No es solo cuestión de semántica, los contables, financieros, asesores fiscales, y, en general, todos los que se dedican a esto de los números y la clasificación del dinero en su tiempo de trabajo, nótese lo bien traído que suena la mención laboral en el día de hoy, saben a la perfección que no es lo mismo un concepto destinado a la cobertura del gasto que lo que se asigna a la inversión.

Y, ahora, después del fundido de España, parece que aquello que llamábamos gasto en defensa se transforma de forma inopinada, como improvisto fue el apagón, en inversión en defensa de todos los españoles.

En un momento en el que todavía se desconocen cuáles fueron las circunstancias que llevaron a que el presidente del Gobierno sentenciara que: “15 GW se han perdido súbitamente, en apenas cinco segundos”.

Porque esto, más allá de que nos encontremos en una reformulación del principio de la física sobre la energía, que ahora no solo se transforma, sino que además también se pierde, no es más que el final, el momento más próximo a la caída del suministro eléctrico, la clave está en identificar qué llevó a esa “pérdida”.

Entre tanto, de nuevo, destacar el papel ejemplar de la ciudadanía, como ya, lamentablemente, se ha vivido en nuestra historia más reciente, en época de pandemia, o en el voluntariado más modélico de la dana, mientras el Sr. Sánchez, probablemente midiendo sus palabras, tardó más de cinco horas en comparecer.

Un Gobierno lento resulta ineficaz, la pronta respuesta es la primera de las premisas que debería haberse establecido en el gabinete de crisis; pero, qué duda cabe, que las miradas estaban puestas, como viene siendo de costumbre, en la imagen del propio presidente.

Pero seguimos sin preguntas ni respuestas, tres comparecencias y ni una sola cuestión a contestar se permite en La Moncloa, con el peligro más que inminente de caer en la ya normalización de la falta de transparencia del Gobierno.

No olvidemos que el derecho de información viene regulado en la propia Constitución, como uno de los derechos fundamentales, un signo de máxima protección que el legislador, en su momento, le dio a la sociedad española, castrada hasta el momento de la libertad de expresión, hito histórico dinamitado en lo que ya viene siendo costumbre: la comparecencia del presidente del Gobierno sin preguntas.

Mientras tanto, hoy todas las personas trabajadoras festejamos el 1 de mayo, seguir trabajando y terminar con la pobreza laboral que azota nuestro país también es responsabilidad del Gobierno, a la espera de sus respuestas seguiremos laborando.