Francisco Javier Sánchez

Aunque todo lo que rodea esta joya peruana bordea la realidad y la leyenda, lo que no admite ningún género de dudas es que Machu Picchu se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos del mundo, de manera que un reciente informe del Banco Central de Reserva del Perú recogía que entre enero y septiembre de 2018 un total de 1,2 millones de turistas contemplaron las ruinas de esta ciudad inca.

Resulta imposible datar con exactitud su levantamiento, pero la comunidad científica parece ponerse de acuerdo en que el conjunto fue mandado construir alrededor de 1440 por el noveno inca del Tahuantinsuyo, Pachacútec, para tomarlo como residencia principal. Machu Picchu se eleva 2453 metros sobre el nivel del mar en el entorno majestuoso de los Andes, más concretamente en el valle del Urubamba, a 70 kilómetros de la ciudad de Cuzco.

Qué es y qué función tenía

Se sabe que Machu Picchu fue un santuario sagrado en el que los incas rindieron culto a los cuatro elementos, a diferentes entidades, a animales y astros, entre los más importantes El Sol. Muchos la conceden el estatus de ciudad y no es para menos porque cuentan los oriundos del lugar que esas residencias eran usadas por los propios incas para su distracción y descanso mientras vivían allí. Fue como hemos dicho anteriormente residencia habitual del noveno inca Pachacútec.

Vista parcial de Machu Picchu

El visitante puede ver y visitar hasta 172 recintos, entre los que destacan el Templo del Sol, la Residencia Real o la Plaza Sagrada, y estaba construido a esa altura para protegerse en caso de entrar en guerra con la cultura chanka, tal como ocurrió en 1438, año en el que tuvo lugar el último conflicto que enfrentó a chancas e Incas.

Por qué su descubridor oficial es Hiram Bingham

Según muchos estudiosos de la joya inca, antes que de que lo hiciera Hiram Bingham, Machu Picchu fue avistado en 1902 por un hacendado que vivía a las orillas del río Vilcanota y que se llamaba Melchor Arteaga. Además, si nos atenemos a la etimología de la palabra "descubrir" (del latín discooperire, con significado de "destapar algo que estaba tapado"), bien podemos decir que Machu Picchu no fue descubierto por nadie realmente pues nunca estuvo oculto. Bingham se encontró un pueblo abandonado y dio a entender su valía histórica y arqueológica.

Para la Historia, y quizá no sea del todo justo (o quizá sí), ha quedado oficialmente que fue el arqueólogo estadounidense Hiram Bingham quien descubrió y "destapó" al mundo occidental los restos del santuario. Fue el 24 de julio de 1911 cuando tras avistar en su ruta otras ciudades como Viycos y Vilcabamba la vieja, Bingham descubrió Machu Picchu; el propio arqueólogo no ocultó nunca en sus crónicas que el lugar ya era conocido por los lugareños y que estaba todo cubierto de ramaje y maleza. A Bingham se le reconoce sobre todo la labor de estudiar al detalle a principios del siglo XX lo que después resultaría ser una de las mayores proezas de la arquitectura inca.

Cómo se ha mantenido a lo largo del tiempo

Esta pregunta si que resulta casi imposible de responder, porque la ciudad ha resistido incluso los dos devastadores terremotos de 1650 y 1950 los cuales provocaron en Cuzco miles de muertos y la destrucción de patrimonio cultural y edificios históricos. Cuzco y su entorno es lugar proclive a los seísmos. La mayoría de los estudiosos agregan que su ubicación externa a la ciudad junto a la frondosa vegetación y árboles que había protegieron la ciudad de las penurias meteorológicas y del paso del tiempo. En el siglo XV, Machu Pichu podría ser un paraíso para los incas.

Accesos a Machu Picchu: los caminos incas

A Machu Picchu se puede llegar de diferentes maneras, siendo tres las más comunes: a través de los "caminos incas" lo cual conlleva una caminata de tres o más días; el camino inca es parte de la naturaleza, se construyeron escalones en los lugares más escarpados para disipar la energía del agua y contrarrestar la erosión; a grandes altitudes, pavimentaron el camino con piedras para proteger la superficie del hielo y las nevadas.

Escaleras de Machu Picchu

Otro de los accesos es a través de la carretera Hiram Bingham, desde la ciudad de Aguascalientes hasta Machu Picchu: hay una flota de más de una veintena de autobuses que no paran de recoger a turistas cada diez minutos, un auténtico beneficio económico para el país pues cada billete de ida y vuelta oscila entre los 8 dólares de los niños peruanos y los 24 dólares del turista extranjero.

La última forma de acceder que recogemos aquí es el tren de Lujo Belmond Hiram Bingham desde Cuzco a Machu Picchu, un tren de lujo que tiene las siguientes estaciones:

• Estación Poroy (Cusco). Servicio PeruRail Wifi disponible.

• Estación Ollantaytambo. Servicio PeruRail Wifi disponible.

• Estación Machu Picchu (Machu Picchu Pueblo). Servicio PeruRail Wifi disponible.