Metros y metros de película se han rodado por sus embriagadores parajes naturales, la expresividad natural de sus ciudades o por el arraigo hospitalario de sus gentes. Tailandia se ha convertido desde hace décadas en un destino turístico de primer nivel, tanto es así, que hay muchas maneras de conocer este país asiático, y una de ellas es recorrer y visitar los lugares emblemáticos que el cine ha capturado para la gran pantalla, porque Tailandia (Ratcha-anachak Thai en el idioma autóctono) es una tierra donde hay mucho por andar y mucho que ver: es una tierra de largometraje.

El puente sobre el río Kwai

Es curioso que uno de los mayores símbolos turísticos de este país esté relacionado con Sri Lanka, porque cuando el director David Lean dirigió el rodaje de El puente sobre el río Kwai (1957) decidió construir un puente de madera en la localidad de Kitulgala, en Sri Lanka, para después volarlo y dar credibilidad a la escena. El film narra la historia de unos prisioneros británicos de la Segunda Guerra Mundial que son obligados por sus captores japoneses a construir un puente en la selva, sobre el río Kwai.

Este detalle, desconocido para muchos, ha convertido al verdadero puente en un lugar histórico de obligada visita para los que viajan a Tailandia, que quedan cautivados al contemplar la antigua construcción y los hermosos parajes naturales que lo rodean. En la actualidad, el Río Kwai es un recordatorio de todas las vidas perdidas durante su construcción en la Segunda Guerra Mundial.

Las playas de la isla de Phuket ofrecen imágenes paradisíacas.

Las playas de la isla de Phuket ofrecen imágenes paradisíacas.

Aquí sí hay playas idílicas 

Es imposible hablar de Tailandia y no mencionar sus playas idílicas, especialmente una, Maya Bay, un rinconcito paradisíaco situado en la isla de Koh Phi Phi Leh y que se dio a conocer al mundo gracias a la película La Playa (2000), dirigida por Danny Boyle y protagonizada por un jovencísimo Leonardo DiCaprio. Sólo por atravesar en barca las aguas cristalinas y azules merece la pena ir hasta la otra punta del mundo, si bien la experiencia se optimiza si vamos en temporada baja.

La postal que nos encontramos en esta isla nos acompañará toda la vida y aliviará nuestra cotidianidad en el momento en el que vuelva su recuerdo. La playa en si está dividida en tres zonas: la de las embarcaciones pequeñas, la de las embarcaciones a motor y la zona de baño, bien delimitada con boyas. Las mejores opciones para conocer a fondo este rinconcito del mundo es una excursión privada en barco.

El agente 007, James Bond, también disfrutó de las islas y playas de Tailandia. La novena película de la saga 007, El mañana nunca muere (1997), interpretada por el irlandés Pierce Brosnan, fue rodada tanto en Bangkok como en la Isla Ko Tapu, también conocida por la Isla de James Bond, situada en el Mar de Andamán; un punto de referencia para el viajero, máxime cuando a tan sólo 40 kilómetros se encuentra la isla de Phuket, otro enclave paradisíaco de visita obligada.

Bangkok, cine y acción

A Bangkok le caben todos los adjetivos. Es inmensa y acogedora, caótica y ordenada, es diurna y nocturna, y la brisa que recorre cada una de sus callejuelas alberga una tradición milenaria que nos invita a continuar con el viaje. Por algo encabeza el ranking de las capitales más visitadas del mundo. 

Tanto los amantes de las experiencias espirituales como los seguidores del agente James Bond se emocionarán en el precioso Wat Suthat, uno de los templos budistas más bellos de la ciudad de Bangkok. De hecho, la película El hombre de la pistola de oro (1974), protagonizada por el actor Roger Moore, es un completo y buscado homenaje a Tailandia y sus tesoros. No en vano, en este film resulta mítica la persecución del agente 007 por el mercado flotante.

La cultura tailandesa siempre ha tenido una especial vinculación con la comunicación fluvial y los mercados flotantes, algo que siempre llama la atención de los viajeros. Son pocos los mercados flotantes que perviven y el más conocido es el de Damnoen Saduak, situado a 100 kilómetros de Bangkok, un laberinto de estrechos canales por los que navegan los sampan (barca tradicional) ofreciendo a los visitantes todo tipo de frutas, verduras y curiosos objetos artesanales.

En Bangkok hay muchos lugares que el viajero debe visitar como el Gran Palacio Real, una ciudad dentro de la ciudad, que cuenta con más de 100 edificios en su interior entre los que destaca el Templo del Buda de Esmeralda, tallado en jade y protector del Reino, al que el Rey de Tailandia personalmente cambia de ropajes al inicio de cada estación. La historia original de este Buda verde sería digna de una película que Hollywood aún no ha rodado.

Estatutas de Buda en el templo de Ayutthaya.

Estatutas de Buda en el templo de Ayutthaya.

Y Rambo encontró la paz

El mundo del cine también se fijó en el norte de Tailandia como escenario de películas. En esa zona se rodó la última de la saga Rambo, John Rambo: vuelta al infierno (2008) que, protagonizada por Sylvester Stallone, narra la historia de un excombatiente exiliado en la selva de Chiang Mai, en el norte del país, que vive una vida relajada pescando y cazando, hasta que su paz se ve perturbada con la llegada de un grupo de misioneros que le piden ayuda para llevar medicamentos y víveres a refugiados debido a los conflictos fronterizos entre Tailandia y Birmania (hoy Mianmar).

Parte de las escenas de la película se rodaron en el río Mae Ping, uno de los principales afluentes del Chao Praya, en el que los viajeros pueden experimentar agradables paseos en balsas de bambú o realizar descensos de rápidos, pero esto mejor dejarlo en manos de un experto como Rambo. Otra opción más relajada es conocer el Norte de Tailandia contemplando el luminoso verde de la vegetación, sus imponentes templos y palacios; y para viajeros más aventureros hay opciones como montar y pasear a lomos de un elefante, realizar un safari para ver tigres de bengala y alguna de las tribus indígenas que pueblan estos parajes.

Muy cerca, la pequeña ciudad de Chiang Rai posee tres curiosos templos, el Templo Azul, la Casa Negra y un espectacular templo blanco (Wat Rong Khun), edificaciones muy diferentes a cualquier otro templo budista del país. Al color blanco de su fachada, símbolo de la pureza budista, se unen miles de trozos de cristal que juegan con la luz del sol. Chiang Mai y Chiang Rai son la verdadera esencia tailandesa.

Chiang Rai.

Chiang Rai.

Estos son algunos de los lugares que unen a Tailandia con el séptimo arte. De hecho, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que Tailandia en sí es un destino turístico total, con infinitas posibilidades, culturales, sociales, religiosas o espirituales, es una tierra con tanto por descubrir que no es extraño que muchos directores de cine quisieran que sus películas tuvieran como telón de fondo estos entornos únicos, convirtiendo así a Tailandia en una tierra de largometraje que podrás conocer de la mano de Viajes El Corte Inglés durante 10 días/7 noches, desde 1.530€. Conoce todos los detalles y descubre Tailandia

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