Los egipcios inventaron la sandalia. Los romanos le añadieron la cubierta y en Hispania se creó la auténtica alpargata. Calzado de lona con suela de esparto y, actualmente, cáñamo o yute. Cervera del Río Alhama, en La Rioja, es conocida como “la cuna de la alpargata”. Illueca, en tierras aragonesas, mantiene la tradición artesanal de este calzado. Y, aunque en Granada se encuentran las más antiguas, el glamour de las esparteñas o “espardenyes” llegó de la mano de antiguos artesanos gerundenses.

La cuna de la alpargata

A menos de cien kilómetros de Logroño, la fabricación de alpargatas constituye una industria pujante. Nuevos diseños para un calzado humilde que ha pisado con fuerza las pasarelas y continúa su trayectoria en la moda actual. El Museo de la Alpargata de Cervera del Río Alhama muestra toda la evolución de este calzado y la historia de las alpargateras y alpargateros.

El municipio se encuentra dividido en dos por La Peña de San Antonio, en la cima se alzan las ruinas de un castillo de origen musulmán. La villa conserva ese aire musulmán en su estructura urbana y presume de ermitas e iglesias de los siglos XV y XVI como la de San Gil (con origen en el siglo XII), Santa Ana o Nuestra Señora del Monte.

En el término municipal de Cervera del Río Alhama, en el yacimiento de Valdebrajes, aún son visibles las huellas de dinosaurios, pero sus puentes también tienen historia. Algunos se construyeron en la Edad Media aprovechando acueductos romanos, como el de Las Navas o el que sortea el Barranco de Valdelalasa. El Puente de Zamora, o el del molino, se levantaron en los siglos XVII y XVIII.

La alpargata de tierras zaragozanas

Además de la tradición alpargatera y la fabricación de paños, Illueca puede contar muchas otras historias. Es la ciudad natal de uno de los protagonistas del Cisma de Occidente, el famoso Papa Luna o Benedicto XIII. En lo alto de Illueca se alza el palacio que lo vio nacer en 1328. Una antigua fortaleza defensiva reconvertida en impresionante palacio renacentista aragonés, de influencia italiana. El interior posee preciosos artesonados, en su salón principal o en la Sala de los Arcos, y por todo el palacio abundan las yeserías barroco-mudéjares.

Por las estrechas calles de Illueca, capital de la comarca del río Aranda, se reparten algunas casas nobles, como la de la familia Saldaña, e iglesias como la de San Juan Bautista, de estilo mudéjar. A apenas tres kilómetros, en Brea de Aragón, se encuentra el Museo del Calzado. Un espacio moderno, con sistemas multimedia, en el que se exhiben piezas y útiles artesanos desde la época celtíbera y toda la tradición del calzado en la comarca.

Las alpargatas más antiguas

La Alpujarra.

Han cumplido cinco mil años y se conservan en el Museo Arqueológico de Granada. El hallazgo se produjo a mediados del siglo XVIII en la Cueva de los Murciélagos, en Albuñol. El calzado de esparto formaba parte de un completo ajuar funerario compuesto por túnicas, gorros y cestas del mismo material, y la primera diadema de oro encontrada en España.

La Cueva de los Murciélagos se localiza entre las paredes de un profundo desfiladero al que conduce la ruta de las Angosturas. Los imponentes paisajes pétreos de Albuñol y la Sierra de la Contraviesa constituyen la puerta de entrada a la Alpujarra granadina.

El término municipal de Albuñol, de estrechas callejuelas y fachadas blancas, se encuentra entre la Alpujarra y la costa, con salida al mar por el Puerto de La Rábita. En lo alto de las rocas se alza el Castillo de La Rábita. La fortaleza nazarí está estratégicamente situada para proteger la bahía de Albuñol y la frontera marítima del reino de Granada.

La artesanía de la alpargata ha ocupado a muchas generaciones a lo largo de toda la costa mediterránea peninsular durante muchos siglos.

El glamour de las esparteñas o “espardenyes”

Salvador Dalí y Pablo Picasso, con cintas atadas al tobillo o sin ellas, las lucieron para el mundo. Un calzado unisex que lo mismo apañaba la imagen del gran Humphrey Bogart que completaba el look informal de Coco Chanel. Grandes actrices de Hollywood como Audrey Hepburn, Lauren Bacall, Grace Kelly o Sofía Loren se apuntaron a la comodidad veraniega de las esparteñas. A lo largo del siglo XX los veraneantes de la, entonces exclusiva, Costa Brava rindieron culto al fresco calzado de lona y esparto.

Las pasarelas mundiales del lujo y el glamour convirtieron aquellas antiguas alpargatas en el calzado de moda, que se mantiene en el siglo XXI. En los años 70, el mismísimo Yves Saint Laurent encargó su modelo de alpargatas, con cuña, a una firma gerundense de larga tradición artesanal, la misma que en los años 20 había industrializado el proceso de fabricación en Bañolas (Gerona).

Además de alpargatas, Bañolas presume del lago más grande Cataluña y de un precioso casco antiguo. Conserva parte de su antigua muralla medieval y su hermosa Plaza Mayor está rodeada por cuarenta arcos. No faltan monasterios, como el de Sant Esteve, iglesias góticas, como la de Santa María del Turens, y una Llotja del Tint, la fábrica medieval de tintes para tejidos.

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