Albania es un país que destaca por sus brutales paisajes de montañas, lagos, cascadas, valles y demás elementos de la naturaleza. También es un país que ha sufrido mucho a lo largo de la historia y le ha costado consolidarse como destino turístico. Albania estaba tan atrasada tras la era comunista, que terminó en 1991, que necesitó dos décadas para equipararse con el resto de países de Europa del Este.

Y, aunque todavía no es un destino turístico de primer nivel, está consiguiendo cada vez más curiosos que buscan conocer su historia, sus parajes naturales y sus grandes atractivos. En la animada y pintoresca capital, Tirana, se puede apreciar la fusión en un vibrante torbellino de tráfico, consumismo y diversión, además de su centro histórico con edificios pintados en colores primarios, abundantes también las plazas y calles peatonales.

Tirana se presenta como una capital en la que predominan las grandes avenidas flanqueadas por fascinantes reliquias de su pasado, tanto otomano como italiano y comunista. Estas reliquias van desde delicados alminares hasta llamativos murales socialistas. La Plaza de Skanderbeg representa el corazón de la ciudad y está dominada por la gran estatua ecuestre de Skanderberg, héroe nacional que luchó y evitó las invasiones del Imperio Turco. Antiguamente también se encontraba en esta plaza una estatua del dictador comunista Enver Hoxha, pero fue derribada durante la caída del comunismo.

Alrededor de ella se encuentran importantes monumentos, como el Palacio de Cultura, la Mezquita Eh’tm Bey, la Torre del Reloj, el Museo Nacional de Historia y el Tirana International Hotel. La Mezquita Eh’tm Bey, construida entre los años 1789 y 1821, es uno de los edificios más antiguos de Tirana. Tanto su interior como su exterior están decorados con frescos relacionados con la naturaleza, algo que no es muy habitual en el arte islámico.

La Catedral ortodoxa de la Resurrección de Cristo, inaugurada en 2012, es la tercera catedral con la misma estructura en los Balcanes y uno de los edificios más modernos de Tirana. Con un campanario de 46 metros de altura y una cúpula que se sitúa a unos 32, ofrece un complejo digno de ver.

El monumento más simbólico de la ciudad puede ser la Torre del Reloj, situado junto a la mezquita. Con sus 35 metros de alto fue considerado el edificio más alto de la ciudad y subiendo por las escaleras situadas en su interior se puede apreciar el caos que caracteriza al centro.

La principal y gran avenida de esta capital europea es Bulevar Dëshmorët e Kombit, que cruza todo el centro y conecta la Plaza Skanderbeg con la Universidad de Tirana. Es en esta calle donde más movimiento se va a ver en toda Tirana, además de apreciar la brusquedad con la que se conduce en Albania. Por su parte, el considerado barrio más atractivo es el Barrio de Blloku, lo que en su día fue una zona exclusiva donde residía el líder comunista Enver Hoxha y demás familias de clase política. Fue una zona donde durante el comunismo la gente de a pie no podía acceder y que hoy día es uno de los mejores lugares para disfrutar de cafeterías, restaurantes y bares, y probar la fantástica gastronomía local.

Uno de los monumentos más curiosos y menos bonitos, debido a su considerable abandono es la Pirámide de Tirana. Se trataba de un museo del líder comunista Enver Hoxha, quien gobernó el país durante casi 50 años y lo llevó a la pobreza. Diseñada por su hija como muestra de homenaje, posteriormente pasó a ser base de la OTAN, durante la Guerra de Kosovo, y llegó a ser hasta una discoteca. Escondido entre calles y edificios de estilo contemporáneo, se encuentra el pequeño puente del período otomano, Puente de Tabak.

El Palacio de la Cultura, construido donde antiguamente se encontraba el Bazar Viejo, alberga al Teatro de la Ópera, la sede del ballet nacional y la Biblioteca Nacional. Cabe destacar también de esta ciudad que se llegaron a construir un total de 173.371 búnkeres durante el gobierno comunista. Es por eso que se han reabierto alguno de ellos para poder visitarlos, como el Bunk’art 2.

Entre sus museos destaca el Museo Nacional de Historia de Albania, inaugurado en 1981 y el más grande del país. Destaca su mosaico gigante en la fachada principal del edificio, llamado “Los albaneses”. En él se puede contemplar una amplia colección de arqueología, la réplica de la espada de Skanderbeg y toda una planta dedicada a la era comunista. El Museo de Arte es otro lugar para aprender sobre el país y, en su parte trasera, se encuentran varias estatuas de la época comunista.

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