La biodiversidad que alberga este Parque Nacional situado en Andalucía es consecuencia de la conjunción de diferentes ecosistemas. En 1980 este territorio fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. El Parque Nacional de Doñana es un mosaico de ecosistemas que alberga una biodiversidad única en Europa, destacando parajes como la marisma, humedal de extraordinaria importancia como lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas.

Pero no solo tiene importancia la marisma, ya que en este parque existe una gran confluencia de un conjunto de ecosistemas, entre los que sobresalen la playa, las dunas o los cotos, que todo ello junto dota al parque de una gran personalidad, que llega a albergar especies únicas, y en peligro de extinción, como el águila imperial ibérica y el lince ibérico.

Se localiza en el extremo occidental de Andalucía con territorio en las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Su extensión, de 50.720 hectáreas, y su situación estratégica, en la confluencia entre las regiones mediterránea y atlántica por un lado, y entre el continente europeo y el africano por otro, lo convierten en una de las zonas húmedas más importantes de Europa. Los pinares, los bosques de ribera, las dehesas de alcornoques, las manchas de matorral, el litoral y los humedales constituyen los medios más favorables para el desarrollo de las comunidades de aves. Es por esta razón que Doñana será un paraíso para los amantes de la ornitología.

Doñana constituye el área de observación de aves más prestigiosa de Europa. Tanto en su zona occidental, marismas de Almonte e Hinojos, como la oriental, arrozales de Puebla y Villafranco, se pueden observar estos seres vivos en todas las épocas del año. La Madre o arroyo de la Rocina en el Rocío, el Caño del Guadiamar en Hinojos, la Dehesa de Abajo en la Puebla o Cantarita en Villafranco son los enclaves más fáciles y accesibles que aseguran un mayor número de aves. Entre las especies más destacables se encuentran: flamenco, garcilla cangrejera, calamón, garza imperial, cerceta pardilla, focha moruna o malvasía cabeciblanca.

Otro punto de interés en este espacio natural protegido es el que se encuentra en el sistema de dunas fósiles del Asperillo, que discurre paralelo a la costa. Una vez en la playa, se puede contemplar el impresionante Acantilado del Asperillo, declarado Monumento Natural por su singularidad y belleza. Este acantilado arenoso impresiona por sus casi 30 metros de altitud, el más alto de Europa de este tipo, pero también por sus varios kilómetros de largo. Su importancia tampoco se limita al valor paisajístico, ya que posee también un gran valor geológico y ecológico.

El mosaico de paisajes que ofrece el Parque Nacional de Doñana también destaca por sus 27 kilómetros de playa, algunos de ellos completamente vírgenes. Además, realizar una caminata por estas playas al atardecer permitirá disfrutar de una de las más espectaculares puestas de sol. En las playas se forman unos parajes realmente sensacionales, y estos son las dunas móviles, donde el viento empuja las arenas desde la costa hacia el interior, formando montañas de arena que irán creciendo y progresando hasta llegar a la marisma. Este fenómeno se extiende por el litoral de Huelva y Cádiz, pero el más impresionante se encuentra entre la localidad de Matalascañas y la desembocadura del río Guadalquivir.

Desde la localidad de Sanlúcar de Barrameda se ofrece un itinerario en el barco Real Fernando, que hace varias paradas en un recorrido por el parque que dura aproximadamente tres horas. En esta actividad se hace hincapié en la aparición de aves como el flamenco o la garza real, que es relativamente sencillo verlas desde el navío. En esta localidad gaditana se ofrecen otro tipo de excursiones, como el recorrido al pinar de la Algaida, uno de los parajes menos conocidos de Doñana. En la laguna de Tarelo, con gran importancia ornitológica, se puede disfrutar de la colonia más importante de la malvasía común de Andalucía.

Las aguas someras de la Marisma Gallega, el Lucio del Cangrejo y las Marismas de Bonanza son otras importantes zonas del parque. En ellas se alimentan y crían innumerables aves y el visitante puede deleitarse observando la horizontalidad que ofrece este paisaje, la avifauna que lo habita y el espectacular vuelo de los flamencos.

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