L'Albufera de Valencia. UPV

L'Albufera de Valencia. UPV

Opinión

Cuidar el alma de Valencia

Juan Carlos Caballero
Valencia
Publicada

Hay paisajes que no solo se contemplan: se sienten. Lugares que definen un territorio, que nos conectan con nuestra historia, nuestra cultura y nuestra forma de vivir. En Valencia, ese lugar tiene nombre propio: la Devesa y l’Albufera. Una no se entiende sin la otra. Juntas forman un ecosistema único y un símbolo insustituible de nuestra ciudad.

No estamos hablando simplemente de una laguna o de un paraje natural. Hablamos de un entorno que concentra biodiversidad, memoria, economía local y bienestar. Por eso, desde el Ayuntamiento de Valencia trabajamos con una convicción firme: proteger la Devesa y l'Albufera no es una opción, es un deber.

Y si hay una época del año que pone a prueba esa obligación, es el verano. Las altas temperaturas, la sequedad del terreno y el aumento de visitantes convierten esta estación en el periodo de mayor riesgo para espacios naturales tan valiosos como el de El Saler.

Ante esa amenaza, el Ayuntamiento y el Servicio de Bomberos refuerzan la vigilancia con patrullas preventivas, activan los cañones de agua en situaciones de riesgo extremo y despliegan un dispositivo especial. Pero todo eso no es suficiente si no contamos con un pilar clave: la responsabilidad ciudadana.

Porque la mejor herramienta contra los incendios es, y siempre será, la prevención. Y prevenir empieza por lo más sencillo: no encender fuego, no abandonar residuos, respetar las vías de emergencia y, ante cualquier sospecha, llamar al 112. Cuidar nuestro entorno empieza en cada pequeño gesto.

A estas medidas inmediatas se suman otras de carácter estructural, con proyectos de regeneración que miran más allá del verano y abordan los retos ambientales con visión a largo plazo. Porque la Albufera no solo es belleza; es también barrera frente a catástrofes.

Así lo demostró durante la dana, cuando absorbió en pocas horas más de 120 hectómetros cúbicos de agua, actuando como un escudo natural que amortiguó el impacto en las pedanías del sur. En silencio, sin pedir nada a cambio, l'Albufera protegió a quienes viven a su alrededor.

Por eso, cuidarla es mucho más que una declaración de buenas intenciones. Exige atención constante, inversión sostenida, coordinación entre administraciones y una ciudadanía consciente e implicada.

El gobierno municipal, con la alcaldesa María José Catalá al frente, ha asumido ese compromiso con hechos. Tras la dana, se ha actuado con determinación: más de ocho millones de euros invertidos y 85.000 metros cúbicos de residuos retirados.

Pero no nos detenemos ahí. Estamos impulsando iniciativas innovadoras como la electrificación de las barcas tradicionales o los estudios sobre la capacidad del humedal para absorber CO₂, en línea con los objetivos que Valencia se ha marcado como Capital Verde Europea.

Y hay un hito reciente que merece especial mención: por primera vez, trece municipios hemos unido nuestras voces para impulsar ante la UNESCO la declaración de l'Albufera como Reserva de la Biosfera. Un acuerdo histórico que trasciende colores políticos y que representa una apuesta conjunta por el futuro.

Llega el verano y, con él, la oportunidad de disfrutar de nuestro patrimonio natural. Pero también de asumir el compromiso de conservarlo. De mirar el horizonte desde una barca o bajo un pinar sabiendo que formamos parte de algo más grande. De algo que nos une y que nos trasciende.

Proteger la Devesa. Cuidar l'Albufera. No es solo cuidar un paisaje. Es cuidar lo que somos. Y, sobre todo, lo que queremos seguir siendo.

Juan Carlos Caballero es portavoz del Ayuntamiento de Valencia