Un momento de una edición anterior de La Tomatina.
Buñol se prepara para su icónica batalla del verano: "La munición está garantizada y es de gran calidad"
La recogida de tomates se ha iniciado "con éxito" pese a los desafíos climáticos de la temporada.
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La localidad valenciana de Buñol ya espera con ansias su icónica batalla veraniega, la Tomatina. A pesar de que todavía falten algunas semanas, ya lo tienen todo a punto: "La munición está garantizada y es de gran calidad".
Se trata de la fiesta más internacional del municipio, y aunque tenga lugar el miércoles 27 de agosto, desde principios de mes se preparan todos los detalles.
En concreto, este jueves se ha iniciado la recolección de los tomates, la peculiar munición de esta batalla. Este año, a pesar de los desafíos climáticos, el proceso se ha iniciado "con éxito", garantizando la munición festiva para la edición de 2025.
Está previsto que se recojan más de 120.000 kilos de tomate de una superficie total que ronda los 16 kilómetros cuadrados, donde se han cultivado más de 42.000 plantas de tomate.
La festividad está declarada de Interés Turístico Internacional, y cada año reúne a miles de personas de todo el mundo el último miércoles de agosto.
La calidad y el suministro del tomate son cruciales, y en este contexto, productores como Víctor Sánchez, de Extremadura, asumen un papel fundamental: "Para nosotros, ser los encargados de cultivar el tomate de La Tomatina es una gran responsabilidad y un orgullo".
"No todos los días tienes la oportunidad de participar en una fiesta que trasciende fronteras y que representa una parte tan viva de nuestra cultura”, aclara el responsable de la empresa Alius Trading, responsable de los tomates de este año.
Así, cree que la Tomatina "no es solo una batalla simbólica de tomates, es un evento que mueve a miles de personas, que pone a España en el foco mundial y que celebra el espíritu popular".
Y asegura: "Saber que desde nuestras tierras extremeñas aportamos ese ingrediente central nos compromete aún más con nuestro trabajo”.
Sánchez también destaca la dificultad de la temporada: "Cultivar para la Tomatina no es como cualquier otra campaña, requiere planificación, coordinación y mucha precisión en los tiempos".
Relata cómo este año, debido a una climatología complicada, han tenido que adaptarse desde el primer momento: Una tormenta destruyó el cultivo inicial, obligando a un esfuerzo extra para asegurar el suministro a tiempo".
"Cuando estás al servicio de una fiesta como esta, sabes que no hay margen para el error. La fecha es fija, el evento sigue adelante, y el tomate tiene que llegar sí o sí y en condiciones óptimas. Así que ha sido un trabajo exigente, pero también muy gratificante", añade.
Por su parte, Sergio Galarza, concejal de Tomatina de Buñol, es optimista con el resultado de la fiesta este año: "Lo importante es que el tomate sea de calidad, que esté en su punto justo y que produzca la alegría que lleva 78 años produciendo".
"La Tomatina es un icono del final del verano, y lo es por su color, por su alegría y porque, como reza el lema de este año, sirve como una especie de terapia", añade.