
El 86% de las muertes de la dana las causó la cuenca del Poyo, la única sin obras hidráulicas: el dato que desarma al Gobierno
El 86% de las muertes de la dana las causó la cuenca del Poyo, la única sin obras hidráulicas: el dato que desarma al Gobierno
Concentra 192 de las 222 víctimas de ubicación acreditada. 17 murieron en el Magro, y 14, en el Turia, cauces protegidos por la presa de Forata y el Plan Sur.
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"Hubo en realidad tres inundaciones diferentes el día de la dana, en tres cauces distintos: en el Turia, en el Magro, y en el Poyo", expuso este miércoles en Les Corts Valencianes, muy didáctico, Federico Bonet, ex director técnico de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).
"En el Turia estaba el Plan Sur". "En el Magro estaba el embalse de Forata". Pero "en el barranco del Poyo no había ninguna actuación, y ya sabemos cuál fue el resultado", comparó. "Las obras hidráulicas nos protegen", aseveró en la comisión de investigación de la dana.
EL ESPAÑOL ha recopilado datos para precisar "el resultado" en cada cuenca al que se refería Bonet. Y los relativos a las víctimas mortales dan con creces la razón al ingeniero.
De las 222 muertes que se produjeron en las zonas inundadas (hubo otras 6 en hospitales que elevan el total a 228), el 86,5% corresponde a las inundaciones que provocaron los barrancos de la cuenca del Poyo, con un total de 192 víctimas mortales.
Las del río Magro causaron 17 muertes, el 7,7%. Y las del Turia, el 5,8%, un total de 13 defunciones. La información se desprende de las cifras ofrecidas por el Centro de Integración de Datos (CID) habilitado por la dana, que precisó el lugar del levantamiento de todos los cadáveres.
El levantamiento de los seis cuerpos restantes, los que elevan el dato total a la conocida cifra de 228 se produjo en hospitales de la ciudad de Valencia, sin que el CID precisara en estos casos la procedencia de esas personas.
Sí se han tenido en cuenta los tres desaparecidos que, pasados 90 días sin que se encontraran sus cuerpos, fueron considerados víctimas mortales de manera oficial. En estos tres casos sí está acreditado el lugar en el que desaparecieron.
Tal y como anticipaba Federico Bonet, la comparación entre cuencas pone de manifiesto que la población estuvo más protegida allí donde había infraestructuras hidráulicas para minimizar las inundaciones.
"En el Turia estaba el Plan Sur, y fue extraordinario. Las lluvias fueron extraordinarias. En la zona media hubo bastantes daños. En Ribarroja, el parque fluvial del Turia quedó arrasado. Pero, afortunadamente, como saben, en Valencia no ocurrió prácticamente nada", manifestó.
Tanto es así que las muertes de Valencia se produjeron por el desbordamiento de la cuenca del Poyo, a pesar de que los barrios de la ciudad que se inundaron no son ribereños de ninguno de los barrancos de ese cauce, sino del río Turia, que resistió la embestida del agua y mantuvo a salvo el grueso de la urbe.

Muertes por municipios en las diferentes cuencas. Arte EE
"En el río Magro estaba el embalse de Forata, que laminó a la mitad la avenida que venía de Utiel, de aguas arriba", subrayó Bonet. "En Algemesí hubo desbordamientos, aunque no fueron tan graves", agregó.
La intervención de los políticos de PP y PSOE en la comisión de investigación de la dana fue un buen resumen de la guerra abierta sobre el relato de las causas de lo ocurrido.
La representante de los socialistas, María José Salvador, achacó las muertes a la mala gestión de la emergencia por parte de la Generalitat valenciana que preside Carlos Mazón (PP).
El representante popular, Fernando Pastor, subrayó, en cambio, la responsabilidad del Gobierno central por no ejecutar las obras previstas en la cuenca del Poyo desde 2011, orilladas por los Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.
Con el actual gobierno socialista se produjo además en 2021 la "paralización de proyectos y obras por falta de disponibilidad presupuestaria y problemas ambientales", tal y como reconoció en septiembre de ese año la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica de la entonces ministra Teresa Ribera.
Al margen de que la gestión de la Generalitat pudiera agravar la tragedia, los datos acreditan que, con la misma reacción por parte de la autonomía, titular de las competencias de Emergencias, esta causó 30 muertes en dos grandes cuencas -las del Magro y el Turia, ambas con protección hidráulica- frente a las 192 víctimas mortales causadas por la riada de la cuenca del Poyo.
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Solo en el municipio de Paiporta, epicentro de la llamada 'zona cero' de la dana, murió bastante más gente (46 personas) que en la totalidad de los ríos Magro y Turia. Todo a pesar de que las precipitaciones en ambas cuencas no fueron en absoluto menores.
El récord de precipitaciones de España se batió el fatídico 29 de octubre en la estación meteorológica de Turís, ubicada justo entre las cuencas del Magro y el Poyo. Cayeron 771,8 litros por metro cuadrado en un día, 184,6 en tan solo una hora.
La avenida en la cuenca del Magro fue brutal. Pero, aguas arriba, la presa de Forata, que estuvo a punto de colapsar y generó el mayor de los temores aquella noche, estaba por suerte semivacía. Recibía 2.000 metros cúbicos por segundo, pero liberaba 1.000, lo que permitió reducirla a su paso a la mitad.
Por su parte, el mastodóntico cauce nuevo del Turia, impulsado tras la riada de 1957 que inundó Valencia para desviar el río al sur de la ciudad, registró el mayor volumen de agua de su historia. Llegó a transportar un caudal de 3.400 metros cúbicos por segundo, similar al de la cuenca del Poyo.
En definitiva, las cifras desarman con rotundidad la tesis del Gobierno de España, que responsabiliza en exclusiva a la Generalitat de la tragedia y obvia la ausencia de obras hidráulicas en la cuenca del Poyo como factor determinante para que se produjeran 192 muertes en la misma, el 86,5% del total.