Castelló de Rugat.

Castelló de Rugat.

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El desconocido pueblo de Valencia perfecto para visitar en Semana Santa: con encanto medieval a 1 hora de la capital.

Las rutas de senderismo y el patrimonio histórico lo convierten en un lugar idóneo para conectar con la naturaleza de la Comunitat.

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Este pequeño pueblo del interior sur de Valencia está poblado únicamente por 2.352 personas. A pesar de ello, Castelló de Rugat destaca por su encanto medieval y acoge las visitas llegadas desde cualquier punto de la geografía.

Ubicado casi en la frontera con Alicante, este lugar es incluso desconocido para algunos valencianos. Sin embargo, su combinación de historia, patrimonio y naturaleza lo posiciona como un destino perfecto para pasar un día de Semana Santa.

Además, forma parte de la sierra de Benicadell, y ocupa un terreno de 2.000 hectáreas. De ellas, cerca de 1.500 se dedican a la agricultura.

Entre las construcciones históricas que forman el pueblo destaca la Ermita de San Antonio y Santa Bárbara, los santos titulares. Se alzó a finales del siglo XVII y fue restaurada entre 1985 y 1989.

También se encuentra en este pueblo la Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora. Su construcción comenzó en 1536, aunque se completó durante los siglos posteriores.

La mezquita islámica contrasta con estos edificios. Está situada en el núcleo histórico del pueblo, y evidencia el pasado histórico del lugar.

Se trata de una de las pocas mezquitas que quedan en España, por lo que es notablemente importante para los estudiosos del arte y de la historia.

Castelló de Rugat también cuenta con los restos de un palacio. En concreto, del Palacio Ducal construido por la familia Bellvís en los siglos XIV y XV. Después, pasó a ser posesión de la familia Borja.

Este lugar servía como residencia veraniega de los Duques de Gandía, aunque los últimos propietarios fueron los Frasquet, una familia de terratenientes locales.

Pero no solamente resultan llamativas las construcciones históricas. Los alrededores de este pueblo también ofrecen la opción de sumergirse en su naturaleza. Una de las rutas más bonitas y recomendadas por la propia gente del pueblo es la Senda Morisca.

Bajo el nombre de 'Jaime I en el Valle de Albaida', esta ruta está dividida en varias etapas. En conjunto, se trata de un homenaje cultural al rey fundador del reino de los valencianos.

Para conocer su figura e historia, esta ruta finaliza en la subida al mítico castillo de Rugat, que recuerda el pasado islámico de la comarca en la umbría de la sierra del Benicadell.

Otra opción es la ruta por la sierra de Castelló de Rugat, igualmente impactante por su naturaleza. Tanto esta como la anterior están diseñadas para recorrerse a pie, aunque en este pueblo también hay espacio para las dos ruedas.

Así, la ruta 'Roda La Vall' es una propuesta de recorrido en bicicleta por toda la comarca que se divide en cinco etapas.