélago. Un lugar en el que se rinde culto al pescado más fresco y al marisco más exquisito. No parece casual que el lugar para degustar los manjares del mar se llame Feskekörka, “iglesia del pescado”. Gotemburgo es una ciudad moderna y tranquila que mantiene, con orgullo, sus calles peatonales adoquinadas y sus casas de madera. Un núcleo urbano culturalmente dinámico repleto de actividades en museos, festivales, conciertos y teatros.

Gotemburgo es una ciudad sueca situada a unos 470 kilómetros al suroeste de Estocolmo, frente a las costas de Dinamarca. Desde siempre ha sido para Suecia uno de sus puertos comerciales más importantes. No en vano es el puerto más grande que encontraremos en todo los países nórdicos, ya que cuenta con la curiosa circunstancia de que sus aguas no se hielan como las del resto.

A pesar de su enorme importancia no es una ciudad especialmente antigua, ya que fue fundada en 1621. El paseo en barco por su archipiélago es, posiblemente, uno de los principales atractivos para los turistas. Desde sus aguas nos llaman la atención sus pequeños islotes, sus paisajes de castillos y colores y la tranquilidad del ambiente.

Gotemburgo es una ciudad muy atractiva, con un ambiente siempre acogedor y alegre y un gran número de parques y cafés confortables. En la calle principal están situadas tiendas curiosas. Además, en Gotemburgo se ubica uno de los parques de recreo más grandes de Escandinavia.

La arquitectura de la ciudad y sus formas geométricas conforman un estilo importado, parcialmente, de Holanda. Gotemburgo es una ciudad para disfrutar de hermosos lagos, bosques y un archipiélago pintoresco.

De la ciudad antigua se han conservado los restos de los fosos del castillo Valgraven y  Rusendalscanalen, y también el canal portuario Stura Hamncanalen. El edificio del Ayuntamiento es uno de los más impresionantes de Gotemburgo. Está situado en la bonita calle de Gustav Adolfo Torg. El ayuntamiento siempre ha estado allí, desde la fundación de la ciudad.

El Kronhuset es el edificio más antiguo que podemos apreciar en Gotemburgo. Se construyó en 1654 como almacén para uniformes militares y, en la actualidad, se usa como sala de conciertos. Está en la parte posterior del Ayuntamiento y sus ladrillos rojos lo convierten en inconfundible. El Kronshuset fue construido en estilo holandés y, aparte de las paredes de ladrillo y el techo, está completamente cubierto de madera.

La Plaza Götaplatsen es el centro cultural de Gotemburgo. Está rodeada de la sala de conciertos, el teatro y el Museo de Arte de Gotemburgo. Lo que más llama la atención de la plaza es la estatua de Poseidón que aparece en el centro. Carl Milles la realizó en 1931 sobre la fuente que ocupa el centro de la plaza. Es un símbolo y un homenaje a la tradición marinera de Gotemburgo. La ciudad ha crecido gracias a su puerto, que es el único que tiene el agua “descongelada” todo el año y el más importante de los países nórdicos.

Construida en 1697, la Fortaleza Skansen Kronan fue edificada para defender a Gotemburgo de las amenazas danesas. Como curiosidad, el edificio también sirvió como prisión, como residencia privada en el siglo XIX y como museo militar en el siglo XX. En la actualidad alberga un restaurante. Sin embargo, su principal atractivo son las vistas que se obtienen de la ciudad.

Haga es un de los barrios más antiguos. Su principal atractivo es la calle peatonal Haga Nygata, llena de casitas de madera que albergan interesantes tiendas y cafés. Es una zona especialmente animada, perfecta para ir de compras. Eso sí, en Haga no encontrarás los principales escaparates sino tiendas únicas y auténticas, algo que hace muy característico el barrio.

El jardín botánico es uno de los más grandes de Europa. En sus 175 hectáreas cuenta con especies arbóreas y flores de casi todo el mundo.

Por cierto, uno de sus edificios más recientes se ha convertido en un orgullo para la ciudad sueca. Läppstiftet, conocido popularmente como “el pintalabios”, es una construcción postmoderna situada en el muelle Lilla Bommens. Además de sus llamativas líneas rojas, dispone de un ascensor que permite subir a la azotea y disfrutar de las mejores vistas de Gotemburgo.

Más información en: infoviajes.contacto@gmail.com