Teruel es una de las provincias más completas de España, pero también una de las más olvidadas. Situada en la zona central del país, en la zona sur de la Comunidad Autónoma de Aragón, alberga importantes resquicios de la arquitectura mudéjar, pueblos medievales y pintorescos con un encanto especial, rutas en la naturaleza llenas de aventura y lugares repletos de historia. La provincia de Teruel es uno de esos lugares de la España interior que merecen ser conocidos y visitados por la gran oferta turística que tiene.

Catedral de Teruel.

Catedral de Teruel.

La ciudad de Teruel es la capital de provincia más pequeña de España, pero su oferta cultural e histórica es muy importante. Es conocida por sus monumentos de estilo mudéjar, los que se pueden conocer paseando por sus calles. En su casco histórico se conserva un importante legado medieval, en el que destaca la Torre Catedralicia, así como las de San Salvador, San Martín y San Pedro. Todo ello está declarado Patrimonio de la Humanidad. Gracias a la célebre historia de los amantes de Teruel, la ciudad guarda importantes rincones llenos de encanto, como la céntrica plaza del Torico, el acueducto de los arcos o el popular paseo del Óvalo.

La influencia islámica ha dejado en Teruel y en Aragón el más importante conjunto monumental mudéjar de España. Además, este estilo se fusionó con el gótico. Las calles céntricas de la ciudad desembocan en la plaza del Torico, donde se encuentra una columna rematada con una escultura de un toro, lo que se ha convertido en emblema de la ciudad. Es en esta plaza donde se pueden admirar edificios con fachadas modernistas de principios del siglo XX, como la Casa Ferrán o La Madrileña.

Cerca se encuentra la Casa de la Comunidad, que alberga en su interior al Museo Provincial, donde se exponen diversos hallazgos arqueológicos y una colección de cerámica turolense. La Catedral es otra importante edificación mudéjar. Fue construida en el siglo XIII sobre una iglesia anterior y de la que destaca su torre cuadrada decorada con cerámica.

Pero dejando la capital a un lado, en Teruel se encuentran encantadores pueblos y parajes naturales dignos de conocer. Calaceite es uno de los pueblos más bonitos de la comarca del Matarraña. Posee una estructura medieval intacta a pesar del paso del tiempo y destaca su gran variedad estética, entre las que sobresalen la iglesia parroquial de la Asunción, el Ayuntamiento renacentista, la Capilla de San Antonio y las Ermitas de San Roque y de la Virgen del Pilar.

Cantavieja está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España. Situado en lo alto de una montaña rocosa, Cantavieja guarda en su interior un gran potencial histórico y patrimonial. Las calles estrechas y casas de aire medieval crean un ambiente espectacular, mejorado con otros rincones de la población, como la Plaza Mayor con el Ayuntamiento y la Iglesia de la Asunción, de amplias proporciones y una portada y pórtico góticos.

Alcañiz pertenece a la conocida “Ruta del tambor”, llamada así por la presencia del tambor y del bombo durante dos días seguidos en las celebraciones de Semana Santa. Es una de las principales urbes de Aragón y en ella destaca su impresionante castillo, conocido como Castillo de los Calatravos. Su historia se remonta al siglo XII y actualmente se encuentra en un muy buen estado de conservación. Pero Alcañiz está dotada de un fascinante acervo histórico-artístico, entre los que destacan la Plaza de España, donde se encuentra la lonja y el edificio del Ayuntamiento.

Finalmente, una de las rutas de montaña más interesantes y aventureras de la provincia de Teruel es la ruta del Parrizal de Beceite. Es una ruta senderista de nivel bajo y se completa en un tiempo aproximado de unas cuatro horas. El recorrido discurre por el hermoso valle junto al río Matarraña y es aquí donde se encuentra una de las mayores poblaciones de la cabra hispánica. Por su parte, la población de Beceite cuenta con un centro urbano dotado de varios edificios significativos. Entre ellos destaca la iglesia parroquial de San Bartolomé con una arquitectura barroca o la Ermita de Santa Ana construida bajo la influencia gótico-renacentista. Además, se encuentran varios portales de los siglos XIII y edificaciones civiles de entre los siglos XVI y XVIII.

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