Carcassonne es conocida principalmente por su ciudadela medieval, así como sus murallas. Esta ciudad francesa situada en las orillas del río Aude y entre Toulouse y Perpiñán es la mayor ciudad fortificada de Europa con sus tres kilómetros de murallas y 52 torres, que la han llevado a convertirse en Patrimonio Mundial por la Unesco. Su patrimonio medieval muy bien restaurado por el arquitecto Eugéne Viollet-le-Duc en el siglo XIX es uno de los principales atractivos de Cascassonne que lo han situado como uno de los destinos más visitados de Francia.

Carcassonne.

Carcassonne.

Su potencial turístico está favorecido también por su posición estratégica, entre las playas de la vertiente mediterránea francesa, las estaciones de esquí y las cumbres de los Pirineos, así como su cercanía con España. A ello hay que añadir su valor patrimonial en cuanto a actividades culturales se refiere, que a lo largo de todo el año se pueden encontrar distintas celebraciones.

Carcassonne cuenta con más de 2.500 años de historia. La ciudadela está dividida en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, la Cité Médiévale, que se extiende por una meseta sobre la orilla derecha del río, y por el otro, la Bastide de Saint-Louis, sobre la orilla izquierda del mismo río.

Uno de los elementos más llamativos de la Ciudadela son sus 52 torres de la muralla, con 14 en la muralla exterior y 38 en la interior. Las que se encuentran en la parte exterior son circulares, más pequeñas y originalmente no contaban con un techo para así contribuir a la mejora defensiva. Las interiores tienen una forma de herradura por el exterior y plana por el interior y 17 de ellas datan de tiempos galorromanos por sus característicos techos aplanados. Disfrutar de un recorrido por esta muralla será una de las actividades más típicas que realizar en Carcassonne.

Esta ciudadela contaba con cuatro entradas, cada una situada en un punto cardinal. La mejor conservada es la Puerta de Narbona, con un origen que se sitúa en 1280 y un característico puente levadizo, un foso y dos torreones. Otra que sorprende es la Puerta del Aude, aunque su barbacana fue en parte destruida a principios del siglo XIX para construir la Iglesia Saint-Gimer.

Carcassonne.

Carcassonne.

El Castillo Condal construido en torno a 1130 bajo la orden de Bernand Aton IV Trencavel fue posteriormente rediseñado por la realeza francesa y completamente restaurado en la época de la gran reforma de Viollet-le-Duc. Aunque la entrada es de pago conviene acceder ya que se podrán apreciar varias salas de la construcción, así como la muralla galorromana, situada al norte, y la muralla medieval, al oeste. El perímetro que rodea al castillo, el Camino de ronda, es ideal para disfrutar de varios miradores desde donde se pueden contemplar los paisajes que recogen las diferentes construcciones del templo y la naturaleza situada hacia el oeste.

La Basílica de St. Nazaire es una auténtica joya de entre los siglos XI y XIV, donde se fusiona la armonía del romanticismo con el gótico. Adentrarse en su interior será otro viaje grato para el sentido de la vista apreciando sus vidrieras y rosetones. Esta basílica fue reemplazada como catedral de la ciudad por la Iglesia de San Miguel del siglo XIII. Aunque ambos edificios están abiertos al público, la Catedral de San Miguel no cuenta con el interés histórico de la Basílica, con uno de los órganos más antiguos de Francia.

Catedral de Saint Nazaire.

Catedral de Saint Nazaire.

La Bastide de Saint-Louis acoge cada martes, jueves y sábado el típico mercado donde se puede disfrutar de la más típica gastronomía de esta ciudad gala, entre las que destaca le Cassoulet. Muy cerca de La Bastide se encuentra el Canal du Midi, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que hoy en día es uno de los grandes atractivos turísticos de Carcassonne.

Otros lugares que destacan en Carcassonne son la Iglesia de Saint Gimer, una de las tres iglesias diseñadas por Viollet-le-Duc en el siglo XIX, el Puente Viejo de la época medieval y el Pont Neuf, desde donde se ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudadela. Para el caso de que se cuenten con varios días de viaje, se pueden visitar otros pueblos cercanos a Carcassonne como Saissac, Soreze, Revel, La Pomarede, Belcastel o Limoux.

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